Mariano Rajoy ha sorprendido, al fin, con una petición explícita y directa a José Luis Rodríguez Zapatero de que convoque elecciones anticipadas. Hasta ahora, sólo lo habían verbalizado sus dirigentes, pero ha elegido el Debate sobre el estado de la Nación para protagonizar un 'váyase Zapatero', a su personal manera: "Usted no está en condiciones de gobernar. Por lo tanto, el mejor servicio que puede hacer al país para cortar este calvario es disolver el Parlamento y convocar elecciones".
"Y no se confunda con los afanes electorales que me atribuye", ha añadido Rajoy en una frase particularmente celebrada por los suyos, con la que ha espantado la esperada acusación de electoralismo por parte del jefe del Ejecutivo socialista: "Lo que a mí me conviene es que usted agote la legislatura en ese asiento. Pero no hablamos de mí, sino de lo que interesa a los españoles".
En un discurso duro, directo y ausente de toda contemplación con el presidente del Gobierno, el líder de la oposición le ha dicho que "su tiempo se ha agotado". "Reclamar a estas alturas la confianza de los españoles o de sus representantes para continuar igual, es pedir lo imposible para retrasar lo inevitable".
Rajoy, que ha glosado todas las "contradicciones" entre su discurso político y los recortes sociales llevados a cabo -"Quien ha decidido mostrarse enérgico con los más débiles para que no se le alboroten otros es usted", ha dicho- que "lo más sorprendente es que el principal responsable de este descalabro, inflamado de fervor patriótico, pretenda ofrecerse como remedio y pretenda presentarse como intérprete de lo que despreciaba: Zapatero condena a Zapatero y se dispone a salvarnos generosamente del señor Rodríguez Zapatero", ha proclamado.
Pese a dedicar al agotamiento político de la legislatura y a la crisis económica el grueso de su discurso, Rajoy ha hecho un hueco significativo para hablar de la sentencia del Estatut. Especialmente, para contestar las palabras de Zapatero en su discurso de la mañana y pedirle que "no eche más leña al fuego" con propuestas electoralistas: "Y de engaño a engaño, ha generado usted una crisis institucional que se suma a la económica que ya padecemos. Sea usted el primero en defender la sentencia sin añadir más leña al fuego con nuevas propuestas que buscan la rentabilidad electoral inmediata. No engañe más a la gente".
Por su parte, le ha exhortado a "mirar al futuro" y ha construido un discurso nacional de regeneración: "España necesita un proyecto común, en el que quepamos todos, en el que se respeten los consensos constitucionales, en que no se juegue a dividir y no se engañe a los ciudadanos, y que el Gobierno se ocupe de resolver los problemas ciudadanos y no acrecentarlos". "La lección más inmediata del asunto", ha insistido sobre el Estatut y la sentencia, "es la confirmación de que en usted no se puede confiar".
Pese a lo adelantado por su 'número dos', Rajoy no ha presentado la 'alternativa', pero se ha blindado frente a esa crítica recurrente y contra la de que no 'rema en la misma dirección', diciendo que no se sabe en qué dirección rema. Además, ha reivindicado todos los pactos negociados con el Gobierno en materia energética, antiterrorista, de defensa o financiero.
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