La deuda española: una bomba a punto de estallar



Suele decirse que los dos grandes males de la economía capitalista española son el desempleo y la deuda. Sobre el paro no hay mucho que decir que no se conozca, pero en el caso de la deuda las cifras, por desorbitadas, suelen provocar el distanciamiento de la gente. Por eso, es importante conocer a los acredores, a los que prestaron dinero a España y llaman para saber qué hay de lo suyo, son:



Francia con el 25%,
China con el 18%,
los países del Benelux 14,52%,
Alemania 7,14% e
Italia 5,97%.


Los titulares son en su mayoría bancos centrales, a los que se adeudan 77.470 millones, el 34% del total. Particulares y empresas no financieras tienen el 27,6%, hay casi un 21% en manos de bancos, entidades financieras y aseguradoras, y otro 17,4% en poder de fondos de inversión y de pensiones.

También es interesante saber que los nervios del gobierno se deben fundamentalmente a los plazos para pagar los intereses de esa deuda colosal que asciende a 459.055 millones de euros, (para que se hagan una idea en 1995 la deuda española ascendía a 187.227 millones de euros, de los que apenas 21.000 millones, es decir menos del 11,2%, estaba en manos extranjeras. Desde entonces el endeudamiento se ha multiplicado por 2,4), y esto se resume así: el día 18 de junio hay que pagar 8.100 millones, el 23 de julio, 7.600 millones, y el 31 de julio 16.180 millones, todo en intereses sobre los referidos 459.055 millones de deuda total.

Y la pregunta es: ¿Hay dinero para pagar? La respuesta es NO. ¿Entonces? Pues no queda otra que volver a endeudarse para pagar esos intereses con otros acredores. Y así, seguir multiplicando la deuda. Pero, ¿y qué futuro trae eso consigo? También es fácil de responder: una quiebra.

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