Este país es una ruina

Acratas

Ya no sabemos como decirlo desde Ácratas. Todo es bastante simple: España dejo de ser un país soberano desde que, en mayo de este año, EEUU, a toque de cornetín, pusó firmes a ZP; y el PSOE se vió obligado a escenificar el primer acto de autogolpe de Estado, empezando a machete limpio con los recortes preceptivos. Desde ese momento, la Presidencia del Gobierno se convirtió en una mera secretaría del FMI. Y así, en todo este tiempo, la intervención de las potencias extranjeras en los asuntos
internos de España ha ido e irá a más. Y sin embargo, los últimos en enterarse de este protagonismo en la prensa diaria internacional están siendo los propios españoles. Prueba de esta inopia colectiva, esta censura por parte de la Partitocracia, es la opinión muy extendida de que con unas elecciones generales, cambiando al iluminado por el barbas, se podría tener una nueva oportunidad para remontar posiciones.

Unas elecciones generales a esta altura de la película son irrelevantes. Las elecciones que nos afectarían de lleno, en todo caso, son las de los EEUU y Alemania, como nos afectaría lo barato que puedan comprar los chinos trozos de eso llamado España a precio de ganga —se rumorea que están para llevarse a Timofónica—. Y esto siendo generoso: son cada vez más los que se están dando cuenta que este es un país que, aunque por fuera ha lucido como desarrollado, por dentro era una ruina, que ha ocultado su atraso económico tragando una deuda que jamás podrá pagar.

Sólo hace falta echarle un vistazo a la prensa alemana para comprobar que ya ni nuestros principales acreedores confían mucho en nuestra salvación, por mucha pasta que nos inyecten; y lo que buscan es ir recuperando como sea lo prestado hasta la fecha, como condición para pequeños préstamos futuros. La sugerencia del luxemburgués Juncker sobre la creación de unos eurobonos, pensados para el ya seguro rescate que habrá que hacer con España, ha sentado como una patada en los huevos a la Merkel. Una encuesta en Die Welt no deja lugar a dudas: un 80% de los lectores se oponen a la medida. Los eurobonos no serían otra cosa que un impuesto indirecto a los alemanes, que tendrían que pagar más por financiarse con eurobonos basura contaminados por deuda de los PIIGS que por la suya actual propia.

Para vislumbrar el futuro que nos espera, nada mejor que irse a un país intervenido por el FMI, por ejemplo uno sudamericano. Su perfil es calcado al nuestro: tragaron alegremente cantidades disparatadas de deuda. Más temprano que tarde, se descubre que no pueden pagarlas. Para evitar motines populares, se tiene que seguir pidiendo crédito en cantidades mucho más pequeñas, a cambio de ir pagando la barra libre de los anterios años. El país vende el alma al acreedor. El gringo, como el alemán, viaja a esos paises y quita y pone ministros, presidentes de gobierno y, como si fuera su propia guardarropía, dicta las salvajes reformas y recortes sociales a seguir, mientras promueve la entrada de las multinacionales propias que compran compañias del país a precio de ganga, imponiendo un régimen oligopolístico. ¿Y el pueblo? Pues sobrevive con 100 euros al mes, teniendo los precios más altos que en España.

Todo esto, por supuesto, se hace manteniendo, en los paises intervenidos, la fachada de gobiernos democráticos, con derechos zapaterianos y demás. Los que se resisten, al final, son movimientos bien de extrema izquierda o de derecha que, por supuesto, son inmediatamente etiquetados como terroristas por el amo neocolonial, sea gringo o alemán.

Y ahora la reflexión de El Paleto: "Lo que confundió a esta mujer, y se alarmaba aún más, fue cuando le dije que, en España, no era USA quien intervenía directamente. En esta ocasión la intervención sería combinada entre USA, China y los países fuertes de Europa. Es una mujer muy sensible y no hacía más que lamentarse. Pobres españoles, pobres españoles..... Ella realmente es española, pero lleva 30 años fuera, viviendo en bastantes países."

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