¿Por qué cayeron los mercados globales el jueves?

Rebelion.
¿Fueron los malos datos económicos de EE.UU., la repentina ralentización de la producción, la disminución de los gastos del consumidor, la contracción del PIB o los continuos problemas en el mercado de la vivienda?

No. Aunque la perspectiva de una doble recesión ha provocado la caída de las acciones durante dos semanas, el crash del jueves tuvo que ver sobre todo con Europa.

El jefe del BCE, Jean Claude Trichet, provocó pánico cuando anunció que el Banco Central reanudaría sus compras de la deuda irlandesa y portuguesa, pero no dio ninguna indicación de que compraría bonos de Italia y España en dificultades. (El bono soberano a diez años de Italia se ha disparado a más de 6% en los últimos días, una señal de creciente ansiedad). Los inversionistas interpretaron el significado del anuncio de Trichet como una señal de que el BCE no apoyaría el tercer mercado de bonos del mundo (Italia), de modo que los rendimientos de los bonos seguirían aumentando mientras bancos en toda la UE sufrirían pérdidas devastadoras. Eso provocó una tormenta en el mercado de bonos que se propagó rápidamente a los valores enviando los mercados globales a una caída en picado y eliminando 4,4 billones [millones de millones] de dólares de capital.
Por lo tanto, ¿qué significa todo esto?


Significa que nada ha cambiado desde la caída de Lehman hace tres años. Significa que las regulaciones básicas que se establecieron después de la Gran Depresión no se han restaurado, de manera que el sistema financiero sigue siendo tan inestable y propenso a las crisis como en 2008. Volvimos al punto de partida. Los bancos están tan subcapitalizados que el BCE tiene que tomar medidas de emergencia para impedir una posible catástrofe. El Financial Times lo resume como sigue:

“Italia puede permitirse ignorar el aumento de los rendimientos de los bonos durante meses. Los bancos europeos no pueden esperar. Las preocupaciones por los bancos, medidas por la brecha entre los acuerdos de tipos de interés futuros y de los swaps de índices medio a un día, son ahora peores que en el clímax del pánico del año pasado por Grecia. Las acciones de los bancos de la Eurozona estuvieron por última vez a un nivel tan bajo en abril de 2009, justo después de que el mercado llegara a su nivel más bajo.” ("Dr Trichet’s medicine leaves bitter after-taste", Financial Times)

Por lo tanto, el programa de compra de bonos de Trichet en realidad es otro rescate bancario. Pero los medios no lo describen de esa manera. De acuerdo con MSM, se trata de una “crisis de la deuda”, como si no se conociera la fuente del problema. Pero se conoce: el problema son los bancos. Los bancos son enteramente responsables. Un artículo titulado “"Euro Debt Crisis: Banks exposures to Italian bonds" da algunos antecedentes:

“Los bancos europeos (incluidos los del Reino Unido) tienen 167.000 millones de euros en bonos italianos (sobre todo en Francia –74.000 millones– y Alemania –39.000 millones–). Los bancos y aseguradores italianos tienen 245.000 millones de deuda pública. Si tomamos en cuenta todo esto (aseguradores, empresas de gestión de activos…), las exposiciones extranjeras a la deuda pública italiana se acercan a 806.000 millones.”

Impactos económicos

Con Italia bajo fuego, la crisis se orienta de un problema relativamente pequeño y manejable a un potencial desastre financiero. Si el valor de los bonos sigue cayendo (los diferenciales [spread] se amplían), las pérdidas de los bancos pronto podrían ser inmensas. Los primeros en sufrir serán los italianos. En este caso, hay que tener en cuenta las demandas a bancos locales. En consecuencia, la exposición al extranjero aumenta a más de 250.000 millones de euros, sobre todo para los bancos franceses (cerca de 100.000 millones) y los alemanes (75.000 millones). ("Euro Debt Crisis: Banks exposures to Italian bonds", Gecodia.com).

Bueno; si Trichet no compra decenas de miles de millones en bonos italianos en el mercado secundario, los bancos en Alemania y Francia perderán toneladas de dinero y posiblemente acabarán en la cuneta. Eso provocaría otra crisis global, que tiene que evitarse a cualquier precio, ¿verdad? Por lo tanto el BCE ha decidido llenarse de bonos problemáticos a fin de mantener sus precios artificialmente altos ahorrando cualquier pérdida a los bancos por sus malas inversiones. ¿Suena justo? Es el modelo que ha prevalecido desde el 15 de septiembre de 2008 y así sigue actualmente. No se puede permitir que los bancos pierdan dinero.

Hay que verlo como sigue: Digamos que Joe Blow compró una casa en 2005 por 400.000 dólares porque creyó la exagerada publicidad de que “Los precios de la vivienda solo pueden aumentar”. Pero en 2008, el señor Blow está con el agua al cuello porque los precios de la vivienda se han derrumbado y su casa solo vale 300.000 dólares. Peor todavía, tiene que vender rápido su casa porque acaba de perder su empleo. Por lo tanto Blow tiene que vender su casa por 300.000 dólares y aceptar una pérdida de 100.000. Así tiene que funcionar el capitalismo, ¿verdad?

Pero las reglas no se aplican a los bancos. Si ganan, se guardan los beneficios. Y si pierden, consiguen un rescate. Y, claro está, todo esto tiene terribles consecuencias para la economía real porque el desvío de capital hacia instituciones financieras tambaleantes (que deberían reestructurarse) limita el crecimiento y la productividad. No es por coincidencia que los masivos rescates bancarios vayan acompañados de medidas restrictivas que han empujado a la economía en general al borde de otra recesión. Afianzar activos tóxicos –para que parezca que valen más de su valor real– es un negocio costoso que produce un crónico desempleo elevado, la caída de la demanda y un crecimiento lento. Hasta que no se reestructuren los bancos y se saneen sus deudas, la prosperidad seguirá siendo elusiva. Lo siguiente proviene de un artículo de The Economist:

“Las preocupaciones sobre el financiamiento de los bancos aumentan, ya que los bancos europeos en particular tienen dificultades para obtener financiamiento a corto plazo. Los analistas observan de cerca el diferencial del Euribor-OIS que, en efecto, mide la nerviosidad que sienten los bancos europeos respecto a los préstamos de dinero entre sí: esa medida se amplía de nuevo. La cantidad de dinero que los bancos de la zona euro depositaron en el Banco Central Europeo (lo que significa, claro está, que no se presta a otros bancos) llegó a un máximo en seis meses durante esta semana.

Al otro lado del Atlántico, los inversionistas retiraron 66.000 millones de dólares de fondos del mercado monetario en la semana que terminó el 3 de agosto, según datos de Lipper, una firma de investigación. Es la segunda salida neta por su tamaño hasta ahora… los fondos del mercado monetario están presionando fuerte en los vencimientos. Un jefe de banco europeo dijo en privado la semana pasada que nunca ha visto una aversión al riesgo tan intensa.

Como reacción el BCE anunció ayer que vuelve a introducir un financiamiento ilimitado por seis meses a los bancos que lo deseen, un aumento de los préstamos actuales por tres meses.” ("High Anxiety", The Economist)

¿Está claro? Estamos al comienzo de una crisis bancaria hecha y derecha. Los bancos están acumulando dinero de un día al otro en el BCE, los mercados presencian fuertes retiradas de dinero, los indicadores de estrés del mercado han aumentado y los préstamos entre bancos comienzan a petardear. Si la liquidez se congela, “se acabó el juego”. El sistema financiero de la UE se paralizará y la economía global entrará en caída libre. Por eso Trichet intervino a pesar de objeciones de los miembros alemanes del consejo gobernador del BCE. Es la única manera que encontró para impedir otra catástrofe.

Pero los problemas están lejos de haber terminado. Mientras los bonos italianos y españoles pierden valor, la cobertura de los bancos alemanes y franceses disminuirá cada vez más. Eso hará que el financiamiento de sus operaciones repo (acuerdos de cesión temporal) sea más difícil porque los bonos que habían estado utilizando como colateral se habrán recortado. Cuando Trichet compra bonos italianos o españoles, está, en efecto, suministrando un subsidio a los bancos (al reducir los rendimientos) y entonces se lo estará cobrando a los trabajadores que tendrán que cargar el peso de salvajes medidas de austeridad para compensar la diferencia. Esto no tiene nada que ver con capitalismo de libre mercado. Es una transferencia directa de riqueza de una clase a otra. Es un robo a mano armada.

Resultado final: La crisis crediticia persiste. Los mercados financieros no se han reconfigurado para reducir el riesgo y los bancos tampoco han conseguido suficiente capital para resistir pérdidas en sus activos no rentables. El esfuerzo para regular el sistema después de Lehman ha fracasado en su mayor parte. Más importante aún: el Gran Dinero controla ahora las palancas del poder a ambos lados del Atlántico, y por eso la UE y EE.UU. van de camino a un período prolongado de estancamiento económico, alto desempleo y agitación civil.

Mike Whitney vive en el Estado Washington. Para contactos: fergiewhitney@msn.com

Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article28775.htm

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