El español Aureliano Pérez Yruela, durante su retiro en un apartado lugar de Huelva, recibió una “revelación” una noche mientras dormía, y creyendo que Alá se le había manifestado en sueños se convirtió al Islam. Pocos años después, encontrábase Aureliano en Méjico vendiendo coranes en la Feria del Libro de Guadalajara, cuando estalló en Chiapas la revuelta zapatista, acontecimiento que le sedujo. Para entonces, Aureliano, el conocido cuñado de la estulta Carmen Calvo que fue titular de Cultura, se llamaba Muhammad Nafia (“El útil”)
Instalado Aureliano en San Cristóbal de las Casas, junto a los españoles Suleimán ( Javier Lago) Idriss (Esteban López) e Ibrahim ( Javier Coy) comenzó su labor conversora, consiguiendo en 1996 el primer adepto para el islam en la ciudad: Anastasio Gómez, indio tzotzil de 22 años.
El cordobés Aureliano, que sigue las enseñanzas sufíes de Ian Dallas, máximo dirigente del Movimiento Mundial Morabitun que tiene su sede en España, ha afirmado sin complejos: “Nosotros, no creemos en la democracia. Y yo me enorgullezco de no haber votado nunca”.
Mientras que el antijudío Chavez y su compadre Evo expulsan a los misioneros evangélicos de sus dominios por ser “espías y genocidas”, otros “misioneros” sí son bien recibidos , como los enviados por el régimen chiita iraní que, en poco tiempo, han convertido al islam a la tribu india venezolana de los wayu.
El dictador venezolano, el mismo que discursea gozoso en televisión sobre su flato y escatológicos procesos diarréicos, es un entregado admirador de Ahmadineyad y el sicario venezolano convertido al slam Ilich Ramírez Sánchez, más conocido como “Carlos, el Chacal”. A “Carlos”, asesino en serie que “ trabajó” para los más repugnantes regímenes musulmanes y organizaciones terroristas de extrema izquierda, Hugo Chávez, en el transcurso de una conferencia de la OPEP celebrada en Caracas le definió como “distinguido compatriota y amigo”, pese a ser el asesino confeso de al menos 100 personas.
El Islam, ya se ha asentado en Hispanoamérica gracias a la prédicas de antiguos ateos comunistas como Aureliano Pérez y los bufones bolivarianos.Y no tardaremos mucho tiempo en comprobar cómo este adoctrinamiento en una ideología totalitaria generará conflictos sangrientos en Hispanoamérica, al igual que sucede en Filipinas
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