El éxito de la investidura, con la posterior formación de un nuevo Gobierno, había colocado a Mariano Rajoy ante la perspectiva de mantenerse en La Moncloa hasta el final de la legislatura. Era lo que él mismo daba por hecho que iba a ocurrir.
En su entorno más cercano afirmaban, hasta hace solo un par de meses, que a Rajoy “se le veía incluso crecido”. Se declaraba muy satisfecho de la situación política y con una perspectiva clara de estabilidad y sosiego.
En círculos restringidos, el propio presidente explicaba: “Hace unos meses, me daban por muerto políticamente. Y muchos me decían que tenía que irme a mi casa. Ahora, prácticamente el único de los políticos europeos que permanece y tiene un futuro tranquilo soy yo. Basta mirar a los otros países…”.
Rajoy recordaba en privado entonces los casos del francés Hollande, del británico Cameron y del italiano Renzi, tres líderes que estaban de salida. Añadía también: “Y ojo con la colega Merkel. Que, en principio va a ganar, pero en estos momentos las encuestas no le son muy favorables”.
Inquietud por la estabilidad del Gobierno
Ahora, las cosas han cambiado. Según ha podido saber El Confidencial Digital por fuentes con acceso a La Moncloa, el Gobierno ha constatado que el estallido de la corrupción, es decir, la citación en la Audiencia Nacional por primera vez de un presidente del Gobierno y la mediática detención de una figura del rango de Ignacio González están dañando la imagen de España en el exterior.
El Ejecutivo señala en público que no cree que los últimos casos de corrupción sobre los que se han iniciado operaciones policiales, como la llamada Operación Lezo, vayan a afectar a los pactos realmente importantes y decisivos para la legislatura, como son los Presupuestos Generales del Estado.
Pero internamente, según las fuentes consultadas, altos cargos del Gobierno comienzan a admitir que existe “preocupación”. No ven totalmente despejado “el peligro de que la legislatura pueda ahora acortarse” . Por ello, la estrategia diseñada va a pasar por llamar a la responsabilidad del resto de grupos parlamentarios para que se avengan a pactar las cuentas públicas.
En el entorno del presidente y altos dirigentes del PP reconocen que “están viviendo esta ola de corrupción muy incómodos y molestos”. No pasan por alto que supone la “pérdida de una gran oportunidad política”, con los rivales internos debilitados y también con un escenario internacional incierto.
Chafados los mensajes en el viaje a Brasil
Uno de los primeros síntomas de la incertidumbre sobre España que ha detectado el Gobierno se acaba de producir en el viaje de Rajoy a Brasil.
El presidente y su equipo habían preparado una agenda con un marcado carácter económico. El mensaje elaborado con sus colaboradores destaca que el crecimiento en España será este año más alto de lo previsto, al pasar del 2,5 al 2,7%. También se resalta que los dos próximos años van a ser muy positivos. Ambos factores serán la palanca para crear 500.000 empleos al año y llegar a los 20 millones de trabajadores en 2020.
Esa era la prioridad de Rajoy, el argurmentario que iba a repetir durante el viaje oficial que inició el pasado domingo a Brasil y Uruguay.
España aterriza en un país harto de la corrupción
Por lo pronto, Rajoy ha llegado a una nación donde los grandes directivos están también hartos de la corrupción en su propio país.
En Brasil están pendientes de una enorme investigación judicial conocida como “Operación Lava Jato”. Ocho de los ministros del presidente Michel Temer están en el punto de mira tras una supuesta reunión en la que la constructora Odebrecht acordó pagar millonarios sobornos a su partido.
¿La corrupción puede llevarse por delante a Rajoy?
Este hecho, explican fuentes conocedoras de las conversaciones, ha provocado que el problema de la corrupción se haya convertido en asunto de conversación obligada sobre España en varios foros empresariales en los que ha participado Rajoy en los últimos días.
En Brasilia, destacados empresarios que tenían planes para invertir en España han sorprendido a representantes del Gobierno con una pregunta sobre la estabilidad a corto plazo del Ejecutivo español.
Han querido saber, antes de dar vía libre a sus proyectos, si la ola de corrupción que salpica estos días al PP puede llevarse por delante a Rajoy en unos meses. Algunos de ellos han sido mucho más directos y han llegado a cuestionar al presidente sobre el tiempo que le queda al frente del país tras los últimos escándalos conocidos en su partido.
En las conversaciones de estos altos ejecutivos brasileños con la delegación española han participado también, por ejemplo, representantes de Telefónica, Repsol, Ferrovial, Navantia o Indra, que acompañan al presidente en este desplazamiento a Latinoamérica.
Rajoy es percibido como un garante de estabilidad
Fuentes empresariales consultadas por ECD aseguran que la imagen y figura de Rajoy viene siendo percibida en el exterior como una garantía de estabilidad de España.
Había conseguido afianzarse ante los inversores, después de casi un año de Gobierno en funciones y con Podemos alejado prácticamente de todas las opciones de alcanzar el poder.
elconfidencialdigital.com
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