El presidente de Ecuador Rafael Correa, reflexionó sobre el golpe de Estado y la situación política en Brasil, planteando tres lecciones que arroja el golpe de Estado contra Dilma Rousseff y la mayoría del pueblo en Brasil.
En primer lugar, Correa señaló la importancia de tener un vicepresidente realmente leal. Correa dijo que Michel Temer, quien era el vicepresidente de Rousseff, “prefirió vender unos votos y traicionar a la dignataria sólo por dos años de poder”.
En ese sentido, hizo alusión a las referencias en Ecuador. “Siempre habrá gente coherente, quienes pertenezcan y defiendan un proyecto político como la revolución ciudadana por convicción”, manifestó. Y agregó que “debe haber vicepresidentes como Lenin Moreno y Jorge Glass (vicepresidentes durante sus mandatos), sinónimos de trabajo, de patriotismo y de lealtad”.
La segunda lección tiene que ver con las diferencias constitucionales entre Ecuador y Brasil. En este sentido, destacó que la Constitución ecuatoriana contemple la “Muerte Cruzada”, que autoriza al jefe de Estado a disolver el Congreso si el Legislativo determina destituirlo de su cargo.
“Si esa figura hubiera existido en Brasil, no hubiera ocurrido el golpe de Estado parlamentario que separó a Rousseff de su cargo, después de ser electa por más de 50 millones de votos populares en 2014″, analizó. En esta línea profundizó que los legisladores que votaron la destitución de Dilma no se hubieran arriesgado a hacerlo si esto implicaba poner en juego su banca, ya que una gran proporción de ellos se encuentran acusados por corrupción, protegidos ante los procesos judiciales por sus fueros.
Por último, Correa estimó que es muy importante y necesario que el gobierno cuente con la mayoría en el Poder Legislativo. “En Brasil el Partido de los Trabajadores ganó el Gobierno, pero ni de lejos ganó la mayoría parlamentaria”, explicó haciendo referencia a las alianzas políticas. “De ahí la importancia de que un proyecto político, histórico como son los de izquierda de nuestra América, tenga respaldo parlamentario, de lo contrario se vuelve ingobernable”, analizó.
A pesar de la actual situación, el presidente Correa manifestó confianza en que Brasil retome el camino de la democracia. “Sabemos que esta es una triste noche y que llegará muy pronto una aurora y sabrá Brasil salir adelante, liberado de tantos politiqueros, tanta traición y tanta corrupción”, afirmó.
“Todo nuestro respaldo a Dilma, todo nuestro cariño a Lula, todo nuestro apoyo al pueblo brasileño”, agregó.
El pasado 31 de agosto, al conocer la noticia de la destitución definitiva de Dilma Rousseff, Correa envió varios mensajes a través de su cuenta Twitter @MashiRafael en el que decía: “Destituyeron a Dilma. Una apología al abuso y la traición. Retiraremos nuestro encargado de la embajada. Jamás cohonestaremos estas prácticas, que nos recuerdan las horas más obscuras de nuestra América. Toda nuestra solidaridad con la compañera Dilma, con Lula, y con todo el pueblo brasileño. ¡Hasta la victoria siempre!”.
Además, la Cancillería ecuatoriana emitió un comunicado en el que condenó los acontecimientos políticos acaecidos en la República Federativa de Brasil, que resultaron en “la separación definitiva de su cargo de la Presidenta constitucional Dilma Rousseff, legítima depositaria del mandato popular”.
“El Gobierno del Ecuador rechaza la flagrante subversión del orden democrático en Brasil, que considera un golpe de Estado solapado. Políticos adversarios y otras fuerzas de oposición se confabularon contra la democracia para desestabilizar al Gobierno y remover de su cargo de forma ilegítima a la Presidenta Dilma Rousseff”, afirmaron.
Asimismo, especificaron que el procedimiento de destitución no cumplió con el requisito fundamental de probar que la mandataria haya cometido delitos de responsabilidad. “El Gobierno del Ecuador no puede soslayar el hecho de que un número importante de los decisores en el proceso de juicio político a la Presidenta están siendo investigados por graves actos de corrupción”, agregaron.
En este sentido, el gobierno ecuatoriano informó que ha decidido llamar a consultas al encargado de negocios en Brasil.
“Estos lamentables sucesos, inaceptables en pleno siglo XXI, suponen un serio riesgo para la estabilidad de nuestra región y constituyen un grave retroceso en la consolidación de la democracia, que tanto esfuerzo y sacrificio ha significado para nuestros pueblos”, concluye el documento.
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