Carlos Andrés Pérez no es el Cid Campeador

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Uno entiende que la oligarquía política, la burguesía corrupta, carente de liderazgo, cuando menos de un líder que la conduzca a recuperar siquiera las migajas de lo mucho que perdieron cuando el pueblo, después del 27/28 de febrero de 1989 y del 4F/27N de 1992, derrumbó el infame Pacto de Punto Fijo. Lo he dicho en varios trabajos, la oligarburguesía es una clase es proceso de descomposición, de desintegración, su evidentísima prosternación ante los dictados de una potencia extranjera los reduce al papel de peones y vende patria y se auto despojan de cualquier expresión de nacionalismo. Para ellos el país no fue más que una factoría a la que esquilmaban a su antojo y su pueblo, una masa ignara a la que explotaban, vejaban, esquilmaban.

Pero la muerte, para muchos inesperada, de Carlos Andrés Pérez, generó un vacío tremendo en el plano emocional y desesperadamente se lanzaron a hacerle biografías elogiosas y lo elevan al nivel de los grandes estadistas. Esa porquería televisiva que es Globovisión, más adulante no ha podido ser, más mentirosa y falaz, imposible. A la loa la acompañaban, como siempre, con la intriga, con el comentario venenoso, a comentarios que resultan insólitos y desproporcionados, y uno se preguntan: ¿qué pretenden los golpistas de Globovisión al manipular en demasía la imagen del fallecido?

Incluso la prensa regional, diario La Nación, El Nazional, El Universal y otros han manipulado sobre la posibilidad de que la familia trajera los despojos de CAP para convertir el hecho en una movilización política. El Presidente le salió al paso a la manipulación y señaló que si querían traerlo, no había ningún problema; otra de las hijas dijo a una agencia de prensa internacional que no lo traerían hasta que no salga Chávez del poder, es decir, el 2024, pero… seguirá después otro líder de la revolución y así hasta el final de los tiempos y los restos de CAP –que de seguro no reposarán porque en alguna parte tiene que pagar sus miles de crímenes– serán sólo polvo cósmico que nadie se acordará que existió un ser tan vil como ese.

Por la mente afiebrada de los disociados de Globovisión, de la MUD y toda la fauna contrarrevolucionario tal vez pretendían –o pretenden aún– equiparar a CAP con el famoso Rodrigo Díaz del Vivar o el Cid Campeador, que su cadáver, no sobre un caballo pero sí todo un show de caballería como el que montaron con Celia Cruz cuando falleció, con la evidente pretensión de golpear a la Revolución Cubana. Piensan que el muerto puede estremecer al país y, aprovechando la coyuntura, tratar de movilizar aquella masa “adolorida y agradecida” para enfrentarla al rrreeegimen chavista y lograr, dentro de sus planes golpistas, golpear realmente a la revolución. Porque, que la contrarrevolución tiene montado un plan golpista, no debe caber ninguna duda, ya hay muchas evidencias.

Pero, un presidente que ordenó el asesinato de miles de personas para defender los intereses de los capitalistas, del Fondo Monetario Internacional, de las transnacionales yanquis y europeas, del neoliberalismo ¿puede decirse que tiene patria? ¿Cuál patria, si la esquilmó, reprimió y asesinó a su gente, se apropió indebidamente de los dineros públicos?

Cuidado si por querer ir por la lana lo que salen es trasquilados. Eso es en las películas gringas donde los muertos salen a dirigir batallas y, para más ñapa, las ganan. La realidad venezolana hoy es otra y si no les gusta, si no pueden coexistir con un pueblo revolución, ¡váyanse! (humbertocaracola@gmail.com)(28-12-10)

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