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Del “que se vayan todos” argentino, al más reciente grito de “nosotros somos vuestra crisis”, son algunos de los lemas que se espera suenen entre el 25 y 27 de marzo en diferentes lugares de Europa. Esta cita movilizadora ha salido del encuentro convocado por la red de estudiantes e investigadores precarios EduFactory –celebrado en París del 11 al 13 de febrero–, que reunió a unas 300 personas de las luchas universitarias y estudiantiles de toda Europa.
Esta convocatoria pretendía fomentar la unidad de respuesta de diferentes luchas. Entre otras formas de contestación se planteó la ocupación de entidades financieras e instituciones gubernamentales, con vistas a la celebración de asambleas populares que busquen la reapropiación común de los espacios públicos y privados.
Éste sería el primer resultado de los intentos de construcción de un marco común de coordinación global para responder a la oleada de medidas de ajuste que afectan a todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo la educación. Según Francesca, investigadora italiana de Edufactory afincada en París, “en estos días comunes de acción, los estudiantes y trabajadores del conocimiento tenemos que mostrar nuestra determinación para responder globalmente al capitalismo y sus estructuras financieras”.
En esta línea, ya están programadas acciones en países como Portugal, Gran Bretaña e Italia para las fechas indicadas.
Los problemas universitarios
El encuentro contó con una relevante presencia de activistas ingleses e italianos, a los que se sumaron personas y organizaciones de Portugal, Alemania, Francia, Austria, Rusia, Irlanda, Ucrania, Grecia, Chile o Japón. El grado de asistencia por países estuvo fuertemente determinado por la amplitud actual de los movimientos estudiantiles en sus respectivas realidades locales. De esta manera, la presencia de militantes del Estado español fue escasa, limitada a un grupo reducido de activistas.
Los ingleses hablaron del aumento de las tasas de inscripción hasta los 10.000 euros al año, y de los recortes presupuestarios del nuevo Gobierno tory-liberal. Los italianos hablaron de la precarización del estudio y de la investigación debido a la Ley Gelmini. Por su parte, los japoneses expusieron los problemas que genera el modelo de becas-préstamo en su país: una activista de la Universidad de Tokyo afirmaba tener “una deuda de 40.000 euros con la banca japonesa”, tras haber preparado un doctorado y ver su nombre inscrito en la “lista negra de estudiantes morosos”.
Por otro lado, un grupo de profesores griegos alertaba de que el retraso en la aplicación de reformas vinculadas al proceso de Bolonia en los diferentes países “responde a la necesidad de los gobiernos de evitar una respuesta simultánea contra el ataque que estamos sufriendo”.
Conexión con otras realidades
En el encuentro hubo espacio la precarización de las vidas que también ocurre fuera de la Universidad. Dos procesos paralelos que acontecen simultáneamente en todos los países. Durante el encuentro, el escritor y media-activista Franco Berardi, “Bifo”, explicaba a DIAGONAL: “Las estrategias de lucha tienen que dirigirse, más allá de los gobiernos nacionales, contra el Banco Central Europeo y la dictadura financiera que nos gobierna”.
No es casualidad que el encuentro tuviera lugar en la Universidad de Paris VIII, en la banlieu de Saint Denis. Este barrio simboliza la interacción de la cultura universitaria autónoma y radical, con las resistencias de jóvenes provenientes de la inmigración.
Marcados por este contexto, los activistas locales alertaron de los límites tradicionales para abordar determinadas prácticas transformadoras desde la universidad. Según Sam, militante de Sud-Etudiant en Paris VIII, “a la hora de constituir un movimiento con aspiraciones transformadoras, hay que tener en cuenta la selección social inherente a la institución universitaria, que deja fuera de sus muros a muchos jóvenes de las banlieus que están abocados al trabajo intermitente y a la precariedad crónica de sus barrios”. De esta tónica tampoco se escapa, de momento, la red EduFactory, según el propio Sam.
Construcciones de redes europeas
Durante las jornadas hubo espacios para otros debates con títulos como “Las transformaciones de la universidad: libre acceso versus privatización”; “Educación autónoma, escuela libre y nuevas prácticas alternativas” o “Precariedad, deuda y bienestar: hacia un paradigma de lo común”.
Algunos de los talleres versaron sobre esta necesidad de inventar nuevas formas de producir y compartir los saberes comunes. Otros debates se centraron en la doble condición de estudiantes- trabajadores, las perspectivas de huelga transnacional en la crisis del sistema capitalista o las nuevas tecnologías para la organización de los movimientos sociales.
En esta línea, la asamblea decidió seguir utilizando herramientas de coordinación como la lista list@makeouruniversity. org, el portal Education Activist Movement (ism-global. net) o la red social alternativa Crabgrass. Otra vía de trabajo busca la coordinación de diferentes colectivos de autoformación en torno a una “Universidad autónoma global” que configure una cartografía de este tipo de iniciativas.
Francia veta la entrada de activistas tunecinos
Los asistentes al encuentro mostraron una especial admiración hacia las luchas emancipadoras del mundo árabe. Una ocasión que aprovecharon para denunciar la decisión del Estado francés de vetar la entrada al país a un grupo de estudiantes tunecinos que pretendían asistir al encuentro. Pese a ello, integrantes de la delegación parisina del Front de Liberation du Peuple Tunisien estuvieron presentes en el acto e invitaron a la asamblea a realizar el próximo encuentro en Túnez, propuesta que fue asumida por la organización. Por otro lado, los estudiantes franceses hicieron un llamamiento a participar en la contra-cumbre del G-8 que preparan los estudiantes franceses en Dijon del 5 al 7 de mayo. _________________________________
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