Durante las últimas semanas los venezolanos hemos sido testigos de la reiterada crítica y condena del Gobierno nacional al Gobierno de Estados Unidos, por considerar que este último ha intervenido descaradamente en nuestros asuntos internos. En diversos pronunciamientos de autoridades de Venezuela en tal sentido, incluidos los del mismo presidente, se resalta que somos soberanos e independientes, y que no se acepta intromisión ni imposición imperialista alguna. Mientras tanto del lado norteamericano se han generado algunas acusaciones y tomado algunas medidas, incluida la aprobación de un proyecto que buscaría sancionar a altos funcionarios venezolanos.
No obstante la situación antagónica descrita en el párrafo anterior, se llevaron a cabo sendas negociaciones entre la estatal de la nación suramericana PDVSA y las empresas estadounidenses Shlumberger, Halliburton y Weatherford, evidenciando que Venezuela y el país norteño continúan siendo muy buenos socios comerciales (ver las cifras del Instituto Nacional de Estadística para el año 2013). A continuación reseñamos la noticia tal como la publicó la agencia EFE, cuya difusión pasó por debajo de la mesa para los medios públicos en Venezuela:
La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) firmó este miércoles una línea de crédito de 2.200 millones de dólares con las estadounidenses Schlumberger, Halliburton y Weatherford, que ofrecerán diversos servicios petroleros en el país suramericano, informó una fuente oficial.
"Estamos hablando de actividades de perforación, actividades de trabajos en pozos, herramientas que van a traer al país y su casa matriz, sus empresas, han acordado (...) una línea de crédito de 2.200 millones de dólares sumado entre todas las empresas", dijo a periodistas el vicepresidente económico venezolano, Rafael Ramírez”.
Tras citar a la agencia EFE, es fácil entender por qué la noticia no fue tomada en cuenta por los medios públicos en Venezuela, y es que semejante negociación es intolerable, al menos para buena parte de las masas. Es inconcebible que mientras el Gobierno de Maduro condena al Imperio estadounidense por lo que considera una clara intervención en el país, se mantiene una excelente relación comercial con el mismo. Además tengamos en cuenta que nuestros dirigentes se presentan ante la opinión pública venezolana y mundial como antiimperialistas, izquierdistas y humanistas; de manera que es bien contradictorio negociar con el perverso Imperio estadounidense, responsable, durante dos siglos, de sobreexplotación, tortura, desaparición y asesinato de millones de seres humanos en todo el orbe, en nombre de la libertad económica y de la democracia burguesa. Peor aún si consideramos que la Halliburton es una empresa que estuvo involucrada directamente en la invasión a Irak, gracias a lo cual ingresaron millones de dólares a sus arcas, sin importar para nada la muerte y la destrucción sembrada por tropas estadounidenses y aliadas. Todavía recordamos momentos tan aciagos para el pueblo iraquí, y no podemos sentir sino indignación por la nueva alianza entre el Imperio más poderoso y terrorista de la Historia, y unas autoridades en cuyo discurso incluyen la solidaridad con los oprimidos de cada rincón del planeta.
No faltará quien defienda en Venezuela, sin ser funcionario gubernamental, este nuevo pacto con el nefasto capitalismo transnacional. De hecho hay quienes creen que con métodos, estrategias y herramientas capitalistas, estamos en tránsito al famoso socialismo del siglo XXI tan prometido por el expresidente Hugo Chávez. Pero la verdad es que jamás se llegará al socialismo con las armas melladas del capitalismo, y sea del modelo que fuere, el sistema capitalista no tiene defensa posible desde el punto de vista de las masas y su sufrimiento cotidiano, y mucho menos cuando entran en escena actores tan infames como Halliburton.
Fuente: rebelión
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