La actividad subversiva y de sabotaje de Estados Unidos con
el empleo de las Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE) tiene en
Latinoamérica uno de sus principales escenarios, corroboran estudios
académicos sobre el tema.
Las FOE están integradas por unidades del ejército, la infantería de
marina, la armada y la fuerza aérea norteamericanas, la mayoría de las
cuales se subordinan al Comando Conjunto de Operaciones Especiales del
Pentágono, cuyo cuartel general está en MacDill, estado de Florida.
Una investigación sobre la política de seguridad de Washington en el
hemisferio realizada en 2013 por el Grupo de Trabajo para Asuntos
Latinoamericanos, el Centro para Políticas Internacionales y la Oficina
en Washington para Asuntos Latinoamericanos, arroja luz sobre el tema.
De acuerdo con el reporte, Estados Unidos incrementa la presencia de
las FOE en la región en misiones de entrenamiento y obtención de
inteligencia, además de que están listas para cumplir misiones de
subversión y sabotaje, mientras justifican su accionar bajo el pretexto
de la lucha antidrogas.
En las operaciones encubiertas participan las Unidades de
Investigación Confidencial, grupos secretos de agentes élite
subordinados a la Agencia Antidrogas (DEA) y la CIA, que trabajan en
varios países del hemisferio.
La anterior evaluación retrata el posible involucramiento, de forma
directa o indirecta, de estas unidades y de los servicios de
inteligencia de Washington en la actividad subversiva que desarrollan
sectores de la ultraderecha venezolana.
El presidente Nicolás Maduro ha denunciado de forma reiterada la
responsabilidad estadounidense en esas acciones violentas de fuerzas
élites del Pentágono en Latinoamérica en Venezuela, que ocasionaron unos
16 muertos y más de 200 heridos.
Las autoridades de Caracas consideran que esto forma parte de un
golpe de estado en proceso con el apoyo de los servicios de espionaje de
la nación norteña.
Una lectura de la Circular de Entrenamiento TC-18-01 de las FOE,
publicada en noviembre de 2010 bajo el título “La Guerra no Convencional
(GNC)”, puede dar luz sobre las etapas por las que atraviesa este
proceso subversivo contra naciones que no obedecen los dictados de
Washington.
La TC-18-01 establece que “los esfuerzos de Estados Unidos (â��)
están dirigidos a explotar las vulnerabilidades psicológicas, económicas
y políticas de un país adversario, para desarrollar y sostener las
fuerzas de la resistencia y cumplir los objetivos estratégicos
norteamericanos”.
El documento afirma que dentro de los servicios armados, las FOE “son
las únicas específicamente designadas” para este tipo de contienda, por
sus capacidades únicas para infiltrarse en territorio enemigo, entrenar
a los grupos subversivos y coordinar las acciones de estosâ��”
La GNC consta de siete fases, en la primera de las cuales “la
resistencia y los promotores externos realizan la preparación
psicológica para unir a la población contra el gobierno (â��) y la
preparan para que acepten el apoyo de Estados Unidos”.
Entre la segunda y la sexta etapas, los equipos de las FOE penetran
en el área de operaciones, contactan con el movimiento subversivo,
entrenan sus principales líderes y les proporcionan la logística
necesaria.
La agrupación que participa en estas acciones prosigue hasta la
séptima etapa en que se produce la intervención militar directa
estadounidense o el gobierno del país en cuestión cae debido al éxito de
la subversión, y las unidades sediciosas toman el control del
territorio nacional, según la TC-1801.
Es decir, el triunfo hipotético -según el documento oficial- de las
corrientes subversivas en la nación que recibe la “asistencia” del
Pentágono.
Este como otros textos reglamentarios del Departamento de Defensa de
Estados Unidos tienen la misma carencia: subestiman el papel de los
sectores populares en el apoyo a un gobierno como el de Venezuela.
PL
0 Comentarios
DEJA UN COMENTARIO