Atenas se moviliza y se indigna. Miles de personas protestan en las calles de la capital de Grecia, y en otras ciudades como Salónica, durante la primera jornada de huelga general de 48 horas convocada por los sindicatos para protestar contra el nuevo plan de ajustes acordado por el Gobierno griego, el FMI y la UE y que ha paralizado el país.
Para intentar evitar los disturbios ocurridos en el último paro, las autoridades griegas han desplegado a unos 4.000 efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado en la zona. Sin embargo, otra vez las manifestaciones han derivado en enfrentamientos entre la policía y grupos de manifestantes en los aledaños del Parlamento griego. Al menos seis personas han resultado heridas leves: tres de los heridos son policías y otros tres son manifestantes, según han informado a Efe fuentes policiales, que no han precisado si hubo detenciones.
Grupos de manifestantes, cubiertos con pasamontañas y pañuelos, han arrancado los toldos de las terrazas cercanas a la Plaza Sintagma y les han prendido fuego, mientras que otros grupos rompieron escaparates en tiendas y bancos a poca distancia del Ministerio de Finanzas. También han arrojado piedras contra los agentes, a los que también han atacado con bombas incendiarias. Las fuerzas antidisturbios han tratado de repeler los ataques con gases lacrimógenos, bombas de sonido y humo. Además se han desplegado por las plazas cercanas para dispersar a los violentos.
La huelga general está afectando de forma especial al transporte público: puertos, aeropuertos y estaciones de tren están cerrados. Cientos de vuelos han sido alterados o cancelados debido a los paros de parte de los controladores aéreos y de la Aviación Civil. El transporte urbano de Atenas está interrumpido a excepción del metro, que ha suspendido su propio paro para facilitar el acceso de los manifestantes al centro.
Seguimiento mayoritario
Según los sindicatos mayoritarios, "la respuesta a la huelga ha sido casi total". Los astilleros, las refinerías, el transporte, los puertos y la metalúrgica han registrado más adherencia al paro laboral, afirman en un comunicado conjunto de los dos principales sindicatos, el GSEE, del sector privado; y el ADEDY, de funcionarios públicos.
Los sindicatos mayoritarios consideran que la respuesta a la huelga ha sido casi total
Además, cifran el seguimiento de la huelga en un 80% en los sectores de funcionarios privados, la construcción, bancos y en las empresas semiestatales de servicios públicos. También los medios de comunicación griegos se han sumado a la protesta, por lo que este martes habrá un "apagón de noticias" durante varias horas.
Indignados en la plaza Sintagma
La policía ha cifrado en unos 10.000 los participantes en la manifestación convocada por el centro de trabajadores comunistas PAME. Según el sindicalista Yorgos Gabrilis, del GSEE, hacia el mediodía se habían concentrado unas 15.000 personas en la plaza central Syntgama ante el Parlamento en Atenas.
Una de ellas, el jubilado Yiannis, de 63 años, entrevistado por Efe, cuenta que ha llegado hasta aquí "para apoyar a los jóvenes". "No podemos continuar viviendo con esta crisis económica. También las clases altas deben contribuir. Hasta ahora los ricos no han dado nada de su riqueza", dice. "La sociedad griega es una sociedad trastornada, confundida, sin orientación, sin sueños y sin objetivos", asegura Yiannis, quien se encuentra acompañado por uno de sus nietos.
Eleana Georgulli, un joven actriz de 24 años de edad, reconoce tener miedo por su futuro. "Los jóvenes estamos furiosos e indignados. Y no sabemos si tenemos futuro. No sabemos si nos vamos a poder casar y tener hijos", dice. Su amiga Despina Aslanoglou, de 25 años, una estudiante de dietética, coincide en que su futuro "no sólo es incierto" sino que está marcado por lo que califica de "gran pesimismo".
"La ira del pueblo se alza y aumentan en las plazas los que son llamados a pagar más mientras que aquellos que robaban la riqueza nacional no pagan impuestos y beben la sangre de los engañados", ha asegurado Yanis Panagópulos, presidente del GSEE, ante los manifestantes. "Las medidas son injustas y no tendrán efecto", ha agregado.
Según la secretaria general del Partido Comunista griego, Aleka Papariga, "ya se ha decidido la quita controlada del país" y "pasaran 50 años hasta que el pueblo vuelva a levantar cabeza".
La aprobación del plan, en el aire
El refrendo del nuevo plan de ajuste que se debate estos días en el Parlamento es imprescindible para desbloquear el quinto tramo de 12.000 millones, un dinero indispensable para que el país no caiga en la bancarrota. Este martes lo ha vuelto a reiterar el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn: "El nuevo plan de austeridad es el único camino. No hay plan B para evitar la quiebra".
Este lunes, el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, calificó como "una oportunidad única" la votación de las nuevas medidas con las que se esperan recaudar 78.000 millones de euros a través de la privatización de una treintena de empresas y la subida de impuestos.
Atenas se moviliza en la primera jornada de huelga general
Sin embargo, las disidencias entre los miembros del partido socialista griego están provocando tensión entre los inversores, el Gobierno griego y la Unión Europea. En total el Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) cuenta con 155 diputados de los 300 que componen el hemiciclo.
Cuatro diputados socialistas han anunciado su voto en contra
Pero, según ha avanzado Ángel García, enviado especial de RNE a Atenas, ya son cuatro los diputados socialistas que han anunciado su voto en contra del plan, lo que deja al Gobierno con los votos justos para sacar adelante la votación: 151.
Casi todos los partidos de la oposición ya han anunciado su oposición. El único que no ha anunciado el sentido de su voto es una pequeña formación, Alianza Democrática, que cuenta con cinco escaños, es una escisión de Nueva Democracia, principal partido de la oposición.
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