RIA Novosti
El acuerdo para la instalación de siete bases de Estados Unidos en Colombia enturbia hoy las relaciones colombo-venezolanas, mientras luces de alerta se encienden también en otros países de la región.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, advirtió ayer sobre el peligro y convocó a neutralizar la amenaza, que ya provocó también reacciones de gobiernos como el de Ecuador y Bolivia.
La primera afectación es el comercio colombo-venezolano, de más de siete mil millones de dólares anualmente, al tiempo que Venezuela anunció la decisión de fortalecer su defensa.
El costo que pueda tener para el comercio y los gastos en defensa, parecen, sin embargo, un costo pálido en relación con el peligro que representa la acción, considerada expresión del mantenimiento de una línea belicista de Estados Unidos.
Según Chávez, se trata del inicio de un cerco a la América del Sur para controlar sus recursos petroleros, acuíferos y minerales, diseminados en Venezuela, la Amazonía y el Cono Sur.
El presidente colombiano, Álvaro Uribe, ha tenido poco éxito en su intento de justificar las bases con el argumento de lucha contra el narcotráfico, cuyo principal exponente es el Plan Colombia.
Para Chávez, es significativo que en 1999, año en que asumió la presidencia, se puso en marcha la iniciativa, cuyo nombre original es Plan for Peace, Prosperity, and the Strengthening of the State (Plan para la paz, la prosperidad y el fortalecimiento del Estado).
El análisis parte del criterio que Estados Unidos en realidad no combate el narcotráfico, sino lo administra y la economía colombiana depende de la producción de narcóticos.
A partir del consumo generalizado de drogas, Chávez opinó que una de las razones por la cual no se enfrenta realmente el fenómeno es la dolorosa dependencia de la sociedad norteamericana de las drogas.
Si se corta el suministro se vuelve loco la mitad de Estados Unidos. Es doloroso, pero cierto. Es una sociedad enferma. Si no le suministran drogas, explota esa sociedad, expresó.
Otro elemento, afirmó, es el negocio multimillonario, además que proporciona a Estados Unidos la excusa para intervenir, derrocar gobiernos e invadir como hicieron en Panamá, cuando sin tener pruebas secuestraron al presidente Manuel Noriega.
El plan Colombia es un plan imperial, advirtió Chávez.
El acuerdo para la instalación de siete bases de Estados Unidos en Colombia enturbia hoy las relaciones colombo-venezolanas, mientras luces de alerta se encienden también en otros países de la región.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, advirtió ayer sobre el peligro y convocó a neutralizar la amenaza, que ya provocó también reacciones de gobiernos como el de Ecuador y Bolivia.
La primera afectación es el comercio colombo-venezolano, de más de siete mil millones de dólares anualmente, al tiempo que Venezuela anunció la decisión de fortalecer su defensa.
El costo que pueda tener para el comercio y los gastos en defensa, parecen, sin embargo, un costo pálido en relación con el peligro que representa la acción, considerada expresión del mantenimiento de una línea belicista de Estados Unidos.
Según Chávez, se trata del inicio de un cerco a la América del Sur para controlar sus recursos petroleros, acuíferos y minerales, diseminados en Venezuela, la Amazonía y el Cono Sur.
El presidente colombiano, Álvaro Uribe, ha tenido poco éxito en su intento de justificar las bases con el argumento de lucha contra el narcotráfico, cuyo principal exponente es el Plan Colombia.
Para Chávez, es significativo que en 1999, año en que asumió la presidencia, se puso en marcha la iniciativa, cuyo nombre original es Plan for Peace, Prosperity, and the Strengthening of the State (Plan para la paz, la prosperidad y el fortalecimiento del Estado).
El análisis parte del criterio que Estados Unidos en realidad no combate el narcotráfico, sino lo administra y la economía colombiana depende de la producción de narcóticos.
A partir del consumo generalizado de drogas, Chávez opinó que una de las razones por la cual no se enfrenta realmente el fenómeno es la dolorosa dependencia de la sociedad norteamericana de las drogas.
Si se corta el suministro se vuelve loco la mitad de Estados Unidos. Es doloroso, pero cierto. Es una sociedad enferma. Si no le suministran drogas, explota esa sociedad, expresó.
Otro elemento, afirmó, es el negocio multimillonario, además que proporciona a Estados Unidos la excusa para intervenir, derrocar gobiernos e invadir como hicieron en Panamá, cuando sin tener pruebas secuestraron al presidente Manuel Noriega.
El plan Colombia es un plan imperial, advirtió Chávez.
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