El horizonte que parecía lentamente despejarse para la economía europea volvió a nublarse repentinamente ayer con unos datos sobre la evolución de la actividad productiva muy inferiores a lo esperado. Tanto en la eurozona como en el conjunto de la Unión, el producto interior bruto (PIB) apenas subió el 0,1% en el cuarto trimestre de 2009 (en tasa intertrimestral), la tercera parte de lo pronosticado por los analistas.
Los datos del conjunto de 2009 certifican la profundidad de la recesión vivida en Europa el pasado año. El retroceso fue del 4% en el conjunto de la zona euro y del 4,13% en la Europa de los 27. Se trata aún de datos provisionales, ya que no todos han proporcionado los correspondientes al cuarto trimestre, como es el caso de Irlanda. Curiosamente, en los otros tres países ahora bajo la lupa de los mercados, la caída del PIB fue menor que la media: el 3,6% en España, el 2,7% en Portugal y sólo el 2% en Grecia.
El tramo final del año ha puesto en solfa las expectativas sonrosadas creadas en el trimestre veraniego sobre la evolución de la economía europea al certificar la salida de la recesión. Sin ser un despegue brillante, los expertos habían vaticinado que en el cuarto trimestre la producción comunitaria mantendría el tipo, aunque fuera al más modesto 0,3%.
Resultó, por lo tanto, chocante la certificación de Eurostat de que el PIB europeo creció el mínimo posible del 0,1%. "Hay recuperación y ésa es la buena noticia", comentó Amadeu Altafaj, portavoz del nuevo comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn. "Pero hay fragilidad y no podemos echar las campanas al vuelo". Es decir, que "todavía queda mucho por hacer en términos de recuperación".
Bien consciente del trauma vivido con Grecia, que volvió a profundizar su recesión en el último trimestre del año (0,8% negativo) y ha puesto a prueba la credibilidad de la eurozona, el portavoz indicó que los Veintisiete han de pensar en políticas fiscales que fomenten el empleo y el crecimiento, pero con la previsión de que las muletas de los estímulos fiscales habrán de ser retiradas un día. "Una recuperación inteligente supone unas cuentas públicas saneadas".
Diversos analistas recordaban ayer las proféticas palabras de Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, quien lleva tiempo advirtiendo de que la recuperación económica se hará a trompicones y de forma caótica.
La siempre rigurosa Alemania le vino a dar la razón. Tras medio año de paulatino crecimiento (0,7% en el anterior trimestre) que había seguido a un año completo de recesión, la primera economía comunitaria frenó en seco y se quedó a cero. Caída en el consumo interno y en las inversiones son las razones objetivas del parón, si bien los sondeos de opinión entre los empresarios revelan desde hace meses un alza en la moral. Un responsable de Commerzbank hacía luz en la oscuridad al asegurar que sería un error dar por terminada la incipiente recuperación germana, pero el ministro de Economía, Reiner Bruedeler, augura que este primer trimestre de 2010 no será muy distinto al último de 2009.
Si es verdad que la economía Alemania sólo pasa por un bache pasajero, la italiana, tercera de la eurozona, ha caído en una zanja. El crecimiento del 0,6% del tercer trimestre se ha convertido en una contracción de 0,2% para cerrar el año, en contra de las previsiones de un mínimo positivo. La información oficial estadística italiana atribuía la res
con referencia a:
"Hay fragilidad", advierte el comisario Rehn, en línea con Trichet
Grecia, España y Portugal caen menos que la media en el total del añoEl panorama se ve aún más oscurecido por el sorprendente y brusco frenazo de Alemania, motor de la economía europea, que no creció. Peor lo tuvo Italia que volvió a la senda negativa. España sigue en recesión. Sólo Francia parece consolidar su recuperación en la eurozona, al sumar ya tres trimestres de crecimiento. "Todavía queda mucho por hacer en términos de recuperación", resumió un portavoz de la Comisión Europea.
Los datos del conjunto de 2009 certifican la profundidad de la recesión vivida en Europa el pasado año. El retroceso fue del 4% en el conjunto de la zona euro y del 4,13% en la Europa de los 27. Se trata aún de datos provisionales, ya que no todos han proporcionado los correspondientes al cuarto trimestre, como es el caso de Irlanda. Curiosamente, en los otros tres países ahora bajo la lupa de los mercados, la caída del PIB fue menor que la media: el 3,6% en España, el 2,7% en Portugal y sólo el 2% en Grecia.
El tramo final del año ha puesto en solfa las expectativas sonrosadas creadas en el trimestre veraniego sobre la evolución de la economía europea al certificar la salida de la recesión. Sin ser un despegue brillante, los expertos habían vaticinado que en el cuarto trimestre la producción comunitaria mantendría el tipo, aunque fuera al más modesto 0,3%.
Resultó, por lo tanto, chocante la certificación de Eurostat de que el PIB europeo creció el mínimo posible del 0,1%. "Hay recuperación y ésa es la buena noticia", comentó Amadeu Altafaj, portavoz del nuevo comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn. "Pero hay fragilidad y no podemos echar las campanas al vuelo". Es decir, que "todavía queda mucho por hacer en términos de recuperación".
Bien consciente del trauma vivido con Grecia, que volvió a profundizar su recesión en el último trimestre del año (0,8% negativo) y ha puesto a prueba la credibilidad de la eurozona, el portavoz indicó que los Veintisiete han de pensar en políticas fiscales que fomenten el empleo y el crecimiento, pero con la previsión de que las muletas de los estímulos fiscales habrán de ser retiradas un día. "Una recuperación inteligente supone unas cuentas públicas saneadas".
Diversos analistas recordaban ayer las proféticas palabras de Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, quien lleva tiempo advirtiendo de que la recuperación económica se hará a trompicones y de forma caótica.
La siempre rigurosa Alemania le vino a dar la razón. Tras medio año de paulatino crecimiento (0,7% en el anterior trimestre) que había seguido a un año completo de recesión, la primera economía comunitaria frenó en seco y se quedó a cero. Caída en el consumo interno y en las inversiones son las razones objetivas del parón, si bien los sondeos de opinión entre los empresarios revelan desde hace meses un alza en la moral. Un responsable de Commerzbank hacía luz en la oscuridad al asegurar que sería un error dar por terminada la incipiente recuperación germana, pero el ministro de Economía, Reiner Bruedeler, augura que este primer trimestre de 2010 no será muy distinto al último de 2009.
Si es verdad que la economía Alemania sólo pasa por un bache pasajero, la italiana, tercera de la eurozona, ha caído en una zanja. El crecimiento del 0,6% del tercer trimestre se ha convertido en una contracción de 0,2% para cerrar el año, en contra de las previsiones de un mínimo positivo. La información oficial estadística italiana atribuía la res
con referencia a:
"El parón de la economía alemana frena la recuperación europea"
- El parón de la economía alemana frena la recuperación europea · ELPAÍS.com (ver en Google Sidewiki)
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