A 9 años del golpe en Venezuela, la desestabilización continúa y los mismos perpetradores de las agresiones contra la democracia venezolana siguen intentando de nuevo socavar la voluntad del pueblo. Una de ellos, se llama Maria Corina Machado, diputada a sueldo de los Estados Unidos (pero) en Venezuela.
No sorprende que a 9 años del fallido golpe de estado en Venezuela, que con el apoyo político y financiero de Washington logró sacar brevemente al Presidente Chávez y su gobierno del poder, los mismos perpetradores siguen activos con sus planes de desestabilización.
El financiamiento multimillonario de las agencias estadounidenses, y de algunas fundaciones y gobiernos europeos y canadienses, a los grupos anti-chavistas ha alcanzado más de 50 millones de dólares anuales, y todo indica que estas grandes inversiones están siendo orientadas hacia el proceso electoral en 2012, cuando el país suramericano enfrentará elecciones presidenciales y regionales de nuevo.
El gobierno de Estados Unidos, quien apoyó públicamente al golpe contra el Presidente Chávez en 2002 y el gobierno dictatorial que se impuso a la fuerza en las horas después del secuestro y casi asesinato del jefe de estado venezolano, ha incrementado su postura agresiva y hostil contra el país petrolero, buscando colocarlo formalmente en su lista de “estados terroristas” para justificar una intervención militar en su contra.
Y aunque aún no han logrado este objetivo, en los años después del fracasado golpe, han repotenciado su presencia militar en el Caribe y el norte de Sur América, rodeando a Venezuela con buques y aviones de guerra, submarinos y fuerzas especiales, capaces de actuar en cualquier momento, si fuera necesario.
A pesar de la “desilusión” que mantiene Washington con los dirigentes y partidos opositores en Venezuela, como destacan varios cables secretos del Departamento de Estado divulgados por Wikileaks, el gobierno estadounidense sigue apostando por la alternativa opositora. Un documento de Wikileaks, de fecha junio 2009, redactado por el encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Caracas, John Caulfield, resaltó como los partidos de la oposición “no tienen la voluntad de sacrificar las ambiciones personales para unificarse” contra el Presidente Chávez.
El cable analizó el deterioro interno y los conflictos personales entre los principales dirigentes de los partidos Primero Justicia, COPEI, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo, y expresó la preocupación de Washington de la imposibilidad de unidad entre los sectores opositores.
En otro cable, de abril 2006, el entonces embajador estadounidense, William Brownfield, clasificó al secretario general del partido opositor Acción Democrática (AD), Henry Ramos Allup, como “sobre-confiado”, “sin imaginación” y “repelente”. También dijo que el partido AD no iba a ningún lugar, estaba “rápidamente” decayendo.
Pero a pesar de la desilusión con los partidos opositores, el Departamento de Estado y sus agencias, como la National Endowment for Democracy (NED) y la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID), han aumentado su financiamiento y asesoría a estos grupos, buscando como ayudarlos a planificar una estrategia para retomar el poder del Presidente Hugo Chávez.
Una de los principales receptores de estos fondos multimillonarios ha sido, la ahora diputada, Maria Corina Machado. Hace 9 años, Maria Corina Machado asistió felizmente al Palacio de Miraflores durante el golpe de estado, para ser testigo y firmante del famoso “Decreto Carmona”, que el 12 abril 2002 disolvió todas las instituciones democráticas del país – desde el cuerpo ejecutivo, el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral, la misma Asamblea Nacional donde ahora ella participa, la Fiscalía General, y hasta la propia Constitución de la República.
Cuando el golpe fracasa, a Maria Corina, la asignan una nueva misión desde Washington – la creación de una organización “electoral” para hacer campaña contra el Presidente Chávez, intentando “revocar” su mandato en un referéndum.
Ella fracasó de nuevo, pero el apoyó siguió. Su grupo, Súmate, continuó al frente de las campañas electorales de la oposición y en 2005, ella fue recibida con manos (y rodillas) por el Presidente George W. Bush, en la Oficina Oval de la Casa Blanca. Con un trato de “jefe de estados”, Bush permitió que Machado ofrecía una rueda de prensa en la misma Casa Blanca, algo que poco ocurre con una representante de una “organización no gubernamental” de América Latina.
Machado fue premiada varias veces por la NED y el Departamento de Estado, y hasta recibió una beca para participar en un semestre en la distinguida universidad Yale en 2007 – todo en preparación para su “destino” político en Venezuela.
A pesar de su pública relación con el gobierno estadounidense, y las pruebas del financiamiento de su campaña electoral (algo que viola la ley venezolana), Maria Corina fue elegida diputada de la Asamblea Nacional en septiembre 2010.
Pero desde asumir su cargo el 5 enero 2011, la diputada casi no ha ejercido el poder. Más tiempo ha invertido en sus viajes a Estados Unidos, para fortalecer sus contactos y, presuntamente, recibir instrucciones y apoyo estratégico de sus “amos”.
Por eso no sorprende que los días del aniversario del golpe de abril de 2002, Maria Corina se encuentra en Estados Unidos, a cuentas del Departamento de Estado, dictando “conferencia” y reuniéndose con distintos sectores políticos para planificar nuevas acciones contra el gobierno venezolano.
Este 13 abril - que es el día que se celebra el rescate de la democracia en Venezuela, debido a que fue el día cuando el pueblo venezolano se levantó en 2002 a reinstaurar su constitución y rescatar a su presidente, Hugo Chávez, de las manos golpistas- Maria Corina Machado se encuentra en Miami, en un evento pagado por el Departamento de Estado, dictando una conferencia bajo el título “600 días para erradicar el autoritarianismo: Transformando a Venezuela”, en la Universidad de Miami.
El anuncio del evento dice claramente que fue realizado con el “apoyo financiero del Buró de Asuntos Culturales y Educativos del Departamento de Estado”, que es una de las divisiones de propaganda de la diplomacia estadounidense. Además del apoyo financiero del Departamento de Estado, el evento tuvo un costo de 20 dólares por asistente, para generar más ingresos para la diputada opositora y su campaña contra el gobierno venezolano. [Pueden ver el afiche original aquí: https://www6.miami.edu/hemispheric-policy/Program_Announcements_2011/MariaCorinaMachado2011-Announcement.pdf].
Cínicamente, Maria Corina Machado, quien dice representar al “pueblo venezolano” también participó en un vulgar evento en Miami, junto a un grupo de auto-exiliados, fugitivos y delincuentes venezolanos, varios de los cuales quienes participaron en el golpe de abril 2002 y otros actos de terrorismo y criminalidad en Venezuela en los últimos años. Titulado el “Día del Exiliado Venezolano”, Machado fue honrada junto a la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen, jefa del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense y conocida socia del terrorista Luis Posada Carriles.
En vista de sus graves violaciones de la ley venezolana, habrá que preguntar, ¿cómo es posible que una diputada venezolana viaje a Estados Unidos pagada por el Departamento de Estado para dictar conferencias contra su país, y luego hasta celebra con un grupo de fugitivos, golpistas y criminales en Miami? ¿Habrá justicia a su regreso a Venezuela, o reinará la misma impunidad que ella ha disfrutado desde el 2002?
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