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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, asistirá hoy a su antepenúltima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en medio de un clima de fuerte desacuerdo para poner una solución común a la crisis de la zona euro. Y lo hará, además, sabiendo que sus socios van a exigir a España esfuerzos adicionales para despejar la incertidumbre de los inversores hacia la deuda pública.
La reunión de hoy ha perdido el sentido de urgencia porque a ésta le sucederá otra el próximo miércoles. Pero en ambas los líderes europeos tendrán que lograr un consenso en tres cuestiones de máxima importancia: solucionar definitivamente el problema de Grecia (un año y medio después de firmar el primer rescate); recapitalizar a la banca europea para aislarla de los problemas de deuda soberana; y ampliar el mecanismo de rescate de la zona euro para que pueda ayudar a economías más grandes en problemas, como la española y la italiana.
El punto más avanzado es el de la recapitalización. Ayer se confirmó que la cifra total que necesitan los mayores bancos europeos asciende a 100.000 millones. De esta cantidad una parte corresponderá a las cinco entidades más grandes españolas que tendrán además que asumir un descuento en la valoración de su cartera de deuda española «inferior al 2%» según confirmó anoche la vicepresidenta económica, Elena Salgado.
Donde realmente hay serias diferencias es en la fórmula para ampliar el fondo de rescate. Ya es seguro que no se recurrirá al Banco Central Europeo (BCE) para que permita endeudarse al fondo (EFSF por sus siglas en inglés). Ésta era la propuesta de Francia, pero se enfrentaba a la firme oposición de Alemania y la propia institución monetaria.
La otra opción que gana fuerza es que sea el FMI quien asista con más dinero a los países en peligro. Ayer el primer ministro holandés, Mark Rutte, defendió esta alternativa y aseguró que países como China, India, Rusia o Brasil han reaccionado positivamente. De ser ésta la solución, previsiblemente el FMI crearía un nuevo fondo para comprar deuda en las subastas de España e Italia, aunque paralelamente el EFSF podría hacerlo en el mercado secundario, es decir, en los bonos ya emitidos que tienen los inversores y cuyo valor no deja de caer.
Respecto a la asistencia a Grecia, el Eurogrupo dio el viernes el visto bueno para conceder el sexto tramo de ayuda, por importe de 8.000 millones. Ahora toca revisar los acuerdos del segundo rescate, firmados el pasado 21 de julio, para que la banca participe con más dinero en el rescate. El informe de la Troika (el grupo de expertos que está siguiendo los avances en Grecia) señala que sería necesaria un quita del 60% para llegar a un nivel de deuda del 110% del PIB en 2010. Es decir, que los bancos renunciaría a cobrar el 60% de todo lo que han prestado a Grecia.
No parece probable que en la cumbre de hoy vayan a verse grandes acuerdos. Lo más probable es que el resultado final de estas intensas negociaciones se conozcan el miércoles, cuando tenga lugar el segundo Consejo Europeo. Pero sin olvidar que hoy se deberá lanzar un mensaje de firmeza al mercado para que las Bolsas no den un susto en la sesión del lunes. Y requerirá de un gran esfuerzo de los líderes europeos porque, como dijo Jean-Claude Juncker el viernes, la imagen que la eurozona está enviando al exterior es «desastrosa».
Hay alternativas.
Nuevo libro de Vicenç Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón con prólogo de Noam Chomsky.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, asistirá hoy a su antepenúltima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en medio de un clima de fuerte desacuerdo para poner una solución común a la crisis de la zona euro. Y lo hará, además, sabiendo que sus socios van a exigir a España esfuerzos adicionales para despejar la incertidumbre de los inversores hacia la deuda pública.
La reunión de hoy ha perdido el sentido de urgencia porque a ésta le sucederá otra el próximo miércoles. Pero en ambas los líderes europeos tendrán que lograr un consenso en tres cuestiones de máxima importancia: solucionar definitivamente el problema de Grecia (un año y medio después de firmar el primer rescate); recapitalizar a la banca europea para aislarla de los problemas de deuda soberana; y ampliar el mecanismo de rescate de la zona euro para que pueda ayudar a economías más grandes en problemas, como la española y la italiana.
El punto más avanzado es el de la recapitalización. Ayer se confirmó que la cifra total que necesitan los mayores bancos europeos asciende a 100.000 millones. De esta cantidad una parte corresponderá a las cinco entidades más grandes españolas que tendrán además que asumir un descuento en la valoración de su cartera de deuda española «inferior al 2%» según confirmó anoche la vicepresidenta económica, Elena Salgado.
Donde realmente hay serias diferencias es en la fórmula para ampliar el fondo de rescate. Ya es seguro que no se recurrirá al Banco Central Europeo (BCE) para que permita endeudarse al fondo (EFSF por sus siglas en inglés). Ésta era la propuesta de Francia, pero se enfrentaba a la firme oposición de Alemania y la propia institución monetaria.
La otra opción que gana fuerza es que sea el FMI quien asista con más dinero a los países en peligro. Ayer el primer ministro holandés, Mark Rutte, defendió esta alternativa y aseguró que países como China, India, Rusia o Brasil han reaccionado positivamente. De ser ésta la solución, previsiblemente el FMI crearía un nuevo fondo para comprar deuda en las subastas de España e Italia, aunque paralelamente el EFSF podría hacerlo en el mercado secundario, es decir, en los bonos ya emitidos que tienen los inversores y cuyo valor no deja de caer.
Respecto a la asistencia a Grecia, el Eurogrupo dio el viernes el visto bueno para conceder el sexto tramo de ayuda, por importe de 8.000 millones. Ahora toca revisar los acuerdos del segundo rescate, firmados el pasado 21 de julio, para que la banca participe con más dinero en el rescate. El informe de la Troika (el grupo de expertos que está siguiendo los avances en Grecia) señala que sería necesaria un quita del 60% para llegar a un nivel de deuda del 110% del PIB en 2010. Es decir, que los bancos renunciaría a cobrar el 60% de todo lo que han prestado a Grecia.
No parece probable que en la cumbre de hoy vayan a verse grandes acuerdos. Lo más probable es que el resultado final de estas intensas negociaciones se conozcan el miércoles, cuando tenga lugar el segundo Consejo Europeo. Pero sin olvidar que hoy se deberá lanzar un mensaje de firmeza al mercado para que las Bolsas no den un susto en la sesión del lunes. Y requerirá de un gran esfuerzo de los líderes europeos porque, como dijo Jean-Claude Juncker el viernes, la imagen que la eurozona está enviando al exterior es «desastrosa».
Hay alternativas.
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