Cotizalia.com
Guiño a los votantes alemanes en la recta final de la carrera por la Cancillería. Angela Merkel prometió ayer un recorte de impuestos "para todos los contribuyentes" en caso de que sea reelegida como canciller alemana. Sus declaraciones llegan cuando las encuestas de intención de voto muestran que la coalición centro-derecha que dirige no obtendría una clara mayoría en los comicios generales que se celebrarán la próxima semana. Merkel añadió que sólo recortes substanciales de impuestos garantizarán un rápido regreso al crecimiento económico necesario para afrontar el deficit presupuestario récord que sufre Alemania.
La jefa de Gobierno ha lanzado su propuesta en un momento en que la Unión Cristianodemócrata (CDU) tiene los nervios a flor de piel. Los sondeos indican que el apoyo a su coalición con los liberales (FDP) ha caído por debajo del 50%, según informa hoy el Financial Times. Los estrategas del CDU temen una repetición de las elecciones de 2005, cuando el partido terminó por delante del resto de grupos pero no logró hacerse con suficientes escaños como para gobernar en solitario junto al FDP, lo que obligó a Merkel ha formar una gran coalición con los socialistas del SPD, sus naturales oponentes.
"Estoy convencida de que debemos hacer todo lo que está en nuestras manos para superar esta depresión antes de regresar a una política fiscal más equilibrada", afirmó ante periodistas. "Debemos regresar rápidamente a un nivel de crecimiento económico que permita que crezcan de nuevo los ingresos fiscales", añadió.
Aunque la canciller ha mencionado anteriormente la posibilidad de un recorte de impuestos, también ha advertido de la urgente necesidad de lograr una estabilidad fiscal. Al presentar las reducciones como un modo de estimular los ingresos fiscales a largo plazo, la canciller parece estar estableciendo prioridades, según opina el FT.
Los comentarios de Merkel, a una semana de la reunión de los líderes del G-20, acercan a Alemania al consenso mundial de que los estímulos fiscales adoptados en pleno retroceso de la economía global deben encararse de una manera gradual y consensuada.
Arañar el voto de los indecisos
La agenda de la jefa de Gobierno y presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) no es la habitual en la recta final de campaña: a media semana interrumpirá los mítines para viajar a la cumbre del G-20 en Pittburgh (EEUU) y regresará el sábado para el cierre de campaña, la víspera del domingo electoral, el día 27. Pese a los sondeos, Merkel parece avanzar hacia la reelección sin despeinarse. Steinmeier tampoco se desgañita pidiendo el voto: a ambos contrincantes les une una serenidad desconcertante en un sprint donde se juegan el futuro gobierno -ella- y el paso a la oposición -él-.
Steinmeier sí se consagrará a tratar de arañar el voto de los indecisos, pese a las nulas expectativas que le dan los sondeos de superar a Merkel, su jefa en la Cancillería en sus cuatro años de ministro de Asuntos Exteriores, cuya Unión todavía aventaja a los socialdemócratas en nueve puntos, según los últimos pronósticos.
Merkel combinará la campaña con los compromisos internacionales -y acrecentará su reputación en casa como líder de rango mundial-, mientras su rival buscará acortar distancias sin perder la sonrisa. Forma parte de una manera peculiar de sustentar su carisma en la apariencia de seres corrientes. O sea, lo más cercanos posible a sus conciudadanos, a los que a su vez no les preocupa la inagen que exhibe la líder de la primera potencia europea. Es de destacar, sin embargo, que los tres puntos que ascendió el SPD esta semana suceden al único duelo televisado que mantuvieron Merkel y Steinmeier, el pasado domingo.
Guiño a los votantes alemanes en la recta final de la carrera por la Cancillería. Angela Merkel prometió ayer un recorte de impuestos "para todos los contribuyentes" en caso de que sea reelegida como canciller alemana. Sus declaraciones llegan cuando las encuestas de intención de voto muestran que la coalición centro-derecha que dirige no obtendría una clara mayoría en los comicios generales que se celebrarán la próxima semana. Merkel añadió que sólo recortes substanciales de impuestos garantizarán un rápido regreso al crecimiento económico necesario para afrontar el deficit presupuestario récord que sufre Alemania.
La jefa de Gobierno ha lanzado su propuesta en un momento en que la Unión Cristianodemócrata (CDU) tiene los nervios a flor de piel. Los sondeos indican que el apoyo a su coalición con los liberales (FDP) ha caído por debajo del 50%, según informa hoy el Financial Times. Los estrategas del CDU temen una repetición de las elecciones de 2005, cuando el partido terminó por delante del resto de grupos pero no logró hacerse con suficientes escaños como para gobernar en solitario junto al FDP, lo que obligó a Merkel ha formar una gran coalición con los socialistas del SPD, sus naturales oponentes.
"Estoy convencida de que debemos hacer todo lo que está en nuestras manos para superar esta depresión antes de regresar a una política fiscal más equilibrada", afirmó ante periodistas. "Debemos regresar rápidamente a un nivel de crecimiento económico que permita que crezcan de nuevo los ingresos fiscales", añadió.
Aunque la canciller ha mencionado anteriormente la posibilidad de un recorte de impuestos, también ha advertido de la urgente necesidad de lograr una estabilidad fiscal. Al presentar las reducciones como un modo de estimular los ingresos fiscales a largo plazo, la canciller parece estar estableciendo prioridades, según opina el FT.
Los comentarios de Merkel, a una semana de la reunión de los líderes del G-20, acercan a Alemania al consenso mundial de que los estímulos fiscales adoptados en pleno retroceso de la economía global deben encararse de una manera gradual y consensuada.
Arañar el voto de los indecisos
La agenda de la jefa de Gobierno y presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) no es la habitual en la recta final de campaña: a media semana interrumpirá los mítines para viajar a la cumbre del G-20 en Pittburgh (EEUU) y regresará el sábado para el cierre de campaña, la víspera del domingo electoral, el día 27. Pese a los sondeos, Merkel parece avanzar hacia la reelección sin despeinarse. Steinmeier tampoco se desgañita pidiendo el voto: a ambos contrincantes les une una serenidad desconcertante en un sprint donde se juegan el futuro gobierno -ella- y el paso a la oposición -él-.
Steinmeier sí se consagrará a tratar de arañar el voto de los indecisos, pese a las nulas expectativas que le dan los sondeos de superar a Merkel, su jefa en la Cancillería en sus cuatro años de ministro de Asuntos Exteriores, cuya Unión todavía aventaja a los socialdemócratas en nueve puntos, según los últimos pronósticos.
Merkel combinará la campaña con los compromisos internacionales -y acrecentará su reputación en casa como líder de rango mundial-, mientras su rival buscará acortar distancias sin perder la sonrisa. Forma parte de una manera peculiar de sustentar su carisma en la apariencia de seres corrientes. O sea, lo más cercanos posible a sus conciudadanos, a los que a su vez no les preocupa la inagen que exhibe la líder de la primera potencia europea. Es de destacar, sin embargo, que los tres puntos que ascendió el SPD esta semana suceden al único duelo televisado que mantuvieron Merkel y Steinmeier, el pasado domingo.
0 Comentarios
DEJA UN COMENTARIO