Barcelona, 8 de abril.| Madrid | elmundo.es
Acto político-festivo "Todo 11 tiene su 13", en apoyo a la Revolución bolivariana.
"Adelante, vamos a la carretera, la gente no puede salir del Metro", decía una chica por el megáfono, subida a un muro y con pegatinas hasta en la cabeza con el mensaje: "Sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo". Aún no eran las siete de la tarde, la hora marcada para la manifestación, pero la Plaza Antón Martin ya estaba tomada por estudiantes, jubilados, profesores, viejos, niños, trabajadores y desempleados. En una sola voz, las más de 3.000 personas que se sumaban a la protesta reclamaban cambios: "Basta, esta crisis no la pagamos".
Se echaron a la calle para exigir un futuro con más oportunidades y para rechazar los recortes del Gobierno y mercantilización de la educación. Fue "el pistoletazo de salida" para generar una respuesta social a las medidas contra la crisis, explicó Pablo Padilla, miembro de Juventud Sin Futuro, una de las plataformas organizadoras de la protesta.
Un hombre de mediana edad fue el encargado de repartir las pancartas que más tarde se verían a lo largo de la calle Atocha. Aunque no pertenecía a la generación ni-ni, justificó su presencia de manera sencilla: "Yo también soy un ser humano", comentó. Los carteles reflejaban la situación política y económica del país: "Derecho o techo a justo precio", "Contra la crisis del capital" o "Unos en palacios otros ni espacio".
Evocaban también al presidente y a los banqueros: "Torpe traidor, Zapatero adiós". "Tu Botín, mi crisis". "Zapatero remendón de tanto rico ladrón". Además, hacían referencia a las protestas recientes en los países vecinos: "Francia y Grecia luchan, España triunfa en el fútbol".
Los vecinos, deade los balcones de los edificios aledaños, acompañaban los gritos y las canciones: "Parece democracia y no lo es" y "Es una dictadura, ole, ole" fueron las más repetida.
Algunas señoras jubiladas que se vieron rodeadas por la manifestación, también maostraron su apoyo a la nueva generación: "La situación del país es catastrófica. Los jóvenes deben ir al Congreso. Los culpables son los que están en el Gobierno. Son unos torpes, no tienen visión ni a corto ni a medio plazo. Los estudiantes no pueden desistir hasta que no se resuelva esta situación. Tienen que salir a la calle mañana, tarde y noche", aseguraba Ana Maria San José.
No solo los jóvenes asistieron
Aparte de adolescentes y veinteañeros, la marcha fue apoyada por integrantes de otros grupos de edad. Había familias, grupos de amigos treintañeros e incluso padres y madres con sus retoños a la espalda. Entre ellos destacaba un bebé con el lema "Así no" colgado en su cochecito.
En los brazos de Iosune Garayo, profesora de instituto, estaba su hija de cinco años. "Vengo porque hay mucha gente que no tiene casa y esto no puede seguir así", decía rotunda. "Y tengo que pensar en mi hija. Me gustaría que ella también pudiese tener una casa y un empleo en el futuro", añadía.
La manifestación recorrió toda la calle de Doctor Mata hasta llegar a la Plaza Reina Sofía, el punto final de la protesta. "Queremos ser el motor y recuperar nuestro futuro. La lucha es el único camino", concluyeron los organizadores de la protesta megáfono en mano. Así quedaba desconvocada la manifestación, aunque hubo muchos que se quedaron con ganas de más, como los jóvenes que se metían en el Metro blandiendo un lema que repetirían una y otra vez de vuelta a sus respectivas casas: "Si esto no se arregla: ¡guerra, guerra, guerra!".
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