Técnica del golpe de Estado (financiero) en los países europeos

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A los mercados se les acusa de cualquier cosa. Al no existir como entidad real, se les puede culpar de lo primero que se nos ocurra. Lo último, de derrocar gobiernos como si tuvieran el poder de sacar los tanques a la calle y disparar contra los parlamentos.

Berlusconi y Papandreu han dejado el mando en manos de tecnócratas; en Irlanda y Portugal hubo elecciones precipitadas (en febrero y junio de este año, respectivamente) que supusieron relevos opuestos en sus gobiernos... y en España tenemos comicios adelantados el próximo domingo.

La cascada de causas originadas en la economía que han desembocado en consecuencias políticas ha recorrido las esquinas de media Europa en unos pocos meses. Cada uno con sus problemas y todos por una misma razón llamada crisis.

De todos modos, que los mercados no tengan cara o no se les pueda sacar una fotografía no signifca que no existan. Como tampoco quiere decir que no sean capaces de disparar a discreción. Incluso con el enemigo derribado.

Los asaltos al poder establecido no son lo que eran y ahora el uniforme es distinto. Ya lo dijo en 1931 el escritor italiano Curzio Malaparte en su libro titulado (muy gráficamente) Técnica del golpe de Estado.

En él recordaba que el éxito inicial de la Revolución rusa de 1917 no estuvo tanto en las soflamas ideológicas y socializadoras de Lenin como en la táctica minadora de Trotsky.

Para Malaparte (nombre ficticio tomado de Bonaparte, otro de sus golpistas preferidos) basta con "mil técnicos" para tomar el poder. La masa, la población, sólo requiere de una epifanía, de un día señalado que se tome como símbolo y al que se cargue de significado: el 18 Brumario francés o el octubre rojo.

Sin embargo, el golpe había comenzado antes. ¿Así ha sido ahora con la crisis y sus víctimas, los gobiernos democráticos de la zona euro? ¿La presión bursátil ha minado las fuerzas de las instituciones hasta el punto de que se han derrumbado? ¿Qué ha ocurrido después? Hablar de golpe de estado raya en la exageración. No obstante, ¿qué papel han jugado?

"Los mercados castigan cuando no se hacen las cosas. A Alemania no se le ataca; a Estados Unidos, tampoco; sólo van contra los que dan síntomas de debilidad", considera Estefanía Ponte, directora del Departamento de economía de Cortal Consors, quien sí admite que los movimientos bursátiles han incrementado la presión política.

"Los mercados sólo han certificado una situación muy deteriorada", añade José Luis Álvarez, director del departamento de Economía de la Universidad de Navarra. Concede un paso más al puntualizar que "los problemas se magnifican cuando se ven desde la óptica de los inversores".

Desde Aspain 11 Asesores Financieros EAFI, se subraya que los mercados han podido atacar a Berlusconi o Papandreu porque se buscaban "cabezas de turco", y que "su presión ha sido decisiva a la hora de obligar a tomar medidas drásticas". (una discusión muy distinta es si esta salida ha resuelto el problema de fondo).

"Cada país es diferente y el caso de España es diametralmente distinto, por ejemplo, a los de Grecia e Italia, también contrarios entre sí", concluye Juan Carlos Martínez Lázaro, economista de IE Business School. Los mercados tienen su vida y, de hecho, la vida ha seguido adelante.

¿Qué se ha magnificado entonces en este año y medio? ¿Cómo ha sido la inflitración silenciosa de los mil técnicos en los países con problemas? ¿Ha servido de algo?

- Grecia: entre todos lo mataron y el solo se murió.


Al país heleno, origen e hilo conductor de la crisis del euro, le ha ocurrido de todo desde que en abril de 2010 (parece que fue hace tanto como la Grecia de Platón) solicitara la ayuda internacional para sobrevivir.

El primer ministro, en aquel primer trance (y hasta hace muy poco), era Yorgos Papandreu. En 18 meses de tensiones, con rescate y medio encima de la mesa, decenas de planes de ajustes, múltiples huelgas generales y parciales, cambios de gobierno, mociones de confianza, el dirigente mantuvo el tipo.

La prima de riesgo que marca la diferencia de interés entre el bono alemán y el griego estaba en 500 puntos básicos el día que Atenas solicitó el rescate. Hoy supera los 2.600 puntos. La Bolsa ateniense, a su vez, se ha dejado un 61% de valor en este tiempo... con lo que se cuestiona la idea de que un rescate frena la escalada de pánico.

"Papandreu cavó su propia tumba cuando ya había pasado lo peor", resume Martínez Lázaro para referirse al anuncio de Papandreu de un referéndum sobre las ayudas de Bruselas y a la concatenación de noticias que han desembocado en su dimisión y la llegada de un nuevo Gobierno a gusto de los organismos internacionales.

- Irlanda: el trauma más corto

La rendición irlandesa se anunció a finales de noviembre de 2010 y para antes de marzo ya había cambiado el Gobierno, con deblace incluída del que ocupaba hasta entonces la Presidencia.

La diferencia de rentabilidad entre el bund y el irlandés bailaba en los 544 aquel día y creció en meses posteriores por encima de los 700. En los últimos tiempos se ha consolidado en los 600. La Bolsa irlandesa, a su vez, ha bajado un 19,5% en ese periodo, no demasiado en comparación con la media europea.

¿Es distinta Irlanda? Eso parece. Es de las pocas naciones sobre las que las tensiones no han perdurado, paga religiosamente sus deudas y  la economía se está recuperando. Su trauma, pese a derrumbar un partido del poder, ha sido el más pasajero de todos.

- Portugal: resistencia para seguir en la lona

La resistencia de nuestro vecino peninsular sólo le sirvió para llegar exhausto al momento del rescate. Su hora le vino casi un año más tarde que la griega, por mucho que hubo quien le enterró muchos meses antes, nada más caer Atenas.

Ni siquiera el anuncio de elecciones anticipadas (que el socialista José Socrates cedió en marzo) le sirvió de bálsamo. Los mercados intensificaron su presión, el interés para colocar su deuda se le desbandó por encima del 7% y en abril vino el anuncio de comicios para junio.

Hubo cambio de Gobierno, pero la tensión se quedó a vivir en la bolsa de Lisboa, cuyo índice selectivo ha perdido casi el 30% en el último medio año y la prima se ha encaramado a las postrimerías de los 1.000 puntos.

- Italia: el ascenso de los técnicos

Silvio Berlusconi ha dirigido a Italia buena parte de la década pasada, tildada de "nefasta y perddia" por el analista de IE Business School. En algún momento, la situación tenía que saltar por algún lado y las bromas del polémico primer ministro dejaron de hacer gracia de pronto.

En el caso italiano es donde mejor se ha plasmado la capacidad de los mercados para evidenciar las vergüenzas propias al resto del mundo, para dejar claro a través de los vaivenes de parqués y deudas "que había que tomar las medidas prometidas de forma urgente", resalta José Luis Álvarez.  

Ahora, una quincena de técnicos han tomado las riendas del país. ¿Un homenaje al no menos italiano Malaparte y sus mil técnicos infiltrados?
Libros Libres
-Diario de un indignado
La Otra Orilla.
Héctor Manuel Delgado Fernández

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