El rol de Internet en las revueltas árabes, analizado en La Casa Encendida de Madrid

El Imparcial: Noticias

En los últimos años, la información ha pasado de estar en manos de unos pocos a poder compartirse desde cualquier lugar del mundo y por cualquier persona. Expertos en comunicación coinciden en que estamos ante un cambio de paradigma en el que las redes de información están cada vez más descentralizadas y los ciudadanos tienen la oportunidad de compartir, sin intermediarios, sus experiencias y así ganar poder frente a la hegemonía política y económica.

Este planteamiento se ha hecho más visible que nunca en las revueltas árabes que han estallado desde Túnez a Yemen y en las que las redes sociales y los blogs han contribuido a su estallido. Precisamente para analizar el rol de las nuevas tecnologías en la cambiante sociedad, seis ponentes (activistas, blogueros y periodistas) se han reunido este martes en la Casa Encendida de Madrid.

La primera de las ponentes, Leila Nachawati, ha destacado cómo gracias a Internet se puede cambiar la agenda mediática y llamar la atención sobre problemas que normalmente pasan desapercibidos. La activista ha puesto como ejemplo a Ali Abdulemam, un bloguero bahreini al que se arrestó por retransmitir las protestas y a quien se logró liberar gracias a la visibilidad que dio la ONG Global Voices a su encarcelamiento.

Sin embargo, que los ciudadanos hayan conseguido mayor presencia en la red no significa que el aparato estatal quede al margen e intente intervenir en esta redistribución del poder informativo. Raed Jarrar, architecto, bloguero y analista político Iraquí-Americano, ha lanzado la inteligente cuestión de "¿a quién sirven los medios de comunicación, a los gobiernos o a los ciudadanos?".

Jarrar ha incidido en que en Internet, grandes empresas como Google o Youtube son negocios que cobran por un espacio determinado en la red. Compañías y gobiernos destinan enormes cantidades de dinero para difundir sus mensajes que, inevitablemente, tienen mayor visibilidad que los de los ciudadanos.

Además, en el caso de las revueltas árabes, muchos gobiernos como el iraní o libanés, prestan especial atención al material subido por sus ciudadanos para, una vez los identifiquen, proceder a su detención. Para evitar situaciones como esta, la organización Global Witness enseña a las personas a utilizar el vídeo y la cámara para documentar los abusos de poder a la vez que el testigo protege su identidad.

Personas como estos seis activistas trabajan porque Internet pueda ser la herramienta para democratizar la sociedad. La clave, han insistido, está en las personas que se valen de la red para expresarse, no de la red en sí. Con ello han recordado que si miles de ciudadanos árabes están en las calles pidiendo un cambio de gobierno, es por su compromiso para con la sociedad no por su dominio de las redes sociales. No hay por tanto que sobredimensionar el papel de estas y dar importancia a quien está detrás.

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