Los ricos se llevan parte de su patrimonio a la banca extranjera porque no se fían de la española

Seguro que recuerdan que, en pleno pánico financiero del otoño pasado, muchos inversores decidieron vender sus activos -se hundían todos a plomo y a la vez- y sacar su dinero del banco o la caja, no fueran a quebrar como Lehman Brothers. El oro físico y las cajas de seguridad para guardar el efectivo eran los productos de inversión más demandados. Sin llegar a tanto, las grandes fortunas realizaron traspasos de las entidades que consideraban más amenazadas a las que percibían como más seguras, y a este efecto se añadió el  temor -alentado por la fuerte subida del diferencial con Alemania y por los medios de ese país- a que España fuera expulsada del euro. Eso generó un movimiento de valores y efectivo desde entidades españolas a extranjeras.
Cuando las cosas se tranquilizaron merced a la batería de medidas de los gobiernos, a las bajadas de tipos y a la recuperación de los mercados, este fenómeno se frenó. Pero  ahora resurge  al hilo del flujo constante de noticias que cuestionan la solvencia de algunas entidades españolas, según confirman a El Confidencial distintas fuentes de la industria financiera. Es un movimiento silencioso y con un volumen global poco relevante (los ricos siempre son pocos y, en todo caso, no hay datos oficiales), pero muy ilustrativo de la desconfianza que genera nuestro sistema financiero en quienes, en teoría, más saben de esto.
Hay que dejar claro que no se trata de un descontento con los malos resultados de la gestión del patrimonio realizada por las entidades, algo por otro lado muy habitual dentro de la crisis que atraviesa la banca privada en España. Se trata de algo mucho más básico: el temor a que no sea seguro el sitio donde están depositadas las  inversiones. Es decir, estamos hablando de una cuestión de custodia de valores, no de gestión de la cartera.
Uno de los expertos consultados explica que "las grandes fortunas españolas están diversificando el riesgo país (que se fundamenta en una hipotética salida de España de la moneda única) y el riesgo custodio. Para reducir el primer riesgo, transfieren activos a entidades domiciliadas en otros países que consideran más solventes, como Alemania, Francia y Luxemburgo, y adquieren títulos de deuda pública de estos Estados. La preocupación por el riesgo custodio se fundamenta en  una potencial quiebra de la entidad financiera donde están depositados los activos, y, para reducirlo, diversifican el patrimonio entre diferentes entidades custodias, especialmente en extranjeras que consideran más solventes".

CCM y el fondo de rescate
¿Y qué ha pasado ahora para que se haya desatado de nuevo este temor? En primer lugar, "el varapalo de la intervención de Caja Castilla-La Mancha, que ha tirado por tierra la idea de que el sistema financiero español era el más sólido del mundo. Y no sólo eso, sino que ha demostrado que hay entidades que mienten en sus cuentas, por lo que ahora mucha gente no se fía de lo que publica su entidad", señala un analista del sector.

En segundo lugar, "la necesidad de un fondo de rescate de las cajas, que ellas mismas piden con urgencia y que el Gobierno reconoce estar ultimando, lo cual evidencia que hay entidades con problemas de solvencia. Y como nadie dice cuáles son, crece la desconfianza de los clientes", añade otro experto.

En busca de la solvencia

El banco privado Edmond de Rothschild y BNP Paribas son dos de las entidades extranjeras que reconocen haber crecido en el negocio de custodia con clientes españoles en los últimos meses. En ambos casos, señalan como principal argumento para atraer a los altos patrimonios de nuestro país su elevada solvencia: la entidad suiza cuenta con un ratio Tier 1 de capital del 18% (en España es raro superar el 8%) y destaca su especialización en gestión y custodia de patrimonios; la francesa no llega a esos niveles, pero ha recibido recientemente una inyección de dinero estatal de 5.100 millones de euros mediante preferentes para reforzar sus ratios de capital.

Este traspaso afecta a sicavs, fondos de inversión, liquidez, bonos y acciones, pero no a valores españoles. Esto se debe a que el sistema de registro de los títulos españoles es nominativo, con lo cual queda completamente a salvo de una posible quiebra del custodio; es decir, no hay riesgo custodio en nuestro país. Un sistema poco eficiente operativamente hablando pero que ahora es la envidia de Europa con la crisis. En el extranjero, lo habitual son las cuentas ómnibus donde se depositan los títulos de varios inversores o bien la utilización de subcustodios; en caso de quiebra, existe un riesgo para los activos depositados.

Más información:

El capitalismo en bancarrota en Kaos en la Red

Estado Español

Laboral / Economía

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