- Aznar se prepara por si Bárcenas tumba a Rajoy.
- Y cuidado con la prensa denunciante, que está quebrada.
- ¡Lo que han corrido los papeles de Bárcenas! Un editor se los presentó a Sáenz de Santamaría y a Cospedal a cambio de favores políticos y económicos.
El Partido Popular responde mal. Eduardo Inda, el hombre del escándalo Urdangarín, predicaba por el todo Madrid que Pedro J. Ramírez (en la imagen), director de El Mundo, era el nuevo Woodward español, en alusión al caso Watergate. Pedro José Ramírez, el amo de España, el que marca la agenda política.
Nadie como Ramírez para explotar un escándalo. Tanto es así que ha dosificado perfectamente los tiempos. El domingo nos habló de conceptos tras cuatro horas de conversación con Luis Bárcenas. El lunes esperó la reacción de la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, y ésta mordió el anzuelo: lo negó todo. El martes sacó toda la artillería informativa que tenía, sobre todo, lo recibido por Mariano Rajoy durante el Aznarismo, en concreto, durante los años 97-99.
No es que sea mucho, pero es que Ramírez sabe que en el Watergate Nixon no cesó por haber espiado al Partido Demócrata sino por haber mentido al decir que no había espiado.
Ahora bien, la reacción de Rajoy va a ser ‘marianista’. En Moncloa advierten a Hispanidad que no piensa dimitir, tampoco convocar elecciones -lo que supondría la gran oportunidad de Aznar para volver a la Presidencia del PP y a la candidatura a La Moncloa- y ni tan siquiera va a dar explicaciones. Podría darlas, ciertamente, porque la acusación, no nos engañemos, no es tan grave. Rajoy vuelve a repetir que en España se sobrevalora la influencia de los medios informativos y que a él debe juzgársele por su política económica cuando ésta de frutos: mismamente para finales de 2015, cuando se celebren nuevas elecciones.
Pero que Rajoy responda con el silencio no significa que se esté quieto. Si tiene la prensa encima él también tiene armas contra la prensa, para ser exactos contra los Señores de la Prensa. Y es muy sencillo: todos los grandes multimedia españoles están quebrados. Sobreviven gracias a los favores políticos y bancarios. En el caso del periódico denunciante, El Mundo, sobrevive gracias a que su deuda ha sido asumida por Rizzoli, el grupo italiano propietario.
La situación económica de los medios es tan grave que incluso dos viejos enemigos, los dos líderes, PRISA y Unedisa, intenta ahora fusionar sus dos cabeceras deportivas, As y Marca, para reducir costes sin perder ingresos. Una nota muy ilustrativa.
Hispanidad
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