El presidente norteamericano, Barack Obama, ha reconocido los derechos nucleares de la República Islámica de Irán, confirma el vicepresidente de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles), Hosein Ebrahimi.
“El mandatario norteamericano ha enviado un mensaje al ministerio de Asuntos Exteriores de Irán en el que reconoce que Teherán está en su derecho de desarrollar la tecnología nuclear con fines pacíficos”, ha afirmado Ebrahimi en una entrevista con la agencia iraní de noticias Fars.
“Washington ha reconocido los derechos nucleares de Irán”, precisó también la embajadora de Suiza en Teherán (embajada que representa los intereses de EE. UU. en Irán) al entregar el mensaje de Obama a los funcionarios de la Cancillería iraní.
También Ramin Mehmanparast, portavoz del ministerio de Exteriores de Irán, confirmó el 15 de enero que Obama había enviado un mensaje a Irán por una triple vía: la embajadora de EE.UU. ante la Organización de las Naciones Unidas, Susan Rice; la embajadora de Suiza en Teherán, Livia Leu Agosti, y, por último, el presidente iraquí, Jalal Talabani.
Obama ha afirmado "no estar de acuerdo con sancionar al Banco Central de Irán", pero no le quedó sino ratificar lo que el Congreso de los Estados Unidos aprobó por unanimidad, ha parafraseado Ebrahimi.
No obstante, sus palabras no son del todo fiables, según Ebrahimi, tampoco debemos dejarnos engañar por tales declaraciones, pues su posicionamiento no deja de ser meramente "pasivo".
De hecho, añade, el gobierno estadounidense se ha visto forzado a rendirse ante la República Islámica de Irán, dado el estrepitoso fracaso de sus políticas tanto a nivel regional como mundial: los dictadores regionales supeditados al Occidente han caído uno tras otro y los militares norteamericanos han fracasado sin paliativos en Iraq.
Obama implementó nuevas sanciones económicas contra el Banco Central de Irán el 31 de diciembre de 2011, enfrentando a las empresas extranjeras con la tesitura de elegir entre negociar con el Banco Central de Irán y el sector del petróleo de este país o con EE.UU.
EE.UU., Israel, y demás aliados aducen que el programa nuclear iraní persigue objetivos militares, y con tal pretexto, amenazan a Teherán con el uso de una posible "opción militar" y no cejan de aplicar nuevas sanciones contra este país.
No obstante, Irán, país que ha suscrito el Tratado de No Proliferación Nuclear y que es miembro de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), ni renuncia ni va a renunciar a su derecho de usar la energía nuclear con fines pacíficos: otros posibles usos no son sino fabulaciones y pretextos del Occidente.
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