Europa se vende; y ¿todo tiene precio?

CHINA PASEN Y VEAN: Dice un milenario Proverbio Chino que detrás de cada crisis, existen grandes oportunidades. El Viejo Continente, el Primer Mundo está en crisis. Es decir, hablemos claro, Europa se vende y China tiene chequeras, dinero, mercado y a Hu Jintao y a Wen Jiabao visitando la tienda comercial de la Unión Europea.

La Comisión Europea se plantea amenazar a China con desencadenar un primer conato de escaramuzas comerciales. La amenaza se formulará entre las líneas de una Comunicación que Bruselas tiene previsto presentar hoy para trazar un boceto de la futura política comercial supuestamente única de la UE. Pero antes de iniciar las hostilidades, los 27 Gobiernos europeos deberían cerrar filas, lo que parece improbable dada la necesidad de inversiones que, como las de Pekín, el Viejo continente necesita para salir de la crisis.

Segundo Plan Marshall
Las recientes visitas del presidente chino Hu Jintao a Francia y Portugal y las del primer ministro Wen Jiabao a Grecia e Italia demuestran que su capacidad para firmar contratos llega como agua de mayo. Y el premier británico David Cameron se desplaza esta misma semana a Pekín. Igual que Estados Unidos ayudó a Europa a superar la ruina de la posguerra hace ya más de medio siglo gracias al Plan Marshall, Pekín llega con su chequera a demostrar que todo en la vida tiene precio. Los europeos están en venta, y a buen precio, tras haber sufrido la peor recesión desde la gran Depresión de 1929. China también está entre los sufridos titulares de deuda pública española, y en primavera se posicionó entre las potencias que presionaron al Gobierno español para que saneara sus presupuestos y reformara su economía.

Bruselas amenaza con la boca pequeña
El liberal belga Karel De Gucht, comisario europeo de Comercio, tiene previsto presentar este martes sus propuestas formales entorno a las que articular su política comercial en nombre de los Veintisiete. Y según los documentos previos que han ido circulando por los pasillos de Bruselas, el comisario estudia cómo exigir que las autoridades del Gigante asiático faciliten el acceso de las empresas europeas a las licitaciones públicas en aquel país.En caso contrario, Europa podría esgrimir el argumento de la reciprocidad y excluir de sus adjudicaciones de contratos públicos a las empresas chinas. China se mantiene fuera de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que regulan la liberalización de los mercados públicos. Y Europa, sobre todo Alemania, reclaman que Pekín las acepte.Según estos mismos documentos, Bruselas también se plantea abrir un contencioso contra China por las restricciones que Pekín impone a sus exportaciones de materias primas escasas y fundamentales para sectores industriales de todo el mundo como el automóvil.

Proteccionismo chino
Es obvio que desde el punto de vista económico, la relación comercial entre chinos y europeos no atraviesa su mejor momento. A los reproches públicos, notorios y tradicionales que Europa dirige a las autoridades chinas por su permisividad con la piratería y la violación de la propiedad intelectual, se suman las también tradicionales pero cada vez menos larvadas acusaciones por las zancadillas que sufren las empresas europeas implantadas en el gigante asiático.Los directivos de los grupos europeos implantados en China han dejado de quejarse en voz baja de las trabas burocráticas a las que se enfrentan a cada paso quizás porque, una década después del ingreso chino en la OMC, han perdido la esperanza de que con el tiempo vaya desapareciendo el trato que los discrimina frente a sus competidores chinos.La Cámara de Comercio de la UE en China presentó a principios de septiembre su informe anual con un tono mucho más incisivo del habitual. Y acusó a Pekín de romper sus promesas de abrir su mercado nacional en sectores como las reservas de las aerolíneas, fabricación de automóviles, construcción, seguros, refinería de petróleo, investigación e innovación y telecomunicaciones.
Guerra de divisas y sanciones comerciales

Tampoco es nueva, aunque la crítica coyuntura actual eleve la gravedad y se hable en las últimas semanas de una guerra de divisas, la demanda occidental para que China deje de intervenir en su yuan y permita su reevaluación. Si la moneda china ganara valor en su paridad frente al dólar y al euro, sus exportaciones a precios de ganga dejarían de competir tan deslealmente dopadas.Y según recuerdan fuentes comunitarias consultadas por elEconomista, mientras el entendimiento entre europeos y asiáticos no mejore, la UE mantendrá su negativa a conceder a China el estatuto de economía de mercado. Negativa que el conservador belga Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, reiteró en la cumbre mantenida en Bruselas a principios de octubre entre medio centenar de Gobiernos de Asia y Europa.Hasta que Pekín disponga de estatuto de economía de mercado, los europeos sólo tendrán que reunir un número reducido de pruebas cada vez que esgriman las reglas de la OMC para acusar a un sector económico chino de competencia desleal. De manera que es más fácil para Europa imponer sanciones comerciales como elevar sus aranceles aduaneros para penalizar las exportaciones made in China.

Lluvia de millones
La opinión pública griega encajó hace meses como una ofensa el consejo de vender alguna de sus islas paradisíacas para hacer frente a sus pagos, en lugar de recurrir a las ayudas de la UE para evitar la quiebra del Estado; consejo lanzado desde el sector más euro escéptico y provocador de la clase política alemana.Pero el Gobierno de la República Helénica recibió con los brazos abiertos la visita a Atenas a primeros de octubre realizada por el primer ministro chino Wen Jiabao, que llegó cargado de promesas de inversiones y de compra de deuda pública. La muy endeudada Italia siguió el ejemplo griego de inmediato. Y el presidente chino Hu Jintao, por su parte, ha elegido para su actual gira europea a la atribulada Portugal.Pero quizás la muestra más evidente de la dependencia europea frente a Pekín ha sido la visita de Jintao a Francia, país que junto a Alemania y Reino Unido se sitúa en el podium de las primeras potencias europeas. El jueves pasado, la primera jornada de Jintao en París se saldó con la firma de una batería de ocho contratos con empresas galas por valor de 14.000 millones de euros. Al día siguiente, el presidente chino firmó otros quince contratos en la sede de la patronal francesa Medef. Igual de significativo es que el premier británico David Cameron se desplace esta misma semana a Pekín.

Europa, colonizada como África
Fuentes diplomáticas advierten en Bruselas que han quedado atrás los escrúpulos que tenían los europeos antes de la crisis. Europa había tolerado durante décadas las inversiones en su territorio de los petrodólares amasados por los fondos soberanos del Golfo Pérsico. Pero hace un lustro se alarmaban de las inversiones estratosféricas movilizadas por los fondos soberanos rusos y chinos. Ahora las reciben con máximo apetito, pero hasta hace cuatro o cinco años intentaban obstaculizarlas al temer que estos fondos sirvieran para que Pekín y Moscú extendieran por Europa sus tentáculos políticos y no sólo económicos.Estas mismas fuentes ironizan al comparar África con Europa. Antes del estallido de la crisis actual, los europeos contemplaban preocupados e impotentes cómo Pekín desplegaba por el continente africano su dominación sobre las fuentes de energía y las materias primas a golpe de talonario. Las inversiones de China eran además bienvenidas porque, al contrario que los europeos, los chinos no se dedicaban a dar lecciones morales sobre democracia ni derechos humanos a los dirigentes africanos.

Y, por último, estas fuentes diplomáticas expresan su temor ante la probabilidad de que como en tantos otros casos, los europeos no formen un bloque con la dimensión suficiente para presentarse ante Pekín como un interlocutor con una voz única. Y que China imponga su peso al negociar una por una con cada capital de la UE.

SE TERMINA EL PETRÓLEO BARATO SEGÚN AIE
La demanda de petróleo aumentará un 18% entre 2009 y 2035, en gran parte gracias al consumo de China, y el barril llegará a costar 113 dólares, aunque los precios sufrirán de volatilidad a corto plazo, según un informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) difundido este martes.La AIE estima que la demanda mundial de petróleo llegará a 99 millones de barriles diarios (mbd) en 2035, con un incremento de 15 millones respecto a 2009.El aumento se deberá pura y exclusivamente al alza de la demanda de países exteriores a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a los países más ricos del planeta y cuyos intereses representa la AIE.De hecho, la mitad de ese incremento provendrá de China, debido a la necesidad de carburantes del gigante asiático para su sistema de transportes, precisa la AIE, cuya sede está en París.Entre los países de la OCDE la demanda caerá en cambio un 6% en ese periodo de referencia, de acuerdo con el informe sobre las perspectivas energéticas mundiales de la AIE.La Agencia prevé por otro lado una fuerte volatilidad de los precios del petróleo a corto plazo, aunque con un repunte a plazo mayor, con la perspectiva de un barril a 110 dólares en 2015 y a 113 dólares en 2035. "La era del petróleo barato se ha acabado", indicó la AIE en su comunicado.

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