- Libertad Digital
Cuando este mismo mes Wolfgang Schäuble, ministro alemán de Finanzas, propuso la creación de un fondo monetario europeo estaba tendiendo una cortina de humo sobre el más que seguro rescate de Grecia. Esta es la lectura de los hechos que ha realizado el prestigioso comentarista del Financial Times, Wolfgang Munchau, uno de los pocos analistas que, hace cuatro años, supo ver las dificultades a las que se iba a enfrentar la economía española tan pronto como pinchase la burbuja inmobiliaria.
A juicio de Munchau, el de Grecia será el último rescate y demuestra los esfuerzos del Gobierno alemán por mantener con vida la eurzona tal y como la conocemos. Tal y como están las cosas, la crisis va a tener que costearla el sector privado, lo que implica que sólo los más competitivos podrán mantenerse dentro del sistema. No es, evidentemente, el caso de Grecia, ni el de España.
El plan de Schäuble exigiría que todos los Estados que integran la unión monetaria entregasen su política económica a un gestor centralizado. Como apunta Munchau, implicaría dejar sin derechos de voto a los países con un déficit excesivo o la retención de los fondos europeos de cohesión. Una propuesta semejante no la aceptaría nadie, empezando por los propios alemanes, sometidos a una fiscalidad mayor y a tener que rescatar con esos impuestos a los países gobernados por irresponsables. La consecuencia más probable de este hipotético fondo monetario europeo sería un estancamiento prolongado.
Llegados a este punto crítico a la unión monetaria sólo le quedan dos opciones. O adoptar una política fiscal única para los 16 países de la eurozona o expulsar a los países que no cumplan. Para Munchau la primera de las soluciones para sacar al euro del atolladero es poco menos que imposible de llevar a la práctica. Sería, en palabras del analista, “imposible forzar a países soberanos a adoptar ciertas políticas contra su voluntad”. Y menos aún cuando los líderes europeos ni siquiera admiten el problema al que se enfrenta la moneda única.
La segunda solución pasaría por purgar la unión monetaria de elementos conflictivos. Para el comentarista de Financial Times el euro es todavía posible, pero sólo entre países que compartan desarrollo y política económica. La propuesta del Gobierno alemán pasa más por la segunda opción que por la primera. Munchau remata diciendo que los alemanes deberían tener cuidado con lo que desean porque de un modo u otro una o la otra se harán realidad.
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