Los secretos nunca revelados de Vesta

 La sonda Dawn de la NASA alcanzó la roca espacial Vesta en julio de 2011 tras un viaje de cuatro años, convirtiéndose así en el primer ingenio humano en entrar en órbita en un asteroide. Desde entonces, la nave ha estado recogiendo información crucial sobre el pedrusco, datos que ahora han dado a conocer seis estudios independientes publicados en la revista Science. Los secretos revelados van desde la antigüedad de algunos de sus cráteres, no tanta como se creía, y la confirmación de su condición de protoplaneta (embrión planetario) a su reconocimiento como culpable de los meteoritos que una vez golpearon la Tierra. Todo lo que pueda decirnos Vesta es importante, ya que la NASA pretende enviar astronautas a un asteroide alrededor de 2025 y, para semejante hazaña, hay que conocer muy bien el destino.

Vesta, de 530 kilómetros de diámetro, es uno de los mayores objetos del cinturón de asteroides, el anillo de rocas que rodea al Sol entre las órbitas de Marte y Júpiter, y el segundo asteroide más masivo en nuestro Sistema solar. Científicos del Centro Aeroespacial (DLR) en Berlín trazaron un mapa de la superficie del asteroide y descubrieron que está dominada por abundantes cráteres de impacto, grandes canales en su región ecuatorial, extraños parches de material oscuro y deslizamientos de tierra. Sin embargo, los investigadores no pudieron encontrar evidencia directa alguna de los antiguos procesos volcánicos.

A la luz de estos hallazgos, los científicos sugieren que las características morfológicas de Vesta representan un «collage» de rasgos que se encuentran en la Luna, los planetas terrestres y otros asteroides, lo que subraya el papel fundamental del asteroide como un cuerpo del Sistema Solar de transición.

Un protoplaneta

En otro estudio del Instituto de Ciencia Lunar de la NASA, los científicos descubrieron que el gran cráter de impacto Rheasilvia de Vesta fue creado en una colisión que se produjo hace «solo» mil millones de años, más recientemente de lo que se creía. Además de crear el cráter, se cree que el impacto expulsó un gran número de fragmentos al espacio, algunos de los cuales, más tarde, se escaparían del cinturón principal, chocando contra la Tierra.
Los investigadores también han descubierto una fuerte dicotomía entre el norte y el sur en el registro del cráteres del asteroide. Los del norte pertenecen a su historia temprana, mientras que los del sur fueron borrados por dos grandes colisiones en tiempos más recientes.
Los análisis de los datos de la sonda Dawn confirman que Vesta es en realidad un protoplaneta que sobrevivió a la formación del Sistema solar.

Fuente: ABC.es

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