Metastasistólogos

RAÚL PINEDA raulpineda47mail.com
El escándalo estaba planificado desde que el Dr. Chimbín, consultado por el diario O Globo, de Brasil, “descubrió” que la metástasis del presidente Hugo Chávez avanzaba, y lo hacía en dirección al hígado, blanco preferido del cáncer en los pacientes latinos, según los galenos gringos. 24 horas después, la metástasis mediática se había propagado por todas las agencias noticiosas del mundo. En el aquelarre oncológico salieron a relucir capuchas y pasamontañas de la CIA, dispuestas a reforzar la eventual inhabilitación presidencial, con un desfile de los telefanáticos que desde 2002 están planteando reemplazar las urnas del CNE por otras de las que importa la Vallés.

Todos sabemos, desde nuestra Tania Sarabia hasta Lula da Silva y Dilma Rousseff, ex presidente y presidenta respectivamente del Brasil, y el mandatario paraguayo Fernando Lugo, que el cáncer no es forzosamente mortal, aunque siempre existe el riesgo de serlo, a corto o largo plazos, si hay metástasis. Sin embargo, ningún medio se atrevió a pronosticársela a los mandatarios, y mucho menos a especular que les quedan pocos días de vida.

¿Por qué tiene que ser mortal el cáncer de Chávez? Sencillo. Por haber demostrado, –con hechos, con palabras y actos de soberanía– el fracaso del capitalismo como sistema político y económico. Por eso se merece una metástasis. Y si no la tiene, hay que inventarla, porque, además, puede servir de pretexto para estimular un falso vacío de poder como en 2002, experiencia de la cual siguen locamente enamorados los asesores del Pentágono y sus segundones criollos. Bien, si esa es la perspectiva, ¡Vengan las dificultades! como ha dicho el propio Hugo Chávez. Cuando lo intenten encontrarán a la inmensa mayoría de los venezolanos hermanados en una cadena de amor y compromiso con la Revolución. Pá lante comandante, ¡viviremos y venceremos!

28/02/12

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