Por primera vez desde Breton Woods, varios gobiernos del continente latinoamericano, han demostrado que se puede vivir sin el Fondo Monetario Internacional. Países como Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Haití, Guyana, y en algunas medidas, también Estados como México, Chile y Costa Rica, registraron signos positivos en sus economías, sin la intervención de las autoridades y recomendaciones del FMI
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Esto es más evidente, según los informes de la CEPAL, Iberobarómetro y la UNECO, en algunas economías, como las de Ecuador, Venezuela, Bolivia, Argentina, Brasil y Panamá. Ecuador, por ejemplo, aplicando exactamente las "recetas" opuestas a las del FMI, ha logrado una buena performance entre 2009 y 2011. Este país andino y petrolero, mantiene desde hace tres años el gasto social más alto de Latinoamérica. Doce por ciento del PBI, que representa el doble de la media invertida en todo el continente. El FMI habría recomendado lo contrario, rebajar a la midad del promedio referido. El gobierno de Correa hizo lo contrario, y su sociedad mejoró en términos de mercado interno.
La recuperación económica de América Latina y la mejora social experimentada en la última década se dio gracias a medidas contrarias a las del ajuste estructural impulsado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y a una mayor redistribución de la riqueza.
El informe "Crisis, Desigualdad y Pobreza", publicado por la organización no gubernamental Intermón Oxfam, fue realizado con la colaboración de Médicos del Mundo, Unicef, Cáritas y la red de organizaciones de acción social de la Compañía de Jesús. Allí se destacó la manera en que Argentina y el resto de los países resolvieron sus crisis, poniendo de relieve el rechazo a las tradicionales recetas del FMI, la aplicación de políticas contra el endeudamiento, la adopción de un tipo de cambio "administrado", el aumento del gasto social y el control al ingreso de capitales.
"Como resultado, su política monetaria es más fuerte, lo que permite promover objetivos de desarrollo más amplios, como la creación de empleo y la reducción de la pobreza", aseguró el informe. Afirmó que "en términos generales, el conjunto de herramientas utilizadas contribuyó a un proceso de rápido crecimiento económico y significativo progreso social".
También señaló: "La recuperación económica en América Latina se produjo en un contexto de mejora de las condiciones externas, en especial la suba de los precios internacionales de los productos básicos y la reducción de la carga del servicio de la deuda".
"Además, para salir de la crisis, muchos países acabaron por adoptar medidas contrarias al recetario neoliberal impuesto por el FMI con el ajuste estructural en aquel momento, y sobre las que el propio Fondo acaba de rectificar recientemente", puntualizó el análisis.
Indicó que "desde 2002, algunos países ricos en recursos naturales mejoraron los ingresos de sus economías aumentando sus ingresos fiscales, aplicando políticas fiscales e industriales bien dirigidas –progresivas-, lo cual contribuyó a crear puestos de trabajo de calidad en el sector público, en los servicios y en la industria manufacturera".
Asimismo subrayó que "muchos países aumentaron también el gasto social", y añadió que "varios adoptaron sistemas de tipos de cambio administrados, y medidas de control de capitales para poner freno a la entrada de fondos con fines especulativos e impedir una revaluación excesiva de sus monedas".
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