Un 90 por ciento de sirios dijo "Si" a la nueva Constitución propuesta por el gobierno del presidente Bashar al-Asad durante el referéndum celebrado el domingo en Siria.
De acuerdo con el ministro del Interior de Siria, Mohamad Ibrahim al-Shaar, el 89.4% de los sirios apoyó la nueva Constitución, casi 7,5 millones de personas, mientras solo el 9 por ciento de los votantes la rechazó y 1.6 por ciento de los votos fueron inválidos.
De igual manera, puso de manifiesto que la amplia participación de los sirios (casi 60 por ciento) fue registrada, en medio de amenazas de grupos terroristas armados en distintas zonas del país, así como, adujó, en momentos en que algunos de los medios de comunicación habían puesto en marcha sus campañas para impedir la presencia activa de los sirios.
La nueva Constitución limita los mandatos presidenciales a dos periodos de siete años, a la vez que abre puertas hacia el multipartidismo en Siria, país que es desde marzo de 2011, testigo de manifestaciones tanto a favor como en contra de la gestión de al-Asad.
El gobierno de Damasco acusa a ciertos grupos armados, financiados desde el extranjero, especialmente de algunos países occidentales y árabes, de la presente anarquía y de los atentados en contra de civiles y miembros de las fuerzas de seguridad.
Mientras el gobierno de Siria, mediante la implementación de tales reformas trata de solventar pacíficamente la crisis que vive la nación árabe, sin embargo, algunos países no felicitan estas medidas positivas.
En este sentido, el primer ministro de Catar, el jeque Hamad ben Jasem Al-Thani, afirmó el lunes que Doha está a favor de dotar a los rebeldes sirios de armas para luchar contra el Gobierno, que tiene el respaldo de casi 90 por ciento del pueblo.
"Creo que deberíamos hacer todo lo necesario para ayudarlos (a los rebeldes), incluso dándoles armas para defenderse", dijo el premier catarí, durante una visita a Noruega.
Al respecto, el canciller de Arabia Saudí, Saud al-Faysal, apoyó el viernes, al margen de la conferencia internacional de "Amigos de Siria" que se celebró en Túnez, a la oposición en Siria y calificó de "excelente" la idea de armar a los opositores.
"Pienso que es una idea excelente, porque necesitan protegerse", precisó el jefe de la Diplomacia saudí.
Por su parte, Rusia y China, hicieron frente común el lunes ante las presiones cada día más endurecidas del Occidente contra Siria.
China consideró el lunes de "inaceptables" las declaraciones de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, que llamó a presionar a Pekín y Moscú para que "cambien de postura" sobre Siria.
"El mundo exterior no debe imponer su plan de solución de la crisis al pueblo sirio", declaró el portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Hong Lei.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, atacó por su parte el "carácter unilateral" de la conferencia de Amigos de Siria el viernes en Túnez, boicoteada por Moscú y Pekín. En un artículo publicado el lunes en Moscú, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, denunció la actitud "cínica" del Occidente.
El pasado 4 de febrero, China y Rusia vetaron un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, auspiciado por Estados Unidos, en contra del Gobierno sirio.
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