Rebelion.
La revelación plasmada en cables estadounidenses filtrados de que los líderes del Golfo Arabe quieren que Washington destruya el programa nuclear iraní expone posturas ocultas que anularán cualquier probabilidad de distensión con Teherán.
Desde Arabia Saudita -el principal exportador mundial de petróleo- hasta el pequeño Bahréin, los gobernantes de la región del Golfo dejaron entrever una realidad que intentaron esconder de la luz pública durante años.
Los cables publicados por el sitio WikiLeaks reflejan opiniones que contrastan con la postura oficial de los gobernantes suníes, cuyas declaraciones sobre el rival religioso Irán y su programa nuclear hasta ahora habían sido mucho más conciliadoras.
Las revelaciones confirman la profunda sospecha y odio que sienten las naciones suníes hacia las chiíes, sobre todo en Arabia Saudita, la principal potencia suní, que considera a Irán como una amenaza existencial.
Esa preocupación se intensificó con el ascenso chií en Irak luego de la invasión liderada por Estados Unidos en el 2003, que representó la primera vez en casi un milenio que los rivales religiosos controlan un país en el corazón del mundo árabe.
Para los gobernantes suníes del Golfo, ver a Irak caer bajo la influencia chií fue definitivamente preocupante. Pero el temor de un Irán nuclear es algo aún más alarmante.
De acuerdo a los cables filtrados, el rey saudí Abdullah exhortó varias veces a Estados Unidos a que "corte la cabeza de la serpiente" lanzando ataques militares para destruir el programa nuclear iraní. Pero públicamente nunca pidió a Washington que utilice la fuerza contra la república islámica.
El rey de Bahréin también señaló que las actividades iraníes debían ser interrumpidas por todos los medios y el príncipe heredero del emirato de Abu Dhabi dijo que veía "la lógica de la guerra dominando" a la hora de confrontar la amenaza iraní.
"Creo que (la publicación) confirma que los estados del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC por su sigla en inglés) están más unidos en el frente anti iraní de lo que se creía", sostuvo Theodore Karasik, un analista basado en Dubai.
Profunda desconfianza
El analista saudí Khaled al-Dakhil dijo que los cables reflejaban la profunda desconfianza entre Irán y Arabia Saudita, al igual que otros estados del Golfo Arabe.
"No creo que Irán tome al pie de la letra las declaraciones públicas provenientes del Golfo, ya sea sobre una guerra o no, al igual que los líderes del Golfo no creen en las declaraciones sobre lo pacífico que es el programa nuclear iraní", expresó.
La filtración demuestra hasta qué punto la región está preocupada por las actividades nucleares de Teherán.
"Irán debería tomar nota del malestar que está causando su programa nuclear en la región; esto no debería ser ignorado", manifestó Salman Shaikh, director del Centro Brookings Doha.
Irán niega que su programa sea un intento encubierto de construir una bomba nuclear y dice que tiene un fin exclusivamente pacífico.
El presidente Mahmoud Ahmadinejad pareció minimizar el impacto de las revelaciones de WikiLeaks el lunes, diciendo que no iban a afectar las relaciones de Teherán con sus vecinos del Golfo.
Estados Unidos dijo varias veces que la opción militar para detener el programa nuclear de Irán era una de las posibilidades, pero los jefes de su Ejército han dejado en claro que era un último recurso, ante el temor de que esa alternativa desatara un conflicto mayor en Oriente Medio.
"Estas revelaciones demuestran que la región del Golfo Arabe se está concentrando en Irán al nivel de que queremos una guerra con Irán", dijo Sami AlFaraj, jefe del Centro de Estudios Estratégicos de Kuwait.
Los analistas creen que el deseo de los gobernantes del Golfo de lanzar una acción militar contra Irán podría sumarse a las tensiones entre los suníes y los chiíes y minar los esfuerzos saudíes por mediar con Irán para aliviar las disputas sectarias en Irak y Líbano.
Fuente: http://lta.reuters.com/article/worldNews/idLTASIE6AS0YS20101129?sp=true
0 Comentarios
DEJA UN COMENTARIO