El líder Muamar el Gadafi ha prometido este viernes “el infierno” a los que ataquen su país, según versiones difundidas por la agencia AFP, mientras una coalición occidental apoyada por países árabes se aprestaba el viernes, con el aval de la ONU, a lanzar ataques aéreos contra las fuerzas del gobierno libio.
Desde Gran Bretaña, el primer ministro David Cameron compareció ante la Cámara de los Comunes para informar que Reino Unido, Francia y EE UU liderarán la misión conjunta contra Libia, con el apoyo de los países árabes.
Según un portavoz, se espera el voto parlamentario para el lunes, pero Reino Unido podría actuar antes.
Mussa Khusa, el ministro de Exteriores libio, afirmó hoy en conferencia de prensa en Trípoli, que Libia ha decidido suspender todas las operaciones militares para proteger a los civiles, acatando la resolución de la ONU.
Inmediatamente después de estas declaraciones, medios internacionales dijeron que no están claras las condiciones de este alto al fuego y especularon sobre la posibilidad de esta declaración es una maniobra del gobierno libio para ganar tiempo.
Francia de hecho reaccionó rápido y con soberbia: el portavoz de Exteriores, Bernard Valero, dijo que Gadafi “comienza a tener miedo, pero la amenaza sobre el terreno no ha cambiado”, según Reuters.
Desde La Moncloa, el jefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero emitió un comunicado tras una reunión con Ban Ki-moon, secretario general de la ONU: “He autorizado el uso de las bases españolas por parte de las tropas de EE UU”, cuando lo necesiten en las operaciones sobre Libia.
Los cuatro periodistas de The New York Times dados por desaparecidos en Libia serán puestos en libertad mañana, según ha confirmado el rotativo estadounidense, tras recibir el Departamento de Estado un comunicado de las autoridades libias.
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"Lo que no te cuentan sobre el accidente nuclear en Japón."
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