Narrativa ligera y "democracia directa"

No es un gran libro. Ni siquiera está escrito con elegancia. Sus contadas cien páginas apenas detallan un conjunto de acontecimientos, espacios y personajes que el lector imagina vagamente, al no contar con los recursos de la narrativa necesarios para hilvanar la azarosa trama ultra-comprimida donde pasado y presente, ficción y realidad se confunden.

Aunque casi todo resulta accesorio en un texto con un claro mensaje (redundantemente ingenuo) y que se lee en un respiro, el autor pretende descubrirnos que la Democracia Participativa y el actual parlamentarismo oligárquico no funcionan. Y lo hace a través de una historia ficticia (aunque de corte realista), por lo que encasillo su narrativa como un texto anti-sistema para adolescentes sin mayores pretensiones.

Pero este relato comercial, más que una fantasía por el cambio, es como la lanza arrojada por un líder de guerra que pretende evitar una guerra de todos contra todos, a modo de regicidio rápido: una apresurada catalización de una cultura, la nuestra, que está desesperada y busca el cambio. El testamento de Óscar Botxí es tal vez el primero de muchas obras narrativas que empezarán a adaptar el discurso, por qué no decirlo, “anti-sistema” (aunque el sistema sea anti-nosotros) que desde la spanish revolution o el movimiento de indignados ha creado escuela. Pero lo hace bajo la fórmula “la política sin política”. En este sentido, refleja bien la confusión de la sociedad menos implicada para consigo misma, amparada en formas de negligencia la democracia representativa permite. Pero difícilmente supondrá un hito, como sí consiguió serlo Stéphane Hessel en 2010 con ¡Indignaos! (evidentemente, son dos obras que no guardan ninguna relación).

La relación entre dos amigos (narrador-héroe) constituyen la precoz historia que nos plantea un hipotético agujero en el sistema: el perspicaz Óscar consigue patentar una de las múltiples definiciones de democracia (“soberanía popular sin intermediarios”) para multar a los partidos parlamentarios que hacen mal uso de la misma, y así financiar un partido que proponga la inclusión de la Democracia Directa. Sobre este pilar pretende mantenerse el texto. La idea no es tan descabellada cuando se complementa con la evidencia de que las nuevas tecnologías ya nos permiten tal democracia directa. Pero también, se facilita la raíz de problemas como la economía productiva, la especulación crediticia, la financiación de las campañas políticas, o en resumen, todas aquellas prácticas que nos constatan como una Sociedad de la crispación. En las últimas páginas se esboza un mundo de paz, aunque aburrido; no por la paz, sino por la apresurada imprecisión y credibilidad del mundo futuro. Se hace una lectura despolitizada del feminismo, se generaliza la corrupción en la política, se llega a confundir sionismo con judaísmo, se excluye la lucha de clases (la dificultad del cambio reside en ella...). Por ficción, que no quede... Aunque el proyecto de Democracia Directa Activa es real (¿es este libro un mero panfleto político o una declaración dei ntenciones?)

Pero la obra de Pere Morera, publicado en la nueva editorial independiente Innovalibros atesora algo de razón al plantear que en un sistema de voto real, que todos deberíamos reclamar obsesivamente, nadie votaría por cuestiones como las guerras, por lo que difícilmente se legitimarían.
- http://www.innovalibros.com/el-test...
- http://www.democraciadirectactiva.org/

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