Este fin de semana el fantasma del "corralito" asustó a los argentinos. La falta de billete en los cajeros automáticos de las sucursales bancarias, así como denuncias de impago de nómina por parte de un importante número de trabajadores y pensionistas, saltaron las alarmas de una nueva crisis financiera, que de acuerdo con el imaginario local, ocurre cada diez años.
Pero fuentes oficiales del Banco Central (BCRA) salieron al paso para desmentir el advenimiento de un colapso financiero como el que tuvo lugar en 2001 e insistieron en que la escasez no es generalizada, sino que se trata de "problemas puntuales y transitorios", por lo que confirmaron que la última partida de billetes de 100 pesos mandados a imprimir en Brasil llegarán en esta semana al país, según recoge el diario argentino Clarín en su edición digital de este lunes.
Mientras, miles de argentinos continúan un periplo bancario y soportando grandes colas para probar suerte y ver si algún cajero está dispuesto a darle unos cuantos billetes que les permita sostenerse durante los próximos días hasta que la situación se normalice. Lo que resulta una lotería si se toma en cuenta que menos de la mitad de los cajeros relevados tenían efectivo tanto en Buenos Aires, como en otras provincias del país tales como Avellaneda, Santa Fe y Córdoba, en donde también se presentaron incidentes.
Como reacción ante la escasez de billetes, los diputados nacionales Elisa Carrió y Juan Carlos Morán reclamaron este domingo, desde Villa Gesell, a las empresas de servicios públicos de la provincia de Buenos Aires una postergación de los vencimientos de las facturas hasta que se regularice la entrega de billetes en bancos y cajeros, aduciendo que"la mayoría de los argentinos paga sus servicios en efectivo , sobre todo los jubilados", entre tanto que en horas del mediodía se tiene prevista una manifestación en la sede del BCRA.
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