La jornada electoral se ha saldado con un significativo voto de castigo al PSOE, que unido a las movilizaciones de los últimos días ofrecen un panorama desolador para el partido de Zapatero, Rubalcaba, Blanco, Pajín, Chaves, Aído....
En realidad, los resultados son menos importantes, si los comparamos con las movilizaciones masivas de decenas de miles de personas que han decidido ejercer y practicar la democracia popular en las calles y las plazas. El presente y la esperanza de este país pasa, inequívocamente, por lo que ahí sucede y por las luchas de los trabajadores, no por unas urnas llenas de miedo, que demuestran una y otra vez que apenas sirve de coartada para que una casta acomodada legitime su estatus.
Hasta los que dirigirán los Ayuntamientos saben que en los próximos meses van a aplicar recortes agresivos y quita de derechos de la ciudadanía. Y ahí las movilizaciones generadas a partir de Democracia Real Ya van a jugar un papel decisivo. Lejos de la política acomodaticia y del "qué hay de lo mío" que practican UGT y CC.OO, que los alcaldes y concejales sepan que allí donde se desplacen pueden tener un grupo de personas dispuestos a gritarles que no los representan, puede convertir los generosos sueldos de sus señorías en auténticas pesadillas. De eso se trata.
La batalla apenas se ha iniciado (dicho esto con el lógico respeto a los cientos de miles de comunistas, anarquistas y republicanos que se han dejado la vida por un mundo mejor), haber sido capaces de conjugar distintas sensibilidades en un grupo disidente con este sistema y capaces de volver a la política como tema de debate, desde inSurGente lo valoramos mucho más que haber llenado las urnas. Que ellos cuenten sus votos, la rebeldía la vamos a medir de otro modo.
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