La sonda Venus Express de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha descubierto que la rotación de Venus es más lenta de lo que mediciones anteriores habían determinado. De hecho, la tasa de rotación es 6,5 minutos más breve de lo que se creía, lo que ha provocado que rasgos superficiales característicos del planeta se desplacen 20 kilómetros. Según los investigadores, aunque la causa de esta reducción en el tiempo de rotación aún se desconoce, la información obtenida resultará esencial para planear nuevas misiones a lugares específicos de este enigmático mundo. Por Yaiza Martínez.
Según publica la ESA en un comunicado, observando con infrarrojos el planeta a través de su densa atmósfera, la sonda descubrió rasgos venusinos superficiales que no se encontraban exactamente donde debían.
Desplazamiento de 20 kilómetros
En concreto, gracias a observaciones llevadas a cabo con VIRTIS (Visible and Infrared Thermal Imaging Spectrometer), un espectrómetro capaz de obtener imágenes del planeta a través de la gruesa capa de nubes que lo rodea, los científicos descubrieron que algunos de estos rasgos de la superficie de Venus se habían desplazado más de 20 kilómetros con respecto al lugar en el que debían estar, según la tasa de rotación aceptada.
Esta tasa de rotación fue definida a principios de los años 90 del siglo XX, a partir de las mediciones de la misión Magellan de la NASA.
Aquella misión concretó que el día venusino, el espacio de tiempo necesario para que el planeta completara su rotación, se correspondía con 243,0185 días terrestres. Según Science Shots, esto significaría que Venus es el planeta del Sistema Solar con el periodo de rotación más lento.
Pero podría haberse reducido aún más. Las medidas de Venus Express, que ha estado orbitando alrededor de Venus desde 2006, señalan que el periodo actual de rotación del planeta sería 6,5 minutos más corto de lo que se había registrado.
A pesar de que esta diferencia puede parecer inapreciable, como se ha dicho, ha provocado el desplazamiento de algunos rasgos venusinos superficiales, lo que supondrá un gran desafío para misiones futuras destinadas a analizar sitios específicos y predefinidos.
Por último, los investigadores señalan que podría ser que la misión Magellan de la NASA, que duró cuatro años, se desarrollase en un periodo de tiempo en el que la tasa de rotación de Venus fue temporalmente más rápida de lo normal porque, de hecho, los datos obtenidos por Venus Express coinciden con mediciones a largo plazo realizadas sobre Venus desde la Tierra con radares.
Las nuevas y detalladas mediciones llevadas a cabo por Venus Express están ayudando a los científicos a determinar si Venus tiene un núcleo sólido o liquido, lo que a su vez permitirá comprender la creación y evolución de este misterioso planeta.
Si Venus tuviera un núcleo sólido, su masa debería estar más concentrada hacia el centro. En este caso, la rotación de Venus reaccionaría menos a fuerzas externas, como la que ejerce sobre el planeta su atmósfera (con una presión 90 veces mayor que la de la atmósfera terrestre) o los sistemas climáticos de alta velocidad, que se cree cambian la tasa de rotación del planeta a través de la fricción con su superficie.
En cuanto a su forma, en los años 80, la misión rusa Venera y, en los 90, la misión Magellan, elaboraron mapas de la superficie venusina que supusieron la primera visión global detallada de ese mundo único y hostil.
Fue la constatación de que aquellos mapas no coincidían con los mapas nuevos de la Venus Express lo que hizo pensar a los investigadores en la posibilidad de un cambio en la tasa de rotación planetaria.
Según explica Nils Müller, un científico planetario del Centro Aeroespacial Alemán DLR y autor principal de un artículo publicado por Icarus sobre el cambio temporal en la rotación de Venus: “Cuando los dos mapas no coincidieron, al principio pensé que había cometido un error con los cálculos, dado que las mediciones de Magellan eran muy precisas, pero hemos revisado cada error posible que pudiéramos haber cometido”.
El hallazgo de la reducción de la tasa de rotación ayudará a los científicos a planear futuras misiones a Venus, porque la información más exacta será necesaria para seleccionar potenciales lugares de aterrizaje, explica Håkan Svedhem, científico del proyecto de Venus Express de la ESA.
La Agencia Espacial Europea señala por su parte que, aunque aún será necesario hacer más estudios, esta misión está accediendo, de una manera hasta ahora impensable, a los misterios más profundos de este enigmático mundo.
Fuente: tendencias científicas
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