La imagen ha rozado el esperpento y se produjo este jueves en un colegio privado de Madrid, que ha sido embargado mientras daban clase. Operarios de mudanzas y agentes de la policía sacaron del centro todo lo que pudiera tener algo de valor: mesas, sillas, pupitres, pizarras… Y según los testigos, hasta las tizas. El colegio bilingüe Santa Illa, en el distrito de Chamartín, tiene una deuda con la Seguridad Social de más de 992.000 euros.
El centro recibió el miércoles por fax la notificación judicial del embargo, y este jueves se cumplió sin dilación alguna y con todos los estudiantes, unos 150 alumnos de entre 3 y 17 años, en sus respectivas aulas. Los operarios interrumpieron las clases entre la sorpresa generalizada de todos los chavales, y comenzaron a vaciar el mobiliario y a llevarse hasta el potro del gimnasio. En algunos casos, entre los sollozos de los chavales más jóvenes. Las familias habían sido avisadas a lo largo de la mañana para que fueran a recoger a sus hijos de inmediato.
La Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid ha garantizado que todos los alumnos serán escolarizados este viernes en otros centros públicos y concertados de la zona. Fuentes del Departamento que dirige Lucía Figar explicaron a Europa Press que, desde primera hora, la Dirección del Área Territorial habló con las familias para recolocar a los estudiantes adaptándose a la petición de los padres en la medida de lo posible.
El colegio Santa Illa es un centro privado bilingüe homologado por la Universidad de Cambridge y fundado en 1959. Ofrece desde Educación hasta Bachillerato. Los padres aseguran, sin embargo, que están contentos con el colegio y que, en principio, no quieren cambiar a sus hijos de centro. El centro está situado en un edificio alquilado desde la fundación del colegio y, por eso, según ha explicado su director, Iñaki Santa, no se han podido llevar nada más que el mobiliario.
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