Pero después de esta noticia hay otras revelaciones. Una de ellas es que la visita de Luis de Guindos a Berlín el miércoles por la tarde -sin luz ni taquígrafos y calificada de “encuentro informal entre colegas”- no sólo no convenció a Schäuble de que el Ejecutivo español puede parar el desastre, sino que dio aún más argumentos al titular de Hacienda alemán para sugerir a los españoles a que acudan al fondo de rescate para conseguir capital para sus bancos. Los economistas alemanes recuerdan que con la prima de riesgo por las nubes y con ese 6,7% que España tiene que pagar por obtener dinero fresco ya habían sido obligados a acudir a ese mismo fondo Irlanda, Portugal y Grecia.
Los expertos que asesoran al Gobierno federal creen que los bancos españoles van a necesitar entre 50.000 y 90.000 millones de euros para recapitalizarse, y que, estando como está cerrada la posibilidad de que esas entidades acudan directamente al fondo europeo de rescate por la cerrada oposición de Alemania, solo queda otra salida: que el propio Gobierno de España se presente en la ventanilla correspondiente.
La segunda clave de esta noticia es el temor de Merkel y compañía de que España caiga antes incluso de que se celebren las elecciones en Grecia, el dia 17 de junio, y que esa caída provoque el efecto contagio en Italia y Francia, que también está en plena campaña electoral para las legislativas. La incertidumbre acerca del futuro de España se está notando en el índice DAX de Frankfurt, que ha cerrado la semana con una caída del 3% y con un total negativo acumulado en mayo del 7%. Berlín ve, poco a poco, como la crisis y el nerviosismo empieza a afectar a sus empresas y a sus bancos. Estos últimos tienen invertidos en España en estos momentos 112.000 millones de euros (29.000 millones sólo el Deutsche Bank), muchos de ellos en créditos bancarios de dudoso cobro.
Alemania no puede ayudar más ni aunque quiera, ni tampoco ceder en la exigencia de Luis de Guindos de que los bancos acudan al fondo de rescate directamente, porque supondría, como ha advertido el economista de Oxford Clemens Fuest, conceder ayudas sin control alguno (“Hilfe ohne Kontrolle”). Es decir, la República Federal entregaría miles de millones a los bancos del sur de Europa para que éstos se recapitalizaran y sanearan, pero no habría ningún control acerca del buen uso de ese dinero y de la calidad y fiabilidad de sus gestores. Esta va a ser una ocasión para medir la solidaridad de Berlín con Madrid, más allá de las palabras merkelianas de apoyo a Mariano Rajoy. Y, si falla la confianza, no queda más alternativa que acudir , en efecto, a Europa, pero sin exigencias y, desgraciadamente, sin reivindicaciones de soberanía.
Fuente: - ElConfidencial.com
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