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Cuando el director financiero de Novo Nordisk se reunió el pasado viernes con sus colegas de «marketing», la conversación se movió mucho más allá de la discusión habitual sobre las ventas y el rendimiento. Jesper Brandgaard hizo una sencilla pregunta de gran alcance: ¿cómo fijaría la empresa los precios de dos nuevos productos clave de insulina si el euro se derrumba? Es solo un ejemplo, pero lo cierto es que las empresas se están moviendo para preparar planes de choque en caso de una eventual ruptura de la divisa europea ante la grave crisis económica y de liderazgo político que atraviesa la eurozona.
La firma danesa, el mayor fabricante del mundo de este medicamento para el tratamiento de la diabetes, se encuentra fuera de la zona euro, pero vende en ella. Es una pregunta que tiene eco -en varias formas- en las salas de los consejos de bancos, casas de bolsa, firmas comerciales, despachos de abogados y los principales fabricantes del mundo.
«Es difícil hacer planes detallados, pero tenemos que pensar en cómo le iría a nuestra estrategia de precios si hubiera un repentino desmantelamiento del euro», dijo a Reuters Brandgaard. «¿Cómo podemos evitar caer en una trampa? Esta es la primera vez que he hecho una pregunta así. Es un tema que está cada vez más en el radar».
En el caso de los productos en cuestión (Degludec y DegludecPlus, dos insulinas de acción prolongada) Novo Nordisk tiene el tiempo a su favor. Los nuevos fármacos todavía están recorriendo su camino a través del proceso regulatorio de aprobación y probablemente no llegarán al mercado hasta finales de 2012.
Las consecuencias de un colapso total del euro son impensables
Martin Sorrell, jefe de WPP, la mayor agencia de publicidad del mundo, resume su inquietud. «La complejidad de la situación provoca un miedo atroz y es tan complicado que es la última cosa en el mundo que uno quiere que suceda», dijo Sorrell el lunes. «Pero la respuesta más honesta es, como para todo el mundo, intentarlo y preparar un plan de contingencia para cualquier ruptura de la zona euro.»
A partir de entrevistas con ejecutivos de empresas, banqueros y abogados en Europa, Estados Unidos y Asia, y de documentos registrados en los organismos supervisores, se ha reconstruido el paisaje de los irregulares preparativos para la posible desaparición del euro tras 12 años de vida, un evento sin precedentes en la historia reciente.
«En estos días, forma parte de casi todas las conversaciones de gestión de riesgos que surgen», dijo una persona de alto nivel en el mercado de seguros de Londres, hablando, al igual que muchos en esta historia, bajo la condición del anonimato debido a lo delicado de su negocio.
Algunos de los más activos con sus planes de contingencia son los países europeos de fuera de la zona euro, que tienen fuertes vínculos comerciales con el bloque de la moneda, como Dinamarca y Reino Unido. De las 33 empresas de fuera de la zona euro con mayor exposición a la misma en términos de ventas, cinco son británicas, según datos de Thomson Reuters. Productos para el cuidado de la salud, la energía y de consumo se encuentran entre las industrias más expuestas.
Una serie de empresas británicas, incluyendo la mayor empresa de catering del mundo, Compass Group, han dicho que han discutido o puesto en marcha planes de contingencia para hacer frente a un colapso del euro, pero la mayoría son reacios a dar detalles.
«La mayoría de los empresarios han renunciado a esperar una solución política. Uno simplemente no puede manejar su negocio sobre la base de que algo va a solucionarse, por lo que tiene que planificar sobre la base de que no se soluciona. Así que uno piensa acerca de lo que puede suponer desde el punto de vista legal y contractual. Y uno también dice: Voy a manejar mi balance de la forma más conservadora posible», dijo Sorrell, de la firma de comunicaciones WPP.
Un sistema a prueba
Los bancos, los intermediarios y las Bolsas están en primera línea. ICAP, el intermediario más importantes del mundo en divisas y bonos estatales, dijo el lunes que ha puesto a prueba su sistema de negociación para manejar el colapso de la zona euro y el resurgimiento de las monedas nacionales.
No es el único en llevar a cabo «juegos de guerra». Un directivo de un gran banco de inversión dijo que tenía un equipo de 20 personas en el mundo haciendo simulaciones sobre todo tipo de escenarios sin parar. Ese equipo estaba empleando mucho de su tiempo en la posible ruptura del euro y había simulado a lo largo de un día completo de trabajo un fin de semana de crisis con lo que ocurriría en las diferentes etapas: noche del viernes, sábado y domingo. Además, había mirado si habría suficiente gente (y la gente adecuada) disponible y se aseguró de que tenía el modo de contactar con ellos.
«Mi trabajo es asumir lo peor. Puedes probar todo tipo de escenarios benignos, pero si algo realmente malo, como un default (impago) por sorpresa de Italia durante la noche, llegara a suceder y yo no hubiera hecho una simulación, no estaría haciendo mi trabajo correctamente. Si ese escenario llegara a ocurrir, las cosas se ven muy feas, por cierto. Simplemente, no habría tiempo suficiente para resolver todas las posiciones de negociación y examinar todos los documentos», dijo el banquero.
En su análisis, el retorno al dracma en el pececillo griego de la zona euro es la menor de sus preocupaciones. El banquero compara a Grecia con la bancarrota del agente de Bolsa MF Global en Estados Unidos (algo molesto, pero no un problema real) y a Italia con Lehman Brothers, cuya quiebra marcó el inicio de la crisis financiera de 2008.
El regulador bancario del Reino Unido, la Financial Services Authority (FSA), ha dicho a los bancos británicos que elaboren planes de contingencia en caso de que haya una ruptura desordenada de la zona euro o la salida de algunos países. «No podemos ser, y no somos, complaciente en este frente», dijo Andrew Bailey, jefe adjunto de la unidad de supervisión prudencial de la FSA, el 24 de noviembre.
Empresas de Estados Unidos están poniendo también a prueba sus sistemas. A.M. Best Co, la principal agencia de calificación para el sector de seguros, dijo el 22 de noviembre que está haciendo pruebas de resistencia adicionales en las aseguradoras, dadas las condiciones de deterioro en Europa. La agencia, que acaba de realizar una revisión similar hace dos meses, dijo que está analizando caso por caso la exposición de las entidades para ver si tienen un riesgo adicional por el debilitamiento de la zona euro.
Para las empresas no financieras, un objetivo clave de sus esfuerzos ante la preocupación por el colapso del euro es tratar de proteger su dinero en efectivo. Los balances de las empresas son muy fuertes en la actualidad, con más de un billón de dólares en caja, un reflejo de la renuencia de las empresas a invertir en ampliar capacidad o en la compra de otras empresas.
El presidente ejecutivo de una empresa europea con ingresos anuales de más de 10.000 millones de dólares al año dijo durante una reciente visita a Londres que su consejo había discutido la forma de manejar el colapso de la zona euro, pero que había sido una reunión muy corta. Aparte de asegurarse de que sus depósitos en efectivo se encontrasen en los bancos más seguros posibles y confiar en la naturaleza internacional de sus negocios, los ejecutivos rápidamente concluyeron que había poco más que pudieran hacer.
Los departamentos de tesorería están moviendo el dinero a refugios seguros y ensayan respuestas rápidas a diferentes escenarios. Los presupuestos para el año 2012 se están estudiando de nuevo. Y se están contratando a consultores externos para asesorar sobre la exposición a la Europa periférica (Grecia, Irlanda, España, Portugal e Italia).
Los datos de los bancos centrales muestran una disminución de los depósitos bancarios en los países más débiles de la zona euro. Separar los datos de depósitos corporativos y personales de los bancos es casi imposible, pero algunos datos sueltos muestran que las empresas están moviendo el dinero en euros a refugios seguros. Algunas grandes empresas como el grupo de ingeniería Siemens y los fabricantes de coches BMW, Daimler y Volkswagen, están autorizados para depositar fondos en el Banco Central Europeo, el más seguro de todos los refugios de la zona euro.
El jefe de finanzas de Siemens, Joe Kaeser, dijo en una conferencia de presentación de resultados el pasado 10 de noviembre que había depositado en el BCE una proporción importante, aunque inferior a la mitad, de sus más de 12.000 millones de euros de liquidez. Hace aproximadamente un año, Siemens (fabricante alemán de trenes de alta velocidad y turbinas de gas) adquirió una ficha bancaria para poder tratar directamente con el BCE.
BMW dijo el lunes que su forma de manejar el exceso de liquidez no había cambiado y que continúa utilizando una serie de bancos comerciales internacionales, así como la facilidad de depósito del BCE. Daimler dijo que utiliza el excedente de caja de forma interna. Volkswagen no respondió de inmediato a las llamadas en busca de comentarios.
Advertencias similares surgen de empresas en otros sectores industriales. Simon Henry, director financiero de la compañía petrolera holandesa Shell Royal, dijo que como consecuencia de la crisis de la deuda de Europa ha ido teniendo especial cuidado en la inversión de sus 20.000 millones de dólares de efectivo. «Es con contrapartes seguras y a corto plazo», dijo Henry.
La farmacéutica AstraZeneca dijo que estaba vigilando cuidadosamente su exposición al sector bancario a la luz de la crisis de la deuda y que ha aumentado sus tenencias de bonos del Tesoro de Estados Unidos. El presidente de otra compañía del índice británico FTSE 100 dijo que la escasez de bancos calificados «AAA» le está complicando la vida. Las empresas británicas no tienen acceso al BCE, porque Gran Bretaña está fuera de la zona euro.
Diferentes sectores tienen diferentes capacidades para reducir la exposición a los mercados de riesgo. El farmacéutico es un sector donde las empresas tienen margen de maniobra limitado, ya que las empresas tienen la obligación ética de suministro de medicamentos que salvan vidas, incluso cuando los pagos son inciertos. De hecho, los fabricantes de medicamentos ya han pasado por una especie de «ensayo» en Grecia, después de haber sido obligados a aceptar los bonos del gobierno en lugar de efectivo para saldar algunas deudas pendientes.
Esos bonos bien fueron vendidos de inmediato con un descuento sobre su valor nominal o bien siguen en cartera en la actualidad a un valor aún más bajo. Grecia representa solo alrededor del 1% del mercado farmacéutico mundial, por lo que el impacto en las principales empresas internacionales ha sido mínimo. Italia y España, sin embargo, son mercados mucho más grandes.
Informes permanentes
Un número significativo de empresas de EE.UU. en una amplia gama de sectores, incluyendo uno de cada tres miembros del índice Dow Jones, han advertido a los inversores de su creciente preocupación con respecto a Europa en sus informes trimestrales.
«Europa occidental parece estar experimentando desafíos cada vez mayores, dada la incertidumbre en torno a la dirección de la política fiscal y monetaria, lo que probablemente tendrá un impacto en la confianza de los consumidores175, dijo el fabricante diversificado de manufacturas 3M, en un comunicado enviado a la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. (la SEC, por sus siglas en inglés).
Bank of America ha añadido la crisis de la deuda europea en su lista regular de los factores de riesgo se aconseja a los inversores a tener en cuenta: «Hay una considerable incertidumbre en cuanto a la evolución futura de la crisis de la deuda europea y el impacto en los mercados financieros».
Y la farmacéutica Merck advirtió a los accionistas que los recortes en el gasto por problemas de liquidez de los Gobiernos europeos podrían tener un impacto en lo que puede cobrar por sus medicamentos. American Express, Boeing y Cisco Systems son otras de las empresas que llamaron la atención sobre la crisis en sus presentaciones.
Empresas de EE.UU. que hacen negocios en Europa esperan que los tipos de cambio de las monedas europeas sean más volátiles en los próximos meses, y han intensificado sus esfuerzos para protegerse de estos riesgos, según dijeron expertos en la materia.
Otras empresas están reescribiendo los contratos de venta de modo que les permitan ajustar los precios si las monedas sufren grandes oscilaciones.
Problemas jurídicos
La perspectiva de una ruptura del euro plantea un montón de cuestiones jurídicas y financieras. Los abogados y los banqueros han comenzado a bucear en los acuerdos de préstamos, arrendamientos y otros contratos financieros para ver cómo sobrevivirían a cualquier alteración grave del euro.
La mayoría de los contratos no prevén una ruptura o desintegración parcial del euro y las decisiones de hace una década de los abogados sobre la jurisdicción o las leyes aplicables podrían tener hoy importantes repercusiones en algunos escenarios. Algunos bancos ya han comenzado a pensar en la manera de revisar la documentación estándar que se utiliza en los contratos de préstamo futuros para anticipar una ruptura de la moneda única.
«Desde finales de los años 1990 en adelante, los contratos comerciales fueron escritos para incluir disposiciones expresas para hacer frente a la transición al euro, pero no tengo conocimiento de que ninguno fuera escrito hasta el momento que contemple que ningún país salga del euro», dijo Jamie Wiseman-Clarke, abogado de la firma londinense Berwin Leighton Paisner, especializada en aviación, ferrocarril y transporte marítimo. «Se dio por supuesto que el euro era estable», agregó.
Una redacción imprudente podría dar lugar a que un acreedor que recupere su dinero en la moneda que prevalezca en la fecha en que un país salga del euro y no en euros. También existe la preocupación de que una hipotética salida del euro provoque la suspensión de pagos de las empresas. La redenominación de la moneda local podría provocar una caída de los ingresos que impida el cumplimiento de sus obligaciones en deuda denominada en euros.
Una serie de suspensiones de pagos técnicas en todos los prestatarios de un país que sale del euro es un escenario apocalíptico que mantendría a los abogados ocupados, puesto que los contratos no prevén ese escenario.
Más probable que una suspensión de pagos técnica masiva es que algunas empresas simplemente no podrían pagar o cumplir con las condiciones del préstamo debido a las terribles condiciones económicas y la caída de la demanda que algunos economistas predicen que a partir de una ruptura del euro.
Peor aún, la firma de abogados británica Clifford Chance ha advertido de que puede haber dificultades prácticas en la recuperación de los pagos, ya que cualquier decisión de abandonar el euro probablemente iría de la mano con controles de cambio..
La planificación no es nada fácil por el hecho de que muchas empresas de Europa continental tienden a estar más politizados que sus contrapartes en los Estados Unidos, por lo que la cuestión de la ruptura es prácticamente tabú. «Si la gente se entera de que una gran empresa del CAC-40 (el índice bursátil francés) se está preparando para el peor de los escenarios se extendería la ansiedad y sería interpretado como un golpe muy dañino para el euro», dijo un asesor de comunicaciones de empresas francesas, que pidió no ser identificado.
En cuanto a un completo colapso de la moneda, las consecuencias son tan impredecibles (e impensables para una generación de la posguerra inmersa en la integración europea) que muchos dicen que no tiene mucho sentido hacer simulaciones. Lo que importa más, dicen, es un buen olfato para la supervivencia.
«No estamos ejecutando planes de contingencia así. Queremos que el euro sobreviva, pero nosotros fabricamos cosas tangibles y no nos moriríamos sin el euro», dijo el director ejecutivo de una de las mayores compañías fabricantes de Europa.
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