El artículo de la revista se pregunta si "¿es realmente el final?" del euro. Según 'The Economist' "la caída de la moneda única se podría producir en semanas", por lo que se pide, sobre todo a Alemania y al Banco Central Europeo (BCE) que tomen las medidas necesarias para evitar la catástrofe.
Asimismo, el artículo afirma que existen muchos acontecimientos que podrían provocar la desaparición del euro, desde la caída de un gobierno hasta la quiebra de un gran banco. Lo cierto es que, "el riesgo de que la moneda se desintegre en semanas es alarmantemente elevado", asegura la revista.
También asegura que "mes tras mes" la crisis de la zona euro se ha ido moviendo "de la periferia a su núcleo", y recuerda "que primero fue Grecia, luego Irlanda y Portugal, y a continuación Italia y España".
La revista subraya que a pesar de que la Eurozona se dirige inevitablemente hacia el "crash", la mayoría de los ciudadanos están convencidos de que, al final, los líderes europeos harán lo que sea necesario para salvar el euro.
Sin embargo, el semanario británico advierte de que "a medida que pasa el tiempo las medidas que se deben tomar van aumentando".
En este sentido, sostiene que ya no es suficiente con el apoyo del BCE, el rescate de Grecia y las reformas en Italia y en España, sino que ahora es necesario también que se "cree un instrumento de deuda en el que los inversores puedan confiar".
No obstante, para poder crear este instrumento es necesario un "intercambio político", los países de la periferia recibirían "apoyo financiero a cambio de que lleven a cambio las reformas que demandan Alemania y el resto de países más fuertes".
'The Economist' recoge el rechazo de Alemania a la emisión ilimitada de eurobonos y las reticencias del país a este tipo de instrumentos, pero advierte de que "esa actitud tiene que cambiar".
En su opinión, la canciller Angela Merkel y el BCE no pueden seguir "amenazando", por un lado, a los países más débiles con su exclusión del euro, mientras que, por el otro, "prometen a los mercados la salvación de la moneda única". "A no ser que se decida pronto por una de las dos opciones, la canciller alemana se encontrará con que la elección la han tomado por ella", asevera la revista.
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