EEUU discrimina a las comunidades indígenas


El relator especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, James Anaya, denuncia la profunda discriminación racial que padecen las comunidades nativas en EE.UU.

Las comunidades indígenas de Estados Unidos experimentan sentimientos de pérdida, alienación e indignidad y queda mucho por hacer para curar las heridas de su historia de opresión, dijo el viernes Anaya al concluir un recorrido por el territorio norteamericano para examinar la situación de esos conglomerados en el país.

Durante su viaje de dos semanas por EE. UU., Anaya se entrevistó con representantes de pueblos indígenas, tribus y funcionarios gubernamentales en Washington, Alaska, Oregón, Dakota del Sur y Oklahoma, pero sus esfuerzos por reunirse con miembros del Congreso resultaron inútiles.

Es evidente que todavía no se han adoptado medidas adecuadas de reconciliación para vencer la persistente herencia de la historia de opresión sufrida por las poblaciones autóctonas, precisó.

"He escuchado historias que evidencian las profundas heridas que los pueblos indígenas continúan sufriendo a causa de la historia de opresión que han enfrentado", subrayó. Eso incluye el despojo de la mayoría de sus tierras y recursos, sustracción de los niños de sus familias y comunidades, colapso de estructuras tradicionales, pérdida de lenguajes, ruptura de tratados y una brutalidad descarada, todo sobre la base de la discriminación racial, precisó.

El representante de una tribu indígena en EE.UU., también, denunció la fuerte violencia de género corriente entre las comunidades indígenas en los EE.UU. Las mujeres indígenas padecen, de hecho, 2,5 veces más violaciones que sus pares estadounidenses, sostuvo.

El relator de la ONU demandó acciones más enérgicas para solventar los problemas que afectan a las comunidades nativas americanas, de Alaska y la hawaiana, "cuestiones con raíces en una oscura y compleja historia, cuya herencia no resulta fácil de superar".

También destacó la importancia de que el gobierno norteamericano cumpla al pie de la letra la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, y lleve a cabo iniciativas vinculadas a las consultas y apertura de espacios a los grupos autóctonos para solventar las disputas, mejorar la educación y actividades económicas, entre otros asuntos.


La Asamblea General de la ONU aprobó por primera vez el 13 de septiembre de 2007 la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. 144 países votaron a favor de la iniciativa, 4 en contra y hubo 11 abstenciones. EE.UU. no suscribió este documento que reconocía, entre otras cosas, los derechos de las poblaciones indígenas, mismamente la libertad religiosa y el derecho a perpetuar sus propias costumbres y tradiciones.

La actual administración de la Casa Blanca, presidida por Barack Obama, revertió su decisión y se adhirió a la Declaración en 2010. Sin embargo, esta medida no ha mejorado en absoluto la situación de las comunidades indígenas en los EE. UU.

Publicar un comentario

0 Comentarios