Seis meses después de una tibia sesión en Estrasburgo en que auguró la salida de la crisis o defendió un "gran pacto social" para hacer reformas, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero se enfrenta hoy, de nuevo, al pleno del Parlamento Europeo.
En medio, quedan seis meses muy complicados para la UE, desbordada por el colapso financiero de Grecia y el contagio a España y Portugal y malhumorada por el nuevo reparto de poderes del Tratado de Lisboa.
En una sesión que el Parlamento ha programado con un formato más corto de lo habitual (dos horas para la intervención del presidente y el debate posterior), los socialistas tratarán de arropar al español de su familia política y los 'populares' europeos concederán, al menos, que España ha sufrido por ser la primera en experimentar el nuevo sistema institucional en Bruselas. Los liberales y los verdes coinciden en que el vaso ha estado "medio lleno".
"La Presidencia ha sido una prueba de estrés para Zapatero", explica el portavoz de los verdes, Helmut Weixler, en referencia a los tests que están pasando un centenar de bancos europeos, a la crisis de deuda que ha tocado a España y a la competencia institucional.
Logros de última hora
El vaso está "medio lleno" en su opinión porque incluso alguno de los logros, como la creación del nuevo servicio diplomático europeo, "aún se tienen que completar". Neil Corlett, portavoz de los liberales, explica que su grupo está "decepcionado" porque la Presidencia no intentara imponer sanciones a los países que no cumplan con los objetivos de educación o reducción de la pobreza para 2020, como sugirió el presidente Zapatero, pero está más satisfecho con el servicio diplomático o con el acuerdo de entrega de datos bancarios a EEUU, que el Gobierno logró pactar los últimos días del semestre.
La mayoría de los grupos coinciden en que "no ha sido fácil" gestionar el nuevo equilibrio entre las instituciones europeas. Joseph Daul, el líder de los 'populares' europeos, reconocerá hoy la peculiaridad de ese "pasaje" en el "territorio nuevo" del Tratado de Lisboa, según un portavoz.
Aunque, entre los grandes grupos del hemiciclo, los más duros serán el líder verde, Daniel Cohn-Bendit, y el liberal, Guy Verhofstadt, que se queja de que los españoles han reafirmado la tendencia "intergubernamental" dentro de la UE.
Los españoles, menos tibios
Los eurodiputados españoles también serán más críticos que en enero, cuando la mayoría respetó un pacto de no agresión por el semestre europeo. "El ambicioso programa que explicó ante el Parlamento Europeo quedó en agua de borrajas. Un presidente desbordado en su país y que ha tenido que emplear su tiempo en defenderse difícilmente podía liderar nada", explica Luis De Grandes, portavoz del PP en la Eurocámara, a la edición en papel de ELMUNDO.es
El presidente de los eurosocialistas, Juan Fernando López Aguilar, pide un poco más de paciencia porque el Gobierno seguirá teniendo un papel en el trío (las tres presidencias entre el primer semestre de este año y el segundo del siguiente, España, Bélgica y Hungría). "Ninguno de los objetivos de la agenda expuesta por el presidente se limitaba al marco temporal del semestre", explica también a este diario el socialista. "Nadie dijo que en seis meses fuera esperable obtener milagros, pero sí estar a la altura que la ocasión requería, con dignidad y dedicación intensamente europeísta", dice.
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