Marruecos ha entrado un clima nuevo, de intolerancia y persecución, que afecta a manifestaciones religiosas distintas del islamismo, incluyendo expulsiones de cristianos, pero también con síntomas de persecución a los españoles. Se atribuye a causas diversas, incluyendo el rumor de que el monarca está enfermo.
Personas que conocen bien la situación del país comentan que el fenómeno de las expulsiones de cristianos, que han proliferado, constituye un hecho sorprendente por lo prolongado en el tiempo en la aplicación de estas medidas excepcionales.
Sin embargo, resultan mucho más sorprendentes y preocupantes, por lo que tienen de novedosas, ciertas manifestaciones de intolerancia hacia signos religiosos externos, como la cruz, pero también hacia los españoles, esto último algo completamente nuevo.
En una carta al rey, siete mil ulemas manifestaron su apoyo a las medidas de expulsión tomadas contra algunos cristianos, entre ellos un franciscano egipcio. Hasta aquí resultaba normal. Lo llamativo fue una referencia a las obras sociales de los cristianos, calificándolas como una forma de atropellar la fe de los musulmanes.
Analistas consultadas por El Confidencial Digital apuntan que la espada de la ley anti proselitismo empieza a representar una amenaza, no ya para las personas que hablan de su fe, sino para las que son coherentes con ella, puesto que su forma de vida y su servicio a la comunidad se empieza a considerar una amenaza para la fe musulmana. Lo cual resulta mucho más inquietante.
Sobre qué es lo que hay detrás de las expulsiones de cristianos, no existe una respuesta clara. Apunta a que un islamismo fundamentalista empieza a manejar las riendas del poder, pero también pueden ser indicio de debilidad estructural en el edificio de la fe islámica. Sin descartar los rumores que afirman que el rey, Mohamed VI, está enfermo.
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