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¿Cuentas reales de los Borbones? ¡Venga ya! ¡Por favor! ¡La modestia y la consciencia de las propias limitaciones es el primer síntoma de sensatez! Tampoco el realismo político es mala compañía en los días laborables e incluso en festivos.
De acuerdo, de acuerdo. Mejor entonces “Un modesto intento (parcialmente fallido y prudente) de aproximación”.
El testamento de Juan de Borbón y Battenberg -el tercer hijo del monarca defenestrado por el movimiento republicano español en los años treinta-, a sus hijos Pilar, Margarita y Juan Carlos, el actual Rey de España formado por y durante el franquismo, incluía un chalet en Puerta de Hierro, parte de un edificio de la Gran Vía de Madrid, un apartamento en Estoril y unos 6 millones de las antiguas pesetas [1] en una cuenta… de Suiza (¡Ay qué cosas son las tradiciones familiares! ¿Será por eso que el yernísimo remitió 170.000 euros a Luxemburgo y Reino Unido? ¿Será también por eso que su Fundación DCIS, ¡exenta de ánimo de lucro!, transfirió 470 mil euros al extranjero que probablemente fueron a parar a Belice, un “enorme” país americano de unos 250.000 habitantes!). El conde de Barcelona, fue tal hasta el final de sus días, es inherente a los monarcas españoles, falleció en Pamplona el 1 de abril de 1993 (curiosamente, simple azar, el día de la autodenominada “victoria fascista”).
Según José García Abad, un estudioso del tema que publicó en La esfera de los Libros un ensayo con el sospechoso título de "La soledad del Rey", las propiedades fueron vendidas. Ignoro como fueron repartidos los beneficios obtenidos, cuya cuantía se desconoce, por estas operaciones de venta. Pere Rusiñol [PR] señala que sólo la familia real (¿a quién se incluye actualmente en ella?) y su entorno (¿cuáles son los límites de ese entorno?, ¿qué elementos incluye?) “saben si el Monarca ha adquirido privadamente otras propiedades”.
¿Sólo ellos? ¿No hay registros? Tampoco la existencia de un fondo en el extranjero y la vigencia de la cuenta suiza. PR cita la estudiada respuesta de los portavoces oficiales de la Casa Real: “No tenemos ni idea, porque se trata de un asunto estrictamente privado: manejan sus asuntos como cualquier familia y pagan todos los impuestos que les corresponde”. ¡Para enmarcar, contemplar diez minutos y llorar semanas enteras! ¿Asunto estrictamente privado? ¿Manejan sus asuntos como cualquier familia? ¿Pagan, todos ellos, incluido el Duque de Palma, los impuestos que les corresponde? De hecho, la cuantía de los impuestos Reales es “materia reservada”. ¡Materia reservada el importe de los impuestos!
El Rey es inviolable. ¿Recuerdan? Hasta el absurdo lógico. Como si fuera un silogismo, un elemental modus poniendo ponens, que estallara en nuestro cerebro: si un político cualquiera acepta un regalo digamos importante, se arriesga a que sea acusado cuanto menos de cohecho. Es así que el Jefe de Estado es un político, la máxima autoridad del estado español; luego, por tanto,… el principio no afecta –¡es el estallido en el cerebro de la racionalidad!- al Jefe de la Casa Real que teóricamente, señala PR generosamente, “no incide en la elaboración de las leyes”.
No debe afectar, desde luego, porque Juan Carlos I ha recibido lo suyo y más en estos últimos años, especialmente de círculos empresariales que no suelen ser muy generosos a no ser que les vaya los negocios, la ampliación de redes y los beneficios en ello. Algunos ejemplos, de nuevo mi fuente es el artículo de Pere Rusiñol.
En 1962, en pleno franquismo, un año antes del fusilamiento de Julián Grimau, con motivo de su boda, y por iniciativa del banquero Popular Lluís Valls i Taberner (¡se dan cuentan de las buenas relaciones franquistas de la burguesía financiera catalana! “Catalunya bajo el franquismo”, ¡venga ya!), una colecta empresarial le entregó 20 millones de pesetas de la época, que no eran desde luego un quark sin radiaciones. Para comparar y pensar en su valor monetario: seis años más tarde, un botones de un banco (mi ejemplo como ejemplo) ganaba mensualmente 1.500 pesetas, 20 mil anuales, una milésima parte del detalle empresarial.
Un análisis comparativo entre monarquías señalada también por PR: en 2010, con un partido conservador en el gobierno, la Monarquía sueca se tambaleó por críticas ciudadanas al conocerse que la princesa heredera había aceptado que un empresario costeara su luna de miel. A ver, a ver: 20 millones y.. ¡bingo!; pago de la luna de miel e institución monárquica en crisis. Definitivamente, el país de Henning Mankell no tiene muchos puntos de contacto con el de Antonio Muñoz Molina.
Hasta el momento, según se ha podido saber sobre lo que no es nada fácil saber, los regalos a la Monarquía han incluido viviendas (la mansión borbónica de Lanzarote es regalo de Hussein de Jordania), yates (Fortuna 1976: de su hermano saudí, el rey Fahd; el Fortuna moderno de uno 40 millones de euros: a escote entre una grupo de empresarios mallorquines y catalanes que sería bueno conocer) y coches de lujo. En nombre de unos empresarios catalanes, Javier de la Rosa, uno de sus “consejeros financieros”, le regaló un lujoso Porsche deportivo. [2] [3].
Manuel Prado y Colón de Carvajal, uno de sus hijos, es presidente de una eléctrica nuclear, el Jefe de la Casa bis, fue uno de los grades muñidores de las finanzas y negocios reales (¿Quién es ahora el Jefe de la Casa bis?). Salió tocado de los casos de Javier de la Rosa y Mario Conde, que acabaron donde acabaron. La Casa Real tan tranquila, feliz como un niño feliz a pesar de que don Javier de la Rosa, una empresario también glorificado en su día por el ex banquero y ex presidente Jordi Pujol, dijo que 100 millones de KIO fueron a parar a cuentas de la Corona y de que, durante la intervención pública de Banesto, se descubrió una cuenta del Rey con un descubierto de 150 millones de las antiguas pesetas. Silencio, total silencio, sobre ello. ¿Tendrá algo que ver ese silencio con el indulto a Sáenz, ahora vicepresidente del Santander, en uno de los últimos consejos de ministros, uno de los más serviles, de Zapatero el republicano?
El ambiente familiar educa a sus componentes. Sin duda. Crisitina de Borbón, la duquesa de Palma, recibe anualmente 72.000 euros (o acaso más) desde 2004 por decisión real. De las finanzas públicas desde luego. A ellos hay que sumar los 90 mil euros de La Caixa, donde “trabajaba” (no estaría mal investigar también este nudo borbónico-financiero). Por su parte, el Duque cobraba 200 mil euros al año de “Londres”, cien mil más de “París” y una cuantía no detallada de Nóos que iba a parar a Aizoon, la empresa compartida con la princesa borbónica. En total, la pareja de Duques palmeros ingresaba probablemente más de 700 mil euros anuales (calculando a la baja). Eso les permitía pagar una hipoteca por su “palacete” en Pedralbes –el barrio donde vive la flor y nata de la burguesía catalana, uno de sus colegios de élite, el de Artur Mas, “Aula”, está ubicado en esa zona- que superaba los 200.000 euros anuales, aproximadamente lo que un trabajadora o trabajadora española que no esté en paro, en precario o trabajando en negro sin ningún derecho laboral por 4 euros la hora, cobra en más de diez años de trabajo (y esta vez sí, de trabajo, no de relaciones y reuniones).
De hecho, según se cuenta, su ex socio, Diego Torres, dijo romper con el Duque –segundo semestre de 2008- porque, en su opinión, probablemente no gratuita, “Iñaki no trabajaba y sólo quería beneficios”. El yernísimo opinaba en cambio que era DT quien le robaba. Relaciones entre fieras sin escrúpulos (ni distancias morales, sólo económicas). ESADE los había formado, era su segunda casa.
Por si acaso, el Rey mueve sus hilos; la familia es la familia. ¿Saben a quien consulta mucho la Casa Real en estos últimos tiempos? A Carlos Dívar. ¿Saben qué preside CD? Efectivamente, el Consejo General del Poder Judicial (Zapatero tuvo que ver con su nombramiento en su día). ¿Y saben con qué figura estelar del firmamento judicial español cuentan los promotores de que sea la Audiencia Nacional, y no el juez Castro, quien se haga cargo del caso Urdangarin? Han acertado de nuevo: Carlos Dívar. ¡Hay redes que dan libertad, como señalaron Jorge Riechmann y Francisco Fernández Buey, en su día! Otras dan poder, un enorme poder... y mucho servilismo y servidumbre. ¡El Estado a su servicio! ¿No dijo otro colega monárquico aquello de que el Estado soy yo?
Forbes, que parece que no tiene mucho más que hacer que contabilizar (no siempre con mucho rigor) las cuentas de los multimillonarios, publica también un listado con las cuentas reales. La española nunca aparece entre las quince más adineradas. ¡Ni la de España ni la de Japón logran superan un corte -¡menudo corte!- que en 2011 era de 100 millones de euros! “Eurobusiness”, en cambio, cifró la fortuna borbónica en casi 2 mil millones de euros, 1.789 millones (la cifra que recuerda el año de la revolución francesa que acabó con la monarquía en el país vecino). ¿Ustedes qué creen?, ¿quién se aproxima –no digo que acierte- más: Forbes o Eurobusiness? Por lo demás, ¿cómo se ha alcanzado esa cifra a partir del patrimonio inicial heredado y de las muy generosas asignaciones públicas?
Por cierto, don César Alierta sin decir este boca mía y el yernísimo, acusado con documentación de mil tropelías, citado para finales de febrero de 2012, como trabajador en activo y representante de la gran multinacional española en territorio estadounidense. ¡Qué cosas! Eso sí, mientras tanto don César sigue presidiendo el Consejo económico y social (¡social!) de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Notas:
[1] Informaciones recogidas de las ediciones de Público de los días 2, 3 y 4 de enero, especialmente del excelente artículo de Pere Rusiñol, “Las incógnitas sin despejar de las cuentas del Rey”.
[2] Dos más: José María Ruiz Mateos, una fuente de escasa confianza, pero no forzosamente un mentiroso compulsivo que arroja piedras contra su propio tejado y su integridad física, dijo haber regalado una maleta con 1.000 millones de pesetas (¡como han leído!) en los años 80 (¿para qué?) y, según parece, un jeque árabe de los petrodólares le ha regalado un coche bañado en oro, para sus caprichos nocturnos.
[3] Se habla de que el Rey tiene 70 coches privados. Un portavoz de la Casa Real lo ha dejado claro: “Son muchísimos menos”. ¿Cuántos? Sin comentarios.
La Haine
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