LO PEOR QUE DEJA ZAPATERO ES LA HERENCIA POLÍTICA, NO LA ECONÓMICA

El Imparcial

Con este título publicó Luis María Anson un artículo que ha tenido eco extraordinario. Lo reproducimos a continuación atendiendo la solicitud de numerosos lectores de El Imparcial.

“Ciertamente, Zapatero ha dilapidado la suculenta herencia que le dejó Aznar. Recibió un paro dominado y en retroceso, en el entorno de los 2.000.000. Se mueve ahora por la frontera de los 5.000.000. Le dejaron el déficit público a cero y lo elevó por encima de los dos dígitos. Se benefició de una deuda de las más bajas de Europa y la ha puesto al galope desbocado. Le trasvasaron un sólido tejido empresarial y ha cerrado cerca de 400.000 empresas, amén los incontables eres que se han promovido.

Pero no es eso lo peor de la herencia Zapatero. La crisis económica, el paro, el déficit y la deuda son cosas que se pueden arreglar. Lo peor de la gestión del faro de la Alianza de las Civilizaciones es su disparatada política. Felipe González y Suárez habían establecido la Transición sobre el pacto de Estado entre el centro derecha y el centro izquierda —el 80% del voto español- para las grandes cuestiones nacionales: terrorismo, territorialidad, relaciones internacionales... Zapatero decidió cambiar de socio constituyente y envió al Partido Popular al zaquizamí de la Historia y las tejas vanas. Fracturó el espíritu de la Transición y se alió con los partidos nacionalistas secesionistas, de cuya voracidad dejó testimonio Ortega y Gasset en su debate con Azaña hace casi ochenta años.

Y ahí está el resultado. Bildu, es decir, en gran parte Eta, se enseñorea en el País Vasco acentuando la dictadura del miedo. Aspira abiertamente a fagocitar a Navarra. Propugna de forma descarada la secesión y el odio a España. La negociación política de tú a tú entre Zapatero y Eta constituyó una estremecedora indignidad nacional. Las consecuencias están claras. Por otra parte, las maniobras zapatéticas con el PNV, a espaldas del lendakari López, han acentuado el desequilibrio de una región española merecedora de mejor suerte. Parece casi imposible restablecer la armonía constitucional en Euskalherría. Y lo mismo ocurre en Cataluña. No llegaba al 5% el número de catalanes interesados en reformar el Estatuto. Zapatero hizo la gracia de ofrecer esa reforma en bandeja a una clase política voraz. Después, maniobró en el Tribunal Constitucional, como en el caso Bildu, para satisfacer la ambición de la clase política catalana. Por obra y gracia de Zapatero, hasta el centro derecha de CiU está ya en el abierto secesionismo.

La desastrosa herencia económica que deja Zapatero tardará más o menos en arreglarse; pero se arreglará. La herencia política zarandeará a España durante largos, largos años. El líder socialista ha destruido el espíritu de la Transición y ha desencadenado la descomposición nacional. Cánovas del Castillo acordó con Sagasta el pacto del centro derecha y el centro izquierda en las grandes cuestiones para garantizar la estabilidad nacional. Alfonso XIII desbarató el canovismo con una política insensata que cristalizó al aceptar, contra la Constitución, el golpe de Estado de Primo de Rivera. González y Suárez restablecieron el pacto al estilo canovista. Zapatero, al cambiar de socio constituyente y arrumbar al centro derecha, ha soplado los vientos del secesionismo y nadie es capaz de aventurar si se podrán capear los temporales que se avecinan”

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