Algunos elementos para ayudar a interpretar la coyuntura venezolana


Es imposible entender lo que sucede en Venezuela si no advertimos que el pueblo venezolano está pagando el precio de todos aquellos que en la historia de Humanidad se animaron a hacer revoluciones, desde Espartaco para acá y pasando por Jesucristo y los primeros cristianos, las rebeliones originarias como las que encabezó Tupac Amaru, los y las guerreras de la independencia, la revolución paraguaya, las primeras luchas obreras, etc. Pertenezco a una generación que en los años 70 intentamos hacer una revolución y pusimos el cuerpo desde las organizaciones armadas, desde el movimiento obrero aportando a las interfabriles y pagamos muy duro nuestra osadía. Los 30.000 desaparecidos [de Argentina] no pueden desligarse de ese castigo. Pero además de ellos y de los encarcelados y los torturados y los exilados, nuestro pueblo pagó con una presión insoportable durante toda la dictadura.

Quienes vivimos por aquellos años vimos hermosos ejemplos de generosidad, solidaridad y heroísmo, pero también la peor cara de nuestro pueblo, sus peores miserias. Después se construyeron otros relatos donde cada cual resaltó la parte que consideró más conveniente. La presión que se ejerce hoy sobre el pueblo y el gobierno de Venezuela es del mismo origen y la misma intensidad que padecimos durante la dictadura en la Argentina. Y como ocurrió en nuestro país, cuando la presión llega al hueso, aparece lo mejor y lo peor del pueblo. Todo análisis o crítica que no tome en cuenta esta circunstancia carece de contexto, de carnadura. Además, y como ocurrió con otros procesos anteriores, quienes se aprovechan de criticar a Venezuela para ganar espacios en los medios del sistema o para hacerles cariñitos a los opresores sacando patente de sensato y responsable, son directamente obscenos.

En lo económico está en desarrollo un proceso hiperinflacionario con cifras de cuatro dígitos anuales, que ha provocado un feroz ajuste de los salarios que hoy están en entre los mas bajos de Latinoamérica, pero paradójicamente ha fortalecido la vinculación (y la dependencia) de los sectores mas pobres con el gobierno y el Estado, ya que son los únicos que tienen alguna iniciativa de resguardo frente a la crisis. El gobierno dejo de intervenir en los precios, que se dispararon sin que se tomara ninguna medida salvo la bancarización urgente para contener la crisis de efectivo, una mejora en la distribución de los CLAPS y aumentos periódicos de sueldos y bonos, por debajo de la inflación. El mayor peso del ajuste salarial se ha desatado contra los trabajadores de la administración publica, los trabajadores de la educación y la salud. Los sueldos de los trabajadores privados duplican a los de los trabajadores estatales. Sueldos tan bajos son compensados en parte por lo que ingresan en alimentos por bonos y alimentos secos (Claps) que son entre 40 y 50 dolares) y el subsidio a las tarifas que representan, en precios argentinos, alrededor de 100 dolares.

Los mercados de alimentos están abastecidos pero con precios muy altos, por lo que se ve poco movimiento de compras. Para incentivar las ventas hemos visto algunas promociones, como las que hace La Polar con un combo de productos a menor precio. La falta de efectivo ha generado la aparición de algunas monedas locales (como la de El Panal en el barro 23 de Enero), la utilización de algunos productos como moneda y el trueque. En Caracas y otros lugares donde funciona muy bien el Claps y algunas familias están sobreabastecida de alimentos secos (les ingresa una caja por territorio y dos cajas más por los trabajos de sus integrantes), se utiliza la mercadería sobrante para pagar servicios. Por ejemplo a alguien que viene a hacer una reparación doméstica se le paga con un paquete de harina y otro de arroz. Incluso se pagan transportes con alimentos. A la crisis del efectivo (no hay dinero físico en la calle y el que se consigue es pagando a sobreprecios que llegan al 400%). se suma la crisis de los servicios. Cada día que un trabajador va a su empleo puede encontrarse con que no hay agua, o electricidad y después tendrá que parir para conseguir un transporte, ya que los pocos que funcionan están sobrecargados.

Con respecto a la producción de alimentos, se mantiene baja, en particular en los llanos donde las mejores tierras están concentradas en manos privadas y se hace ganadería y algunos cultivos extensivos como el maíz, con el sistema de agricultura industrial. La mayor producción de alimentos se concentra en los valles de Aragua y Miranda y en la zona andina en Mérida, Tachira y Trujillo. Entre quienes alimentan a Venezuela -la mayoría son pequeños productores-, conviven dos modelos productivos, el de la agricultura industrial y el agroecológico. En lo urbano y periurbano ha crecido la producción de autoconsumo.

Con respecto a la percepción de la responsabilidad sobre los problemas económicos una ultima encuesta de Hinterlaces señala que alrededor del 60% de los venezolanos considera que son fruto de las malas decisiones del gobierno y un 40% los atribuye al bloqueo y la guerra económica. Si se les pregunta en cambio sobre en quién confían más para resolver la crisis: el gobierno de Maduro o un futuro gobierno de la oposición, una mayoría cercana al 68% considera que es tarea del gobierno actual, y apenas un 20% apuesta a la oposición. La encuesta pone números a lo que se percibe en la calle. El chavismo tiene un núcleo duro del 30-40%, y el gobierno no está pasando por su mejor momento, recibe muchas críticas de la población, pero la oposición esta totalmente deslegitimada.

En términos boxísticos, después de darse duro varios rounds el chavismo está muy mal, pero se mantiene en pie y la oposición esta en la lona. También en términos boxísticos podríamos decir que el gobierno está de pie, pero no muy lúcido, ni siquiera puede entender bien porqué ha sobrevivido. En lo económico desde el triunfo de la Asamblea Constituyente hasta aquí, la imagen del presidente puede ser la de un boxeador que después de una pelea tremenda y un poco groggy, pero consciente de su victoria, se limita a levantar los brazos y a sonreír. En ese estado de parálisis de medidas de gobierno y de "dejar hacer" se ha producido un fenomenal crecimiento de los precios que desembocó en el proceso hiperinflacionario.

Frente a estos hechos hay dos explicaciones que circulan en el chavismo. Unos dicen que todavía no hay plan, por falta de un diagnóstico preciso o herramientas para enfrentar la crisis, y otros dicen que el plan es precisamente liberar controles para que el mercado ponga los precios en su lugar. Es decir, hay plan, pero es tan antipopular que no se puede decir. Soy de los que piensa de que el plan está en disputa y mientras no se resuelva la parálisis de decisiones, el saldo es muy negativo para el pueblo..

En lo político, lo único que ha quedado en pie es el chavismo y el gobierno. El chavismo renovó el mandato presidencial por 6 años, controla 19 de los 23 Estados, el 92% de las Alcaldías y la Asamblea Constituyente. La oposición carece de incidencia, está dividida. sin iniciativa y muy desprestigiada. Tuvo un momento de auge cuando en diciembre de 2015 ganó la Asamblea Nacional, de allí en más cometió una increíble suma de errores políticos que la condujeron a su estado actual. Este panorama lastimoso se complementa con un estado de profunda depresión de la base opositora, que se expresa en su silencio en la calle, en los medios de transporte y la reducida presencia en sus convocatorias. Podría asegurarse que desde el momento que empezó el gobierno bolivariano, la oposición pasa por su peor momento. Su último error político fue no poder consensuar una posición única frente a la elección presidencial. Hubo un sector, que terminó siendo minoritario, que se presentó con 3 candidaturas diferentes. Ese sector fue aplastado electoralmente por la candidatura de Nicolás Maduro que lo venció por mas de treinta puntos. El sector de la oposición que recogió mas adhesiones promovió la abstención y apostó a un golpe militar que fue desbaratado, al menos en ese momento. Ese plan incluía un desplazamiento de Maduro y una transición suave, pactada con EEUU, a cambio de inmunidades para algunos jefes militares y capitales.

Además del golpe de Estado se cierne sobre Venezuela la amenaza de una invasión, a partir de la asunción de Iván Duque como presidente de Colombia. Duque responde a la linea de Uribe, un sector lumpen de la burguesía colombiana, cuyo principal negocio ha sido la guerra. Por eso se opusieron férreamente a los acuerdos de paz con las Farc. En términos geopolíticos, Colombia es el portaaviones de EEUU en el continente, ha sido diseñada en los últimos años para jugar un papel parecido al que juega Israel en Medio Oriente. La ofensiva militar puede darse a través de una invasión directa desde Colombia, o impulsando proyectos secesionistas como los que desarticularon a la ex Yugoeslavia. Hay un viejo proyecto de separar las regiones de la media luna occidental (Zulia, Tachira y Mérida) con protección colombiana. Lo nuevo es un intento secesionista por el Sur apoyados en el discurso de la autonomía de pueblos originaros (La nación de los Pemones) con apoyo de las iglesias evangelistas, el Imperio y Brasil.

La novedad en los últimos días ha sido un aumento de protestas populares, por ahora aisladas y localizadas, que plantean "somos chavista, pero no podemos vivir con estos salarios", o sin que se resuelva el problema de los transportes, o el agua. Muy ilustrativa de estas nuevas protestas fue la movilización de las enfermeras a la que se acercó la dirigente opositora María Corina Machado, y fue expulsada por las mujeres que se manifestaban. También ha generado mucho impacto la Marcha Campesina Admirable, donde alrededor de 200 campesinas y campesinos vienen marchando más de cuatrocientos kms a pie y van siendo recibidos en las distintas poblaciones por trabajadores y movimientos territoriales. Piden que se vuelva al proyecto original de la revolución bolivariana y que el ministerio de agroindustrias y Agro Patria se dejen de hacer negocios con los privados y se ocupen efectivamente de apoyar a los que trabajan y producen, que son los campesinos.

Las ultimas medidas anunciadas ayer [el jueves] por el Presidente Maduro parecen vislumbrar que después de casi un año con muy pocas iniciativas, se toman decisiones.

La más importante de ellas es la creación de una nueva divisa, el Bolívar soberano, que se anclará en el petro y en los precios del petróleo. Esta medida es muy importante porque deja de establecer un valor referencial del Bolivar en relación al dólar, afectando las maniobras realizadas con el dólar paralelo y las maniobras de cambios del Bolivar que se hace en las fronteras. Como bien dice el analista Juan Romero, este tipo de medidas, que van a causar mucho malestar en el imperio, deberían estar respaldadas por un tratado de asistencia reciproca con China y Rusia, para evitar futuras amenazas. Según se anunció, estas medidas empezarán a implementarse con el nuevo cono monetario (se le quitarían cinco ceros a la moneda) a partir del 20 de agosto. Es decir dentro de 25 días, un lapso de tiempo donde, en un país como Venezuela, pueden pasar muchas cosas. El pueblo, que ejerciendo un nivel de resistencia admirable, ha venido salvando lo que queda de la revolución bolivariana (más en la base que en el gobierno) tendrá algo que decir.

La Haine

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