Las
encuestas electorales dicen qu
e España se acerca a la mayor abstención de la historia democrática. El último sondeo de
Simple Lógica, partner de Gallup, señala que
la participación se situaría en el 51%, la tasa más baja desde la instauración de la democracia.
El estudio destaca, por delante de otras conclusiones, el que la participación sería “considerablemente más baja” que en cualquiera de las convocatorias anteriores. Así, solo algo más de la mitad de los
ciudadanos con derecho a voto (51%) depositaría el suyo en una urna.
De igual modo, resulta significativo que la suma de los porcentajes estimados de voto de los dos principales partidos de ámbito estatal,
PP y PSOE, no llegan al 50%, mientras que en la última convocatoria electoral entre las dos formaciones habían conseguido más del 70% de los votos otorgados a todas las candidaturas.
También,
La Razón publica una encuesta que destaca que la abstención también seguiría creciendo y que participación pasaría a ser del 58,8%.
Este porcentaje sería el más bajo desde la restauración de la Monarquía.
Las
elecciones con mayor abstención en la historia democrática de España fueron las de 1979, en las que ganó
Adolfo Suárez con el 23,36% de los votos y
168 escaños. La
participación entonces fue del
68,04%. Por entonces, el escenario político estaba muy fragmentado, la
UCD empezaba a registrar problemas internos, ETA intensificó su campaña del terror y había inestabilidad económica con una inflación galopante.
En el momento actual, el
descrédito político sigue en máximos y la corrupción es el segundo problema para los españoles, por delante de la crisis según el CIS, y el bipartidismo vive su peor momento.
Financial Times dice que España correría la suerte de Grecia en lo político si hubiera ahora cita con las urnas. Este contexto puede explicar los resultados de este sondeo de Simple Lógica.
Las últimas elecciones generales,
las del 20-N, fueron
las quintas con mayor porcentaje de abstención, ya que fueron 9.688.932 electores los que no ejercieron su derecho al voto, lo que equivale a un 28,3% del censo. Fueron las únicas elecciones que supusieron un cambio de Gobierno en las que no hubo una elevada afluencia en las urnas. Salvo el 20-N, los comicios con más participación conllevaron a un cambio de color político en el Ejecutivo.
Felipe González ganó en 1982 en las elecciones con mayor participación del censo; el
79, 97%, casi 12 puntos más que los comicios anteriores. Pasó lo mismo cuando José María Aznar obtuvo la victoria en 1996, cuando la abstención fue del 22,62% y lo mismo en 2004, la vuelta del PSOE al Gobierno con Zapatero (abstención del 24,34%).
Después de las elecciones de 1979, las siguientes con menor participación fueron las de 2000, en las que
José María Aznar ganó la mayoría absoluta con el 30,38% de los sufragios y una abstención del 31,29%. Esta bajada de la afluencia a las urnas coincidió con una crisis en el PSOE tras la salida de Felipe González y la derrota de
Joaquín Almunia, que dimitió tras el resultado al reconocer que no pudo movilizar al electorado de izquierda.
En las
elecciones de 1989 se registró una abstención del 30,26%, la tercera mayor, y en
1986 del 29,51%.
En las elecciones del
20-N, la abstención, el voto nulo y las papeletas en blanco representaron el 30,97% del censo.
insurgente.org
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