La debacle aumenta aún más la presión sobre Zapatero

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España fue, este "jueves negro", el país que más padeció la debacle global de los mercados. Y el castigo por la inquietante situación financiera no sólo tuvo repercusiones en la Bolsa madrileña, donde sufrió su quinta jornada de derrumbe consecutivo.


Ayer, el cimbronazo también se sintió en el convulsionado ambiente político, donde empezó a cobrar fuerza el pedido de que las elecciones, adelantadas ya por el gobierno al 20 de noviembre, se anticipen "aún más" para evitar un descalabro mayor de la economía.

Contra todas las previsiones de que la bolsa local gozaría de un "efecto rebote" luego de las fuertes caídas de las cuatro jornadas anteriores, el Ibex cerró ayer la ronda con un descenso del 3,89%, que volvió a marcar otro récord al alcanzar el menor volumen negociado de los últimos 14 meses.

Tras haber perdido un 10,16% en la semana, la Bolsa madrileña quedó al borde de retroceder a los niveles de abril de 2009, cuando la gravedad de la crisis de 2008 aún era negada por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Por otra parte, el riesgo país español volvió a superar la barrera de los 400 puntos para terminar ubicándose en el piso más alto conseguido al cierre de una ronda hasta el momento: 398 puntos básicos.

Esta elevada plataforma asegura que hoy y durante el fin de semana la discusión sobre la posibilidad de que España necesite un rescate financiero externo se consolide y no pueda ser eludida con facilidad por el gobierno y los grandes empresarios locales, que, hasta ahora, lo descartaron enfáticamente.

La falta de medidas importantes para amortiguar el embate de los mercados en los últimos días puso nuevamente en jaque al gobierno español.

Ayer, luego de que el miércoles comenzaran a circular versiones sobre un posible segundo adelantamiento de las elecciones presidenciales para fines de octubre, la principal fuerza de oposición, el Partido Popular (PP), exhortó a Zapatero a "reaccionar, reformar o convocar elecciones" como consecuencia de la crisis.

El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, criticó al gobierno por su "falta de reacción" y puso en duda la capacidad del Ejecutivo para afrontar la crisis y el alto precio de la deuda española.

"Se trata de saber si España puede resistir tres meses los ataques con un gobierno en funciones que no es respetado ni por su propio partido y que no hace reformas, que no reacciona. El problema no es cuándo quiere el PP que se hagan elecciones, sino cuándo las necesita España."

En este sentido, González Pons, que actúa de principal vocero de los "populares" mientras su líder, Mariano Rajoy, continúa de vacaciones, confió en que el adverso panorama actual "cambiaría" si Rodríguez Zapatero decidiera anticipar su salida del poder.

"El mero hecho de que se produzca un cambio de gobierno transmitirá certidumbre a los mercados y cesarán en gran medida las especulaciones", deslizó el dirigente opositor.
Inquietud europea

Ayer, los analistas españoles no lograban llegar a un consenso sobre el origen del derrumbe de la Bolsa, que en las primeras horas de negociación había alcanzado a subir más de un 2%.

Aunque la mayoría señaló a la confirmación de que el Banco Central Europeo sólo compraría bonos de deuda soberana de países ya rescatados, y no de España e Italia, algunos también apuntaron a la "inquietud" que reconoció tener la Comisión Europea (CE) por la situación de la deuda de estos últimos Estados.

A pesar de que la mención de un rescate a España e Italia fue negada con firmeza desde Bruselas en los últimos días, ayer se hizo pública una misiva oficial en la que el presidente de la CE, José Manuel Durão Barroso, admitió su "preocupación" por el endeudamiento de esos Estados.

"Los desarrollos en los mercados de bonos soberanos de Italia, España y otros Estados de la zona euro son causa de una profunda preocupación", aseguró el alto funcionario en su carta enviada a la Unión Europea (UE), donde pidió una "nueva evaluación" del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, que cuenta con poco más de un billón de dólares para asistir a países en dificultades.

Con esta petición, Barroso reconoció que la crisis de la deuda se amplía más allá de los países periféricos -como Grecia, Irlanda y Portugal- y que la UE debe ensanchar aún más sus espaldas para poder sostener a economías más importantes, como la española y la italiana.

Publicado desde Ubuntu 11.04 para Mac.

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