El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó el domingo que las recientes revoluciones surgidas en el Mundo Árabe han puesto en jaque a la seguridad del régimen de Tel Aviv, así como al sector de la defensa de este régimen.
En alusión a la 38 Conferencia de las Principales Organizaciones Judías Estadounidenses que se celebrará del 19 al 23 de febrero en Al-Quds (Jerusalén Este), el primer ministro israelí declaró que las revoluciones populares surgidas en los países árabes obstaculizarán los esfuerzos por alcanzar un acuerdo con los palestinos.
Netanyahu hizo hincapié en la necesidad que tiene el régimen de Tel Aviv de llevar a cabo un desarrollo económico que cubra las deficiencias de este régimen en el ámbito de la defensa.
"Lo que hemos observado es una gran transformación en nuestra región y sabemos que tenemos que gastar mucho más para podernos defender", agregó.
El derrocamiento del exdictador de Egipto Hosni Mubarak tuvo como consecuencia directa que el régimen israelí empezara a sentirse inseguro en la región, pues había perdido a uno de sus principales aliados.
Durante la época del régimen de Mubarak, apoyado por EE.UU., El Cairo siempre sirvió a los intereses del régimen de Tel Aviv, ayudándole a imponer un férreo bloqueo a la empobrecida Franja de Gaza, después de que el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), democráticamente elegido, se hiciera con el control del territorio en 2007.
En 1979, Egipto se convirtió en el primer país árabe en firmar un tratado de paz con el régimen de Israel.
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