Ibarra achaca la ausencia de crítica en el PSOE a la cobardía de sus dirigentes

elConfidencial.com
El ex presidente de la Junta de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra asegura que, si nadie de la generación de la actual dirección socialista alza la voz, no es por autoritarismo de José Luis Rodríguez Zapatero, sino por culpa de ellos mismos y de su "cobardía" por hacer dejación de su responsabilidad. En un artículo publicado este sábado en El País y titulado "PSOE:...donde nadie se atreve a levantar la voz", precisa que si fuera cierto que en el PSOE nadie hace crítica interna, la culpa no sería de Zapatero, "sino de quienes por una secretaría de Estado o por un Ministerio son capaces de perder la voz, la dignidad y la vergüenza".

"El silencio -recalca- no es consecuencia de un supuesto autoritarismo del secretario general del PSOE, sino de la cobardía de los que han hecho dejación de su responsabilidad".

En una comparación entre la etapa de Felipe González y la de José Luis Rodríguez Zapatero, señala que mientras que con el primero se discutían hasta la saciedad sus propuestas, ahora, en las reuniones del Comité Federal socialista (hoy se celebra una en Ferraz) sólo hay "elogios y aplausos", pero no por culpa del líder actual. Por el contrario, asegura que él nunca ha percibido que Zapatero pretenda prohibir o molestarse por la crítica libre y democrática.

Del mismo modo, señala que no duda de que la actual generación de socialistas tenga grabada a sangre y fuego" la ideología socialdemócrata, pero puntualiza que, por lo visto, "existe mucha ideología y apenas ninguna idea que permita al líder medirse y medir sus propias iniciativas". De ahí que considere que no se trata de rescatar o no a la anterior generación de socialistas, sino de saber si la posterior decide asumir su responsabilidad o queda "perdida y silenciosa".

Ibarra, quien aclara que Zapatero no tuvo ninguna intervención en su decisión personal de abandonar su cargo al frente de la Junta extremeña y que en ningún momento se siente marginado por él, señala que quienes en un momento determinado han ocupado una responsabilidad política no deben importunar a quien ostente el liderazgo y deben ayudarle si requiere su opinión.

"Ofrecerla con rigor, libertad y sinceridad, y, si no, silencio y no molestar", añade antes de negar que Zapatero haya acabado con la generación de socialistas que protagonizaron la Transición y precisar que, en todo caso, lo que puede ocurrir, es que la generación que cogió su testigo "decida prescindir de ellos mismos".

Ibarra reprocha también el hecho de que los ex ministros abandonen el Parlamento y subraya que quienes han ocupado cargos de esas características tienen mucho que hacer, como, por ejemplo, explicar su experiencia a miles de socialistas por toda España. "Miles de militantes nunca llegaron ni a concejal y ahí siguen, peleando y defendiendo sus ideas, sin pensar que, si no llegan a ministros, no merece la pena seguir en este apasionante proyecto", concluye el artículo.

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