Miles de sirios se reunieron este miércoles en la Plaza Omeya de Damasco para enviar un mensaje de respaldo al Ejército y la Policía de su país que ejecutan acciones para enfrentar la violencia que por meses azota a la nación.
Los manifestantes también expresaron su apoyo al Gobierno del presidente Bashar al Assad.
Caravanas de vehículos recorrieron la avenida Mezzeh hasta llegar a la plaza en la que también se encontraban un grupo de mujeres quienes realizan una vigilia desde hace más de tres semanas para condenar las acciones que la Liga Árabe ha llevado a cabo en contra de Siria.
Durante la manifestación, los asistentes expresaron su agradecimiento a las fuerzas del orden sirias por resguardar la seguridad de los ciudadanos y la tranquilidad y estabilidad de la nación, así como también sus esfuerzos para frenar la injerencia extranjera.
Mientras tanto, la agencia de noticias estatal SANA divulgó en el transcurso del día el secuestro de ocho ingenieros en el centro del país a manos de un grupo terrorista.
El medio de comunicación detalló que estas bandas operan desde el exterior y están conformadas por mercenarios pertenecientes al movimiento Al Qaeda y hasta comandos libios que han sido infiltrados en Siria.
Sumado a este secuestro, este mes dos oleoductos y una conductora de combustible que abastecen a las refinerías de Homs y Bannyas, así como también generan electricidad para Jandar fueron saboteadas por los terroristas.
Por otro lado, la Fuerza Aérea de Siria realizó este martes ejercicios de defensa para verificar su capacidad combativa con el fin de prepararse ante cualquier agresión extranjera luego de que Estados Unidos pidiera al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tomar acciones contra ese país, tal como lo hizo con Libia en abril pasado.
Esta determinación del Gobierno estadounidense se tomó tras conocerse un informe elaborado por la comisión de derechos humanos del departamento de Estado que apunta a más de cinco mil muertes, en un conflicto sostenido desde hace varios meses.
Sin embargo, a pesar de las acusaciones de las potencias de occidente, el presidente sirio Bashar Al Assad sostiene que su Gobierno no ha sido represor y ha denunciado que fuerzas extranjeras han intentado desestabilizar al país.
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